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02 de octubre de 2010

El kirchnerismo, desgastado, busca en octubre un triunfo que lo fortalezca. Sus rivales en el sistema quieren forzarlo a la segunda vuelta. Sube el descontento y la bronca popular. Crecen la lucha y el voto en blanco, nulo y la abstención, que preparan al pueblo para la crisis política que madura.

Inflación K: hambre y robo salarial

1. El faltazo
Kirchner festejó el domingo pasado el triunfo del gobernador chubutense Mario Das Neves que logró su reelección por un amplio margen. Das Neves viene de regalarle 40 años más de explotación del gigantesco yacimiento petrolero de Cerro Dragón a Pan American (sociedad de la inglesa British y la rusa Bridas). Cristina Kirchner participó de la campaña, en un acto en el que elogió al monopolio ruso Aluar por la ampliación de la planta de Puerto Madryn.
Seguramente también va a festejar K el triunfo de Jorge Capitanich en el Chaco (ver pág. 3) aún no reconocido por el radical Angel Rozas. Ni Kirchner ni Cristina K se jugaron por Capitanich, quien no se presentó con el sello del Frente para la Victoria sino con el del PJ. Rozas anunció que esperará el final del escrutinio. Las elecciones de Chubut y Chaco cerraron los 14 comicios anticipados.
Los candidatos apoyados por Kirchner perdieron en 6 provincias, y ganaron en cinco: Chubut, Entre Ríos, Río Negro, San Juan y Tucumán. Aunque los gobernadores electos no son “tropa K”.
Un arco heterogéneo que va desde fuerzas de la derecha hasta reformistas, ganó en cinco distritos: Capital Federal (PRO, apoya a López Murphy), Neuquén (apoya a Sobisch), San Luis (apoya a Rodríguez Saá), Santa Fe (PS, apoya a Carrió-Giustiniani), y Tierra del Fuego (ARI).
En Catamarca ganó un acuerdo entre el radicalismo y el Frente para la Victoria, pero la UCR armó un gobierno propio y anunció que apoyará a Lavagna. En La Rioja perdió el candidato K, aunque el que ganó anunció su apoyo a CK. Dos provincias están “en suspenso”: Córdoba con el alevoso fraude K, y Chaco.
Silenciado por los medios de comunicación, otro elemento va creciendo: “un porcentaje cada vez mayor de gente habilitada para votar prefiere pegar el faltazo, un fenómeno que (…) promete instalarse en octubre como el gran desafío de la legitimidad para la clase política” (Ambito Financiero, 17/9). El porcentaje de quienes concurrieron a las urnas en las elecciones realizadas este año va del 57% al 76% con “un descenso promedio cercano al 5% en las 14 elecciones anticipadas, aunque en algunos casos llegó al 10%” respecto de las elecciones anteriores del 2003 (AF, 17/9). Ambito no suma los votos en blanco y nulos, con los que “el desafío a la legitimidad” de los candidatos del sistema es aún mayor.

2. El desgaste K
Desde su derrota en la Constituyente de Misiones, el kirchnerismo ha recibido muchos golpes, duros, que lo han desgastado. Golpes por la lucha popular, y golpes en las urnas.
El gobierno no pudo “esconder” con los índices truchos del IndeK la inflación galopante que multiplica el hambre en las barriadas populares y carcome salarios, planes sociales y jubilaciones. Estallan los escándalos de corrupción. La creciente represión, el abandono a su suerte de Julio López y la criminalización de la protesta fueron revelando el doble discurso K en el terreno democrático. Los contratos petroleros entreguistas firmados por Chubut y Santa Cruz con Panamerican mostraron el continuismo de la política privatizadora.
Así, grandes masas van calando la mentira K. La borocotización, unida a las alianzas con casi todos los “impresentables” que Kirchner había jurado “barrer”, revelaron la verdad del “modelo K”: conformar un partido hegemónico, que garantice la gobernabilidad lavándole la cara al tablero político del sistema.
El kirchnerismo armó el principal partido del sistema. Pero perdió credibilidad como supuesta “barrera de contención” frente a la derecha, como fuerza de “centroizquierda” y como “renovación” del peronismo. Por eso, de la mano de una justicia electoral adicta, impuso, de hecho, el sistema de “lemas”, inconstitucional e ilegal, colgando la boleta de CK de numerosas “listas colectoras”. Hizo acuerdos con grupos con los que venía forcejeando para poder disputar varias provincias. Y ha quedado en manos de Scioli y el aparato del PJ para lograr un triunfo en Buenos Aires, decisivo en octubre.
Han surgido rivales que le juegan al gobierno desde el centroizquierda (Carrió-Giustiniani), y desde el peronismo (Rodríguez Saá).
Además, resucitó Duhalde en un acto en homenaje a Frigerio, compartiendo tribuna con Alfonsín y al que asistió el mandamás del holding Clarín, Héctor Magnetto. Duhalde anunció que vuelve, después del 10 de diciembre, a disputarle a Kirchner el PJ. Considera que los borocotizados son “alquilados” que volverán a subordinársele.
Por otra parte, el kirchnerismo va perdiendo aliados que creyeron en su discurso, y a sectores del llamado “kirchnerismo crítico”, asqueados de los negocios económicos y políticos del gobierno.
La disputa electoral entre el kirchnerismo y sus rivales dentro del sistema expresa la crudeza de esa interna entre los de arriba.

