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02 de octubre de 2010

El viernes 6 de noviembre, en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC se realizó un emotivo homenaje a Raúl Mateo Molina, organizada por su comisión de homenaje.

Homenaje a Raúl Mateo Molina en Córdoba

Hoy 1292 / Emotivo acto con familiares, amigos y camaradas

Raúl fue militante del PCR, dirigió el Centro de Estudiantes de Arquitectura en dos períodos consecutivos (1973-75), y siendo secretario gremial de la FUC (Federación Universitaria de Córdoba) denunció los planes golpistas a fines del ‘75.
En el acto se vieron reflejados los valores personales de Raúl desde su picardía cordobesa y sus actitudes solidarias, hasta su gran capacidad para dirigir a las masas estudiantiles. “Los hechos aparecen lacerantes, como fueron en su momento, nos vuelven a lastimar, pero celebro que se hagan, son necesarios para rescatar la memoria” dijo el primer orador Ricardo Araujo (alias Rucci, sobrenombre con el cual lo había bautizado Molina por su parecido físico al dirigente obrero). Araujo dio un pantallazo de su vida personal como “su amigo, su compañero, su camarada”, como él se presentó.
Agustín Funes, secretario del PCR de Córdoba, agradeció la presencia de todos en nombre del PCR y su Juventud e hizo una breve reseña de la trayectoria de Coca (Sara Luján, mamá de Raúl), sobre su lucha en familiares Detenidos Desaparecidos de Córdoba.

“El responsable del asesinato de mi hijo fue Menéndez”
Uno de los momentos más emotivos fue cuando Sara Luján tomó la palabra. La historia de ella marcó un paréntesis en el acto. Fue detenida el mismo 24 de marzo de 1976 hasta julio de 1977, cuando fue liberada se enteró de la desaparición de su hijo “ahí comenzó mi verdadero infierno” dijo. Hizo un reconocimiento a todos sus compañeros de lucha, que fue correspondido con un caluroso aplauso.
Coca fue una referente de familiares que se organizaron para recopilar los archivos y testimonios de detenidos desaparecidos de Córdoba. “Fue un trabajo de hormiga organizarse, hasta inclusive nos conectamos con organizaciones de otros países latinoamericanos”. Estos archivos fueron enviados a la CIDH (Comisión Interamericana de DDHH). “El principal responsable del asesinato de mi hijo fue Menéndez y el autor material fue “palito” Romero…”.
“Dedico mi lucha a todos los detenidos desaparecidos, a mi querido hijo Raúl y le ruego a Dios vida para ver la tan anhelada justicia, así mi alma descansará en paz” con la firmeza de estas palabras, culminó con un gran aplauso, la mamá de Raúl.
Luego su hermana, Roxana Molina, leyó una carta muy emotiva, dirigiéndose a su hermano “Raúl: acá estamos… durante mucho tiempo pensé que habías sido egoísta al no irte del país, porque arriesgaste tu vida, que no pensabas en nuestro sufrimiento, pero después me dí cuenta que no… que no cabía en tu moral y convicciones dejar a tu mamá y a tus compañeros detenidos. No tuviste ninguna culpa que los genocidas cobardes actuaran sanguinariamente”.
Luego tomó la palabra, dando un saludo, el viceintendente de la ciudad de Córdoba, Carlos Vicente, quien compartió con Raúl el período de recuperación de FUC: “desde donde tuvimos el honor de denunciar los planes golpistas que se avecinaban”, resaltó.
A continuación, Irene, estudiante de arquitectura y dirigente de la CEPA, dedicó unas palabras reafirmando “el compromiso de los estudiantes de seguir levantando las banderas de una universidad al servicio del pueblo”. Después de dar un saludo Luis Baronetto, secretario de DDHH de la Municipalidad de Córdoba cerró, Roni Tropea, miembro de la Junta Ejecutiva de la FUA 1969-72.
Describió el estado de efervescencia de los estudiantes de esa época, con la influencia del Mayo Francés, el Cordobazo, Che Guevara, la Revolución Cultural China y cómo se fueron dando los procesos de luchas estudiantiles y su unidad con los obreros. Describió las condiciones en las que se fue gestando el golpe de Estado y la vigencia del camino de la revolución. Resaltó la posición de la lucha antigolpista del PCR y la necesidad imperiosa de que se abran los archivos de todo los que trabajaron en los más de 600 chupaderos que existieron en el país.
El acto finalizó con el descubrimiento de dos placas, con la imagen de Raúl y con la consigna “Raúl Mateo Molina y 30.000 detenidos desaparecidos: presentes” y la solicitud de la comisión de homenaje de reincorporación de todos los estudiantes de arquitectura que fueron expulsados por la ordenanza N° 9/76 que refiere a “adoctrinamiento, propaganda, proselitismo o agitación de carácter político” y entrega del título de Raúl Molina a sus familiares, ya que sólo le faltaba rendir su tesis cuando fue secuestrado.