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13 de marzo de 2013

Importantes congresos sindicales (2)

Crónicas proletarias

 La Federación Obrera Regional Argentina (FORA), realiza su 5º Congreso pocos días después del de la UGT, a fines de agosto de 1905. En ese momento, esta central sindical anarquista era mayoritaria en el movimiento obrero organizado. Participaron de este Congreso 41 sindicatos, 5 federaciones locales (Rosario, Santa Fe, Córdoba, Ayacucho y San Fernando), que nucleaban a 53 sociedades, además de la Federación de Obreros del Calzado, que representaba a 4 sociedades.

 La Federación Obrera Regional Argentina (FORA), realiza su 5º Congreso pocos días después del de la UGT, a fines de agosto de 1905. En ese momento, esta central sindical anarquista era mayoritaria en el movimiento obrero organizado. Participaron de este Congreso 41 sindicatos, 5 federaciones locales (Rosario, Santa Fe, Córdoba, Ayacucho y San Fernando), que nucleaban a 53 sociedades, además de la Federación de Obreros del Calzado, que representaba a 4 sociedades.
En este congreso se refuerza la adscripción ideológica al anarquismo, y se rechaza el “pacto de solidaridad” propuesto por la UGT, por “inútil, ineficaz y contraproducente”. Esta postura de la FORA la lleva a enfrentarse con la Redacción de La Protesta, la publicación anarquista más importante de nuestro país, cuyo director en ese entonces, Alberto Ghiraldo, impulsa coincidencias, particularmente con la naciente corriente sindicalista.
Además, el Congreso recomendó que si las sociedades federadas entraban en huelga, “se pongan de acuerdo con los conductores de carros para llevar a buen fin el movimiento, por ser el carro el medio de lucha más eficaz”. Con respecto a la Ley Nacional de Trabajo la FORA acordó “ir a la huelga general revolucionaria cuando se trate de sancionar esa ley”, expresando su frontal oposición.
El Congreso se ocupó de otros temas, como acordar resistirse a los intentos de encarcelamiento: “no dejarse llevar presos sin causa justificada”, y tuvo un párrafo para la “Actitud de la mujer en la lucha”, invitando “a las sociedades adheridas a la FORA hagan una activa propaganda dentro de sus respectivas localidades para inculcar a la mujer a la lucha para que así aumente el caudal de sus conocimientos y secunde al hombre en la lucha por la emancipación. Como se ve, una posición “pedagogista” y lejos del protagonismo de la mujer, lo que denunciaban incluso importantes dirigentes anarquistas como Virginia Boltem.
En la declaración final se expresa que la FORA “aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración la más amplia en el sentido de inculcar a los obreros los principios económicos-filosóficos del Comunismo Anárquico”.
Pese a la tajante definición de la dirección del Congreso de la FORA, en los meses siguientes hubo varios momentos de acercamiento y de acciones en común, si bien se mantuvo la disputa por muchos años. Esta división, y el peso de concepciones no marxistas, como planteó Otto Vargas en El marxismo y la revolución argentina, Tomo 1, llevó al movimiento obrero a serias derrotas, pese a su gran combatividad.