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15 de marzo de 2011

*    Publicado en forma de folleto a mediados de 1982. (Posterior a septiembre de 1982)

Informe sobre la situación en China*

Documentos aprobados / Tomo 4-2

Capitulo I
La restauracion capitalista en China

Capitulo I
La restauracion capitalista en China

En China, a partir del Tercer Pleno del CC de diciembre de 1978 se ha operado un retroceso cualitativo. Tras una compleja, violenta e inmensa lucha, se han apoderado del poder los “seguidores del camino capitalista”. La burguesía se ha hecho dueña de la situación y ha logrado afianzarse en la dirección de las palancas claves del Partido, el Ejército y el Estado; derrocando, reprimiendo y desplazando a los cuadros maoístas. Esto último se realizó meticulosamente en todos los niveles, desde la dirección central hasta los últimos escalones del poder.
Las resoluciones del Sexto Pleno del 27-6-81 coronaron en lo fundamental este proceso.
Luego de tomado el poder, la “nueva mayoría” gobernante pasó a encarar cambios de fondo en la estructura y la superestructura de la sociedad china, encaminados a hacer retroceder las relaciones de producción y restaurar el capitalismo. Para posibilitarlo, se desarolló una intensísima campaña de desprestigio de la figura de Mao Tsetung, se inició la revisión de la historia abandonando el análisis marxista-leninista-maoísta de la misma y de la teoría marxista-leninista-pensamiento Mao Tsetung. En ese sentido, el XII Congreso, realizado en septiembre de 1982, además de institucionalizar a la burguesía en el poder, significó un viraje histórico que revisó de “cabo a rabo” las tesis marxistas-leninistas en terrenos claves y cambió la línea general, las políticas especificas y los principios maoístas. El ataque se centró en Mao Tsetung, como responsable principal de desviaciones “izquierdistas” prácticamente desde 1956 hasta su muerte. Así, la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976) ha pasado a ser los diez años malditos de la historia china, y el Gran Salto Adelante (1958), fruto de errores de apresuramiento izquierdista. Se califica a Mao de aventurero, de fanatismo pequeño burgués propio de una mentalidad campesina, y de impulsor del culto a su propia personalidad. Tomando como caballito de batalla posiciones ultraizquierdistas de la “Banda de los Cuatro”, se falsearon los hechos históricos, se tergiversaron y desnaturalizaron las esencias de las tesis marxistas-leninistas-maoístas que presidieron el análisis y la línea general del Partido Chino durante esos periodos, para poder refutarlos y cambiarlos.

