Durante todo el 2008, la Escuela Nº 79 tuvo que soportar los intentos de cierre por parte de inspectores, jefe Distrital y de Región y demás autoridades de la Dirección General de Escuelas. Rumores, amenazas a los padres y aprietes a docentes y directivos, con el objeto de vaciar la escuela para darle legalidad el cierre.
La comunidad educativa jamás estuvo de acuerdo con esto. Se hicieron movilizaciones, reuniones con inspectores y otras autoridades. Nadie los escuchó. Sin embargo en octubre, lograron el compromiso de no cierre.
A pesar de esto y de no haberla podido vaciar, las máximas autoridades del distrito, por acta, en diciembre, confirmaron que la decisión ya estaba tomada: la escuela se cerraría a fin de año. La excusa para hacerlo: la baja matrícula. La intención de las autoridades era reemplazarla por una escuela secundaria, para que de esa manera sin invertir un solo peso, ir dando respuestas al déficit de escuelas secundarias del distrito, máxime cuando ahora ésta es obligatoria. La justificación, cínica, que daban desde el discurso es que “no se cerraba una escuela, sino que se abría otra”. A este engendro, que ya intentaron el año pasado con la Escuela EPB 87, le llaman “refuncionalización”.
Para llevar a cabo este propósito, no les importó el derecho de los niños de la escuela actual, a la educación. Pretendían que se cambien a otros colegios, lo que generaría superpoblación en aquéllas, y obviando que ésta era la única de la zona que cuenta con comedor.
Las autoridades apostaron a que a esa altura del año (principio de diciembre) no iba a haber reacción de la comunidad educativa. Se equivocaron. Subestimaron a los docentes y principalmente a los padres.
Rápidamente se convocó a asambleas en la escuela, se hicieron movilizaciones a las oficinas de las distintas autoridades del distrito; y ante la amenaza de tomar la escuela, se obligó a las autoridades a dar la cara y tener que venir a explicar el por qué del cierre. Todo este proceso fue noticia en los medios locales.
Ante un nutrido grupo de padres y docentes, en una acalorada reunión de más de tres horas intentaron de todas formas cerrar la EPB, pero la firmeza y la justeza del reclamo los obligó a tener que firmar el no cierre de la escuela y garantizar su funcionamiento en el 2009, durante el cual se considerará la evolución de la matrícula. Así, la comunidad obtuvo un importante triunfo parcial.
Desde la Agrupación Azul y Blanca, especialmente los compañeros de la conducción de Suteba que pertenecen a la agrupación, a lo largo de todo el conflicto, estuvimos acompañando esta justa lucha y denunciamos que esto es parte del ajuste provincial, ya que el presupuesto para educación para el 2009 no prevé fondos para la creación de cargos y construcción de escuelas.
Esta es una de las formas concretas con que pretenden descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo. La lucha ejemplar de la escuela 79, la unidad de docentes y padres y la firmeza en el reclamo, constituyen una de las formas concretas de evitar que así lo hagan.
02 de octubre de 2010