Para comprender las causas profundas que llevaron a las clases dominantes de Argentina a invadir el Paraguay junto con los esclavistas de Brasil y los tenderos de Montevideo, es bueno estudiar los primeros años de la post-Guerra de la Triple Alianza. En este sentido nos ha llegado un valioso estudio de la abogada paraguaya Milena Pereira Fukuoka, que aporta valiosos análisis del reparto de tierras que realizaron los gobiernos paraguayos, impuestos por los invasores luego de la derrota y el genocidio.
Para comprender las causas profundas que llevaron a las clases dominantes de Argentina a invadir el Paraguay junto con los esclavistas de Brasil y los tenderos de Montevideo, es bueno estudiar los primeros años de la post-Guerra de la Triple Alianza. En este sentido nos ha llegado un valioso estudio de la abogada paraguaya Milena Pereira Fukuoka, que aporta valiosos análisis del reparto de tierras que realizaron los gobiernos paraguayos, impuestos por los invasores luego de la derrota y el genocidio.
El general paraguayo Bernardino Caballero, que llegó a ser presidente en la pos-guerra ejecutó la venta de las tierras públicas, adquiriendo para su empresa 2.647.727 hectáreas. El francés Domingo Barthe se hizo propietario de 1.125.000 hectáreas. La compañía Fonciere du Paraguay, se quedó con 465.000 hectáreas transformándose en la mayor empresa ganadera.
El brasilero Tomas Laranreira se adueñó de 190.000 hectáreas de yerbales en Concepción, frontera norte con Brasil.
En la región occidental, Carlos Casado, un español radicado en Argentina se quedó con 5.625.000 hectáreas.
Emilio Aceval, un banquero que posteriormente sería presidente del país, se quedó con 194.000 hectáreas y su hermano Benjamín con 400.000. El gobierno reservó 883.000 hectáreas para los tenedores extranjeros de Bonos que habían formado una asociación en Londres.
Viendo este robo de tierras públicas, se entiende mejor porqué les molestaba tanto los gobiernos anteriores, saliendo a luz los motivos reales de la guerra genocida.
Para ejecutar este reparto, los vencedores impusieron la vigencia del Código Civil argentino como ley interna del Paraguay. Por último, si comparamos este reparto de tierras con el régimen de tierras que estuvo vigente durante más de los 50 años anteriores, comprendemos uno de los motivos de la guerra.