Capítulo II
La revisión histórica y teórica

Los grandes hechos revolucionarios de China luego de la toma del poder en 1949, el Gran Salto Adelante y la Gran Revolución Cultural Proletaria, han pasado a considerarse erróneos o desastrosos mirados bajo el prisma de la teoría del solo desarrollo de las fuerzas productivas como motor de la sociedad china. Para esa consideración han debido ocultar el gran desarrollo de las fuerzas productivas en esos periodos, tergiversando las ideas maoístas de modernización y avance de la sociedad china basadas precisamente en la derrota de esa teoría. Han debido plantear falsamente la contradicción Mao = atraso, línea actual = modernización, denostando a los grandes ejemplos de desarrollo y espíritu comunista de Tachai y Taching como representativos del solo esfuerzo físico artesanal y atrasado. En consonancia con ello, se ha proclamado el cambio en la contradicción principal actual en China, que ha dejado de ser burguesía-proletariado para convertirse en la que opone a “las crecientes necesidades materiales y culturales del pueblo y la atrasada producción social”. Pero, sobre todo, se atacó y se abandonó la teoría y la línea de la continuación de la revolución bajo las condiciones de dictadura del proletariado. En esta teoría, que fue aprobada por los Congresos IX, X y XI del P.C. Chino, Mao Tsetung, utilizando la dialéctica materialista para analizar la sociedad socialista, señaló que la sociedad socialista cubre una etapa histórica bastante larga, y que durante la etapa histórica del socialismo siempre existen clases, contradicciones de clase, lucha de clases. Existe la lucha entre el camino socialista y el camino capitalista, existe el peligro de restauración capitalista y existe la amenaza de subversión y agresión por parte del imperialismo y el socialimperialismo.
De allí que en esta etapa histórica se hace necesario persistir en la lucha del proletariado contra la burguesía y en la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.
En esta teoría, Mao Tsetung, –aplicando a la sociedad socialista la tesis marxista de que la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas y la existente entre la superestructura y la base económica, son las contradicciones fundamentales de la sociedad–, senaló que en la sociedad socialista hay consonancia y contradicción simultánea entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas, y entre la superestructura y la base económica. Todo aquello que en las relaciones de producción no corresponda a las fuerzas productivas, así como todo aquello que en la superestructura no concuerde con la base económica, entorpece el desarrollo de las fuerzas productivas. Por consiguiente, señaló que es preciso continuar llevando adelante la revolución en el terreno de la superestructura, y consolidar y fortalecer la dictadura del proletariado en la superestructura, incluidos todos los dominios culturales, a fin de hacerla concordar con la base económica socialista.
Es imperativo continuar llevando adelante la revolución en el terreno de las relaciones de producción y consolidar y desarrollar la propiedad social socialista y los demás aspectos de las relaciones de producción socialistas, para hacerlas concordar con las necesidades del desarrollo de las fuerzas productivas.
Es necesario realizar la innovación y la revolución técnica, y desarrollar rápidamente las fuerzas productivas para dotar al sistema socialista de una base material cada vez más poderosa, e impulsar el desarrollo y las transformaciones de las relaciones de producción y la superestructura. Sólo en esta forma se puede consolidar y fortalecer la dictadura del proletariado, hacer avanzar la causa socialista y llegar finalmente a la sociedad comunista en la que habrán sido abolidas todas las clases. Proceso que, como demostró Mao Tsetung, no será lineal e inevitablemente tendrá avances y retrocesos y picos revolucionaros, y exigirá nuevas Revoluciones Culturales. Al mismo tiempo, Mao Tsetung formuló la tesis sobre la distinción y el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo, y las existentes entre el pueblo y el enemigo en la sociedad socialista.
Esta teoría significó un salto histórico en la defensa y el desarrollo del marxismo-leninismo y es el aporte más importante de Mao Tsetung al mismo. Porque sintetizó la experiencia del proletariado chino e internacional de varias décadas en la construcción del socialismo. Porque analizó las causas más profundas de la restauración burguesa en la URSS, y desarrollando los aportes de Lenin, desentrañó el cambio cualitativo que significó la línea revisionista del XX Congreso y su carácter socialimperialista actual desde el golpe de Estado de 1957. Porque señaló un camino general para la consolidación y desarrollo de la revolución y construcción socialista; y luchando contra el revisionismo y criticando posiciones dogmáticas, puso en la acción de masas del proletariado y el pueblo la resolución de las complejas contradicciones que enfrenta la sociedad socialista en su tránsito a la sociedad comunista. Porque desarrolló la verdadera concepción marxista de la dictadura del proletariado, que significa dictadura para los enemigos y democracia grande para el pueblo; y desarrolló la teoría leninista de partido de vanguardia, su relación con las masas en el socialismo, con los soviets y demás organizaciones sociales y políticas, y los principios de su vida interna. Porque significó un salto en la teoría marxista-leninista en el análisis de las contradicciones surgidas en la construcción del socialismo y su resolución revolucionaria. Porque contribuyó con ello a desentrañar las contradicciones fundamentales del mundo actual y a elaborar la teoría de los Tres Mundos.
Se comprende que la actual dirigencia china haya considerado necesario desterrar y pulverizar esta teoría para emprender su camino capitalista, y se comprende también que Hu Yaobang haya señalado que el hecho de atreverse a criticar a Mao haya sido el “problemas clave” para producir el viraje histórico.
Se ha renegado también de la defensa de la dictadura del proletariado, formulando que el actual Estado es la “dictadura democrático popular”.
Se ha revisado la concepción marxista-leninista sobre la inevitabilidad de la guerra. Hoy se formula que esa concepción no ha sido probada, pues hace más de cuarenta años que no hay guerra. Como si alguna vez esa teoría hubiera sido planteada en términos cronológicos y no científicos, y como si en los últimos cuarenta años hubiera disminuido la feroz lucha por el reparto del mundo entre las superpotencias con su saldo de muertos por millones en innumerables guerras “locales”.
Se dice además que es posible defender la paz hasta el año 2000; y que si ello se consigue, en el próximo siglo será más difícil desatar la guerra. Auguran más de un siglo de paz. Evidentemente confunden sus necesidades o deseos con la realidad.
Se ha abandonado la caracterización de la URSS como socialimperialista y se caracteriza ahora a esa superpotencia como país socialista, aunque hegemonista.
En la cuestión polaca se pone el acento en que este es un problema “interno” de Polonia. Pero de fondo se critica y se teme la acción revolucionaria de las masas en el socialismo.
Otra cuestión de importancia es que, a diferencia del XI Congreso que consideraba la defensa del Pensamiento Mao Tsetung como una cuestión que “atañe no sólo al desenlace de la causa revolucionaria de nuestro país sino también al destino de los pueblos del mundo”, en la actualidad se acentúa unilateralmente el carácter nacional de su aporte y se lo iguala cada vez más con otros “aportes” como los de Liu Shaochi, Peng Tejuai, etc.
Se niega que, al igual que Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao es una espada en manos del proletariado internacional y los pueblos oprimidos del mundo, y que en la actualidad no se puede ser marxista-leninista sin defender a fondo el maoísmo, como ya lo señalara el Tercer Congreso de nuestro Partido en el año 1974.
En el plano ideológico y cultural se señala la “falta de correspondencia entre el desarrollo cultural y económico”, y se plantea desde un enfoque ajeno al marxismo-leninismo la necesidad de educar a las masas y lograr un “alto grado de civilización socialista en lo moral y espiritual”; como si esto fuera posible al margen de la práctica de las masas en los tres grandes movimientos históricos, fuentes principales del conocimiento: el de la lucha de clases, la lucha por la producción y la experimentación científica.
Esto va en correspondencia con la nueva teoría de que los intelectuales forman parte, en el socialismo, de la clase obrera, y que deben ser los dirigentes de la consecución de un “alto grado de civilización moral y espiritual”, lo que justificaría sus mayores salarios en relación a los trabajadores manuales. Con esto se revisa la tesis marxista de que el proletariado industrial es el dirigente de la revolución, dada su inserción en la producción que determina su conciencia colectiva, y por no tener nada quo perder salvo sus cadenas.
En el último periodo se han comenzado a revisar, por anticuadas, las tesis marxistas que señalan a la etapa socialista como de transición al comunismo, y se ha llegado a decir que el socialismo es posiblemente un periodo estable y muy prolongado con etapas a su vez. Tema que ellos tienen en estudio en este momento.
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Capítulo III
“Las reformas economicas”

