En un acto colmado de emotividad y organizado por la agrupación El Modulo, 17 de Mayo se realizó un acto en la Facultad de Arquitectura de la UNC un sentido homenaje a Raúl Molina.
En un acto colmado de emotividad y organizado por la agrupación El Modulo, 17 de Mayo se realizó un acto en la Facultad de Arquitectura de la UNC un sentido homenaje a Raúl Molina.
Estuvieron presentes autoridades de la Facultad y de la UNC, la madre de Raúl, Sara “Coca” Luján Molina y su hermana Roxana Molina; además egresados, docentes, no docentes, miembros del Centro de Estudiantes y de la Federación Universitaria de Córdoba, familiares de estudiantes desaparecidos de la FAU, Sonia Torres (miembro de Abuelas Córdoba), Teresita Castrillejo, compañera de Manuel Guerra y fundadora de Madres de Plaza de MAyo en Mendoza, compañeros de Raúl y camaradas del PCR de Córdoba y de otros lugares del país.
La apertura del acto estuvo a cargo de Carlos Farina, compañero de Raúl y miembro de la corriente de Arquitectos Raúl Molina. Farina remarcó la importancia de recordar a Raúl en el marco del fallo de la Corte Suprema que permite a los represores solicitar el beneficio del 2×1.
Seguido de Farina, fue el turno de uno de los momentos más emotivos de la jornada: “Coca” llegó al atril con su papelito, pidió disculpas porque tenía miedo que a sus 91 años se le podría llegar a olvidar algo y empezó a leer. Cada una de sus palabras fue un argumento más para confirmar la importancia que tiene seguir recordando a nuestros desaparecidos. “Cuando me llamaron para avisarme que iban a ponerle el nombre de Raúl Mateo Molina Lujan al Centro de Estudiantes no pude parar de llorar (…).
“La Facultad era su otra casa. Tenía que venir a buscarlo para verlo porque pasaba días sin aparecer. La Facultad era su vida. Eran momentos políticos muy difíciles”, fueron algunas de las declaraciones de Coca al recordar a su hijo.
Sobre el cierre de su discurso agregó: “Este Centro va a ser la casa de Raúl, donde yo lo voy a venir a visitar”.
Luego, el decano de la Facultad Arquitectura, Ian Dutari, entregó un libro en blanco para que los presentes le compartan sus sentimientos a “Coca”. A continuación, los compañeros de estudio de Raúl contaron historias de vida. Historias que describían su esencia. “Después de ir al comedor de la Universidad, Raúl recolectaba unas naranjas y se sentaba en la Facultad a leer el Qué hacer de Lenin o las Cinco tesis filosóficas de Mao Tsetung. Ese era Raúl”, contó Ricardo Zorrilla. A su vez, Sonia Torres saludó la iniciativa y agradeció la invitación, pidió por no aflojar en la lucha y en la búsqueda de los nietos que fueron despojados de su identidad.
También tomó la palabra la presidenta del Centro de Estudiantes de Arquitectura, Paula Mendez y la vicepresidenta de la FUC, Julieta Altube. Ambas apuntaron en la gran importancia que tiene recordar a los estudiantes desaparecidos en la última dictadura militar y del rol protagónico que tenían en la época los estudiantes a la hora de forjar la unidad obrero-estudiantil.
Sólo en la Facultad de Arquitectura hay registro de 43 estudiantes desaparecidos y señalaron que en este acto se busca mantener la memoria de todos y cada uno de ellos.
Ya para el cierre, su amigo y camarada Ricardo Araujo, secretario general de ATE La Pampa, expresó su orgullo por el acto y de que fuera justamente el nombre de su amigo el elegido. “A Raúl, la familia de su novia, le había ofrecido pagarle los costos para que se vayan del país y él les dijo: “Los obreros no se pueden ir, yo me voy a quedar acá a luchar con ellos. Ese era Raúl, un convencido de sus ideales y convicciones”.
En el reconocimiento a Molina se colocaron dos placas conmemorativas, una del Centro de Estudiantes por “defender sus convicciones y el movimiento estudiantil”, y otra de la FUC, por su “valentía al denunciar públicamente el golpe de Estado”. Molina fue presidente del CEA en los periodos 1973 y 1975 y Sec. Gremial de la FUC. A fines de 1975 denunció los planes golpistas. Ese mismo año, por ser miembro del Partido Comunista Revolucionario, fue expulsado de la Facultad.
Tenía 25 años cuando la dictadura lo secuestró el 5 de octubre de 1976. Según se pudo saber años más tarde, Raúl fue llevado al centro clandestino de detención La Perla, donde fue asesinado a golpes.
Reconocimiento a Sara “Coca” Luján Molina
La Legislatura de Córdoba realizó un reconocimiento a Sara “Coca” Luján Molina por su historia de lucha por los DDHH.
La provincia, por medio de un plan de difusión de la literatura, repartirá 500 libros Encontrar a nuestros hijos, Testimonio de una Madre, donde Coca cuenta su historia en la búsqueda de su hijo Raúl.
Los libros serán entregados a estudiantes de escuelas provinciales y municipales.