3. La “interna” del poder
Con Kirchner llegaron al corazón del poder monopolios petroleros y mineros (españoles, ingleses, un sector de capitales rusos, etc.), aliados con los monopolios (y terratenientes) del complejo sojero embarcados en el comercio con China; y con forcejeos, los pulpos del acero, el aluminio. El kirchnerismo, con una voracidad sin límites, usa el poder y los fondos del Estado para engordar a su grupo de burguesía intermediaria del imperialismo y a sus “amigos”, que es lo que sus rivales dentro del sistema le van destapando en los casos de corrupción.
Esta voracidad del “grupo K” y de sus socios, ha desatado una feroz interna en el bloque dominante con grupos que fueron hegemónicos en ese bloque durante el gobierno de Duhalde (grupos rusos y europeos): También se han agudizado las contradicciones con los que tuvieron su fiesta en el gobierno de Menem (yanquis, y los beneficiados con las privatizaciones y con la orgía financiera e importadora).
Ante los nubarrones que provocan las turbulencias financieras, la inflación y la crisis energética, CK anuncia un gobierno que mantiene lo que Kirchner llamó “el eje estratégico” con China, la alianza con algunos capitales rusos y con los españoles, y acumula kilómetros en avión negociando con los demócratas y el lobby judío yanqui, y con los alemanes. A su vez, la candidata oficial llegó a calificar de mafioso al gobierno ruso de Putin.
Los rivales del kirchnerismo dentro del sistema, quieren que CK se desgaste pagando el costo político de resolver la inflación, la crisis energética y las turbulencias financieras cargándolas sobre las espaldas del pueblo. Por eso hablan de más orden, convocando a la reconciliación con los genocidas del “proceso”, le reclaman más distancia con Chávez, y cambiar las porciones en el reparto de la torta.
Con el reclamo de “orden” viene mucho “canto de sirena” sobre los sectores militares patriotas. Candidatos reaccionarios que entregaron el país, los convocan para “la reconciliación” porque quieren usarlos de carne de cañón para reprimir al pueblo: una nueva encerrona histórica.

4. Todos con el SAT de Salta
La dirección nacional del SAT (trabajadores de televisión) ha lanzado una ofensiva de ahogo económico y liquidación de la dirección clasista y combativa de Salta, que resiste a la pérdida de conquistas logradas con la lucha y entregadas por el convenio nacional. Es un caso emblemático que muestra lo que se viene de la mano de Kirchner.
Se quiere castigar la decisión de los trabajadores de TV salteños de luchar por aumentos salariales, como una “advertencia” a los trabajadores que no acepten los topes salariales acordados por el gobierno y las patronales.
En esa misma dirección van las provocaciones de Kraft-Food contra la Comisión Interna de Terrabusi y el acuerdo de Daer y el Ministerio de Trabajo para impedir la constitución de su cuerpo de delegados, los despidos en Mafissa, el desafuero de delegados del Subte, etc.
La inflación desbocada unida a los topes salariales “K” les permite a las patronales y al gobierno un robo salarial a los trabajadores que aumenta mes a mes. La inflación también hace crecer la recaudación del gobierno, robándole mes a mes el porcentaje del presupuesto destinado a los planes sociales y a las jubilaciones.
Para que el robo salarial y social funcione, la clave está en direcciones sindicales arrodilladas ante los topes impuestos por las patronales y el gobierno.
Por eso, la defensa del SAT salteño, junto a los demás casos de amenaza a los fueros sindicales, es una pulseada de todo el movimiento obrero, y exige rodearlos de solidaridad.
Y acompañar la lucha de los desocupados a los que el kirchnerismo y toda la cloaca política del sistema empujan al hambre que crece en las barriadas populares y zonas rurales.

