“… Y no es posible incorporar las masas a la política sin incorporar a las mujeres. Porque bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano está doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital y, además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas, no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar y en segundo lugar, lo que es más importante, permanecen en la “esclavitud casera”, son “esclavas del hogar”, viven agobiadas por la labor más ingrata, más dura y más embrutecedora: la de la cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual”.
V. I. Lenin