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24 de abril de 2019

se extiende el empobrecimiento y la desigualdad social

Inflación récord del macrismo

Egún el Índice de Precios al Consumidor (IPC), difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) el martes 16, la inflación continuó acelerándose y alcanzó el 4,7% en el mes de marzo. Esto significa que, de marzo a marzo, la inflación en un año llegó al 54,7%, la cifra más alta desde que Mauricio Macri asumió el Gobierno. Este porcentaje también es un récord en los últimos 27 años, ya que hay que remontarse a enero de 1992 para encontrar uno superior, cuando se impuso la Convertibilidad entre el peso y el dólar.

Debido a la aceleración de la inflación y las peores condiciones laborales, la pobreza en nuestro país pasó del 25,7% en el segundo semestre de 2017 al 32% del total de la población del país el segundo semestre de 2018 (“Casi más de tres millones de pobres en un año”, hoy N° 1761). Pero este porcentaje, al ser un promedio semestral, oculta lo sucedido en el último trimestre de 2018 que se manifiesta en el pronunciado deterioro en la distribución del ingreso en desmedro de las personas de los sectores bajos e incluso medios, mayoritarios. Lo que lleva a estimar que, si bien el promedio de pobreza llegó al 32% de las personas en el segundo semestre de 2018, en los últimos tres meses del año cuando se agudizó la crisis, ese porcentaje pudo superar el 40%, considerando el 30% los hogares más pobres que son los que tienen mayor número de personas.

Con la devaluación del peso y la consiguiente inflación se generaliza el empobrecimiento de la mayoría de la población y se agravan las desigualdades en la distribución de los ingresos. Esto se explica porque el traslado de la devaluación a los precios no es parejo, sino que es desigual: muy superior en los bienes y servicios dolarizados o indexados que son los que más consumen las personas de ingresos bajos y medios en relación al consumo de las más ricas, que además pueden cubrirse con activos financieros o dolarizarse. Así se puede observar que, si al cuarto trimestre de 2017 el 10% de las personas más ricas tenía ingresos 17 veces más altos que el 10% más pobre, con la aceleración de la inflación despareja al cuarto trimestre de 2018 el 10% más rico de la población tenía ingresos 20 veces más altos que el 10% más pobre, habiéndose ampliado esa brecha en tres puntos, según la escala de ingresos per cápita del 10% superior (de $36.261) sobre el 10% del inferior ($1.815), como publicó el Indec (“Crece la desigualdad”, hoy N° 1762).

La magnitud del aumento de la desigualdad de la distribución de los ingresos y de la pobreza refleja el hecho de que hay una gran cantidad de personas y de familias cuyos ingresos se encuentran muy cerca del umbral de la pobreza en los niveles de ingresos medios. Esa población, bien llamada vulnerable, cae debajo de esa línea y se convierte en pobre. El aumento de la población vulnerable ya abarca a la mayoría de los trabajadores registrados (asalariados en convenio, monotributistas, jubilados, etc.) que, al igual que los ya caídos en la pobreza, tiene su raíz en la creciente inflación gatillada por la megadevaluación del peso, que sigue devorando todos los ingresos de los trabajadores y de la producción y el comercio nacionales. Situación agravada por las tasas de interés usurarias y los crecientes despidos y suspensiones y el aumento de la informalidad laboral por la caída de la actividad económica a que lleva la política de “libertad cambiaria” del macrismo en beneficio de los sectores monopolistas de la tierra y del capital que representa, sostenida con el respirador artificial de las tasas de interés astronómicas que implica el pacto de sumisión con el Fondo Monetario Internacional.

Hoy N° 1763 24/04/2019