5. Un voto útil
La disputa por el voto es el centro de la política nacional. La candidatura de CK está en el centro de ese escenario. Sigue siendo la principal opción del sistema para garantizar la continuidad de la política K, que asegura las superganancias de de monopolios, banqueros y terratenientes.
Se dice que el voto en blanco y nulo, o no ir a votar, “favorece a CK” porque achica el porcentaje sobre el que se miden los “votos útiles”. En consecuencia, se propone optar por “el mal menor” votando a alguno de sus rivales dentro del sistema. Son argumentos que revelan los planes de estos opositores: forzar a CK a la segunda vuelta. Con esto, quieren “desgastar” al gobierno para forzarlo a pagar el costo político de los problemas económicos, y voltearlo en el 2008 o 2009.
En 1995 el “voto útil” era la boleta de Menem para que no aumentaran las cuotas de las compras a crédito, y Menem nos mandó al infierno. En l999 el “voto útil” fue a la Alianza para que viniera un gobierno de “manos limpias” y vino De la Rúa que sobornó al Congreso y nos sumergió más en el infierno. En el 2003 Kirchner reclamó el “voto útil” y así estamos. Fueron todas “zanahorias”.
También reclaman el “voto útil” fuerzas de izquierda con candidatos testimoniales. En las 14 elecciones anticipadas, estas fuerzas no han tenido peso en las urnas. Son propagandísticas. Pueden llegar a sacar algún diputado o concejal, que por más buena voluntad que ponga no podrá hacer nada en legislaturas con mayorías levantamanos del gobierno: los superpoderes, los convenios petroleros entreguistas, la ley de terrorismo de Estado, etc.
Es un error persistir en estas candidaturas “testimoniales” (o parlamentaristas en un sistema presidencialista como el argentino). Introduce divisiones dentro de los que luchan. No hay que seguir golpeándose la cabeza contra la pared: no es ese el camino para el pueblo.

Prepararse para terciar
El gran ejemplo de un verdadero voto útil que hubo en estos años fue el voto en blanco, nulo y la abstención en el 2001: más de 10 millones de argentinos dejaron en el aire a De la Rúa, listo para el cachetazo, exigiendo ¡Que se vayan todos!
Eso es lo que avanza, como advierte, con fino olfato reaccionario, el diario Ambito Financiero: que el voto en blanco o nulo y la abstención masivos desafíen la legitimidad del aparato político del hambre y la entrega.
En las 14 elecciones anticipadas se ha demostrado que el voto en blanco, nulo o la abstención es la herramienta con la que golpea la mayoría de los que luchan con la política K y no quieren tragarse “la zanahoria” del mal menor.
Hay grandes combates obreros y populares como los de Santa Cruz, La Plata y Gualeguaychú. Al cierre de esta edición se realiza la masiva marcha por la aparición con vida de Julio López, y se prepara una nueva jornada nacional de los desocupados de la CCC y el MTD Aníbal Verón. Se ultiman los preparativos para un gran Encuentro Nacional de Mujeres en Córdoba. Crece el descontento, crece la bronca, crecen las luchas, crece la unidad en multisectoriales y crecen el voto en blanco, nulo y la abstención.
Este es el único camino con futuro. El único que pega duro a esta política K sin ilusionar en sus rivales dentro del sistema.
No un voto pasivo. La situación exige un voto activo: ganar las paredes, las calles, las radios; discutir en las fábricas, el campo, las aulas, los barrios.
Es movilizarse. Es organizarse. Como los vecinos de Gualeguaychú con el voto verde, los familiares de Cromañón con la lista 194, los cordobeses con el voto bronca contra el fraude, los estudiantes con lo que les dicte su imaginación, con la foto de Julio López en el movimiento democrático, y los militares patriotas con las Malvinas. Hay muchos peronistas asqueados de la borocotización de sus dirigentes que se disponen a volver a su historia con el voto en blanco, también muchos radicales quieren recuperar su tradición de la abstención contra el régimen.
El PCR y otras fuerzas de izquierda trabajan activamente el voto en blanco, nulo y la abstención. Lo hacemos para unir a todos estos afluentes como núcleo que motorice una campaña electoral de masas. Y para que después del 28 de octubre ese núcleo reagrupe a las fuerzas sociales y políticas populares, patrióticas y democráticas, para terciar en las tormentas políticas que maduran para después de las elecciones. Creando las condiciones para imponer, por el camino del Argentinazo, un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, capaz de garantizar pan, trabajo, salud, educación, vivienda, tierra, libertad e independencia nacional.