El 4 de agosto, una manifestación de las Asambleas Ciudadanas por la Vida irrumpió en el acto oficial que, con presencia de la presidenta, se iba a realizar en la capital de La Rioja en homenaje al asesinado obispo Enrique Angelelli.
Cristina Kirchner, quien se encontraba junto a Néstor K, el gobernador riojano Luis Beder Herrera, y el intendente Quintela, fueron retirados rápidamente de la plazoleta del barrio Benjamín Rincón, y realizaron “su” acto, en el polideportivo local denominado nada menos que “Carlos Saúl Menem”.
Dentro de las Asambleas Ciudadanas actúa el grupo heroico de mujeres de Chilecito y Famatina que impidieron con piquetes a 2000 m de altura la actividad de la Bahring, que trataba de explotar el oro y demás minerales preciosos de la cadena del Famatina.
Mientras se desarrolla esta lucha, que continúa hasta nuestros días y está muy bien reflejada en la última película de Pino Solanas, se va haciendo público que una empresa china ha comenzado la prospección para extraer mineral de uranio en la sierra del Velazco, que contaminaría las escasas fuentes de agua que alimenta a la ciudad de La Rioja y los cultivos aledaños en una provincia esencialmente agrícola.
Si la penetración rusa fue en su momento de auge “capilar” y minuciosa, qué podemos decir de la actual penetración imperialista china.
La Rioja participa en el 1% del PBI nacional, pero en una de sus universidades nacionales se ha abierto la enseñanza del chino mandarín, y hacen su residencia un grupo de estudiantes chinos.
Ese mismo grupo mantiene una lucha en difíciles condiciones para preservar el histórico Colegio Nacional Joaquín V. González, frente a la decisión del gobernador Beder Herrera de convertirlo en un emprendimiento privado comercial. No le basta la entrega a las empresas mineras, se ve que no quiere perder ni la miga del sandwich.
Ahora las Asambleas Ciudadanas han impedido junto a otros sectores populares que la presidenta usara y ensuciara el homenaje al obispo del pueblo de La Rioja monseñor Angelelli, asesinado por la dictadura, en los tiempos en que la pareja presidencial, como ellos mismos han reconocido, se dedicaba a enriquecerse.
02 de octubre de 2010