Las reformas ejecutadas por la actual dirigencia china en la agricultura, la industria y el comercio, en el campo y la ciudad, tienen de común los cambios en el sistema de propiedad y la aplicación de la “ley del valor” como directriz en el desarrollo de la economía. Si agregamos las tesis de Teng Siaoping a aplicar con la incorporación de Hong Kong, y la posible de Macao y Taiwán, a territorio chino, de un país dos sistemas, esto se amplía considerablemente. Actualmente rige en China, según sus dirigentes, la economía mercantil planificada, en la cual predomina, como su nombre lo indica, la economía mercantil aunque supuestamente con planificación controlada por el Estado.
En China, según sus actuales dirigentes, existen hoy cinco tipos de propiedad. La propiedad social o estatal, la propiedad colectiva, la propiedad privada en pequeña escala, la propiedad privada mixta (china-extranjera), (estatal-privada) y la propiedad privada extranjera. Estas dos últimas en las “zonas especiales”.
El socialismo hoy, también según la dirigencia china, estaría asegurado por las cuatro persistencias. A saber: 1) la persistencia del predominio de la propiedad estatal; 2) la persistencia de la dictadura democrático-popular que, según ellos, es igual que la dictadura del proletariado; 3) la persistencia de la dirección del Partido; 4) la persistencia del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung.
Creemos que con lo escrito precedentemente no es necesario comentar in extenso la falacia de tal aseveración. El problema es: ¿Quién dirige al Partido y el Estado? Ellos juzgarán qué debe persistir del pensamiento Mao Tsetung y qué debe ser abandonado de él. En cuanto a la primera persistencia, si se juzgara el carácter socialista de un país por el predominio de la propiedad estatal, habría en el mundo una abrumadora mayoría de países socialistas
Veamos ahora las reformas por sector:
a)    En la agricultura. En primer lugar se dio libre curso a lo que Liu Shaochi denomino el San Zi Yi Bao (desarrollo del mercado libre, aumento de tierras de use privado, promoción de empresas responsables de sus pérdidas y ganancias y fijación de cuotas de producción y distribución en base a la familia campesina). Se eliminó la Comuna como órgano de poder político, administrativo y militar descentralizado (soviet campesino), con lo cual se cumplió uno de los principales objetivos históricos de los seguidores del camino capitalista, y el equipo de trabajo como órgano fijador de cuotas de producción y distribución, volviendo a la economía familiar con el sistema de contratos. La Comuna se ha reemplazado por un órgano administrativo municipal: el Cantón. En el último periodo se ha “avanzado” en la división de trabajo con lo que se denomina “las familias que se dedican a tareas especiales”. Por ejemplo a crías de animales o a distintos tipos de actividades artesanales o industriales en pequeña escala. Eso, además de rendir grandes ganancias a esas familias por el aumento de precios de esos productos en el mercado de las ciudades, (lo que ha llevado a algunos familias a ganar 30.000 yuanes anuales, puestas como ejemplos por los actuales líderes chinos), “obliga” a estas familias a ceder la tierra que cultivan, incluida su parcela individual, a otra familia, a condición de que esta última le entregue su cuota de alimentos (arriendo disimulado). Así algunas familias acumulan tierra y otras acumulan ganancias. En algunos casos estas familias emplean trabajadores, es decir, explotan mano de obra en pequeña escala.
    Otro fenómeno a observar es la aparición de la intermediación en el mercado libre, dado el volumen de la mercadería que en él se negocia; lo que ha producido aumentos en los precios de los artículos, y repercutido en los habitantes de las ciudades, cuyos salarios por lo general no pasan de los 100 yuanes mensuales. Estos, hoy, deben optar entre las tiendas estatales, de precios más bajos pero donde escasean los productos y los empleados, debiendo soportar largas colas, y las pequeños tiendas o el mercado libre con precios mas altos.
b)    En la industria. Campea el incentivo material con el aumento de la explotación y el número de horas de trabajo. Se premia asistencia, puntualidad, producción, etc. En algunas ramas de la producción se ha promovido el trabajo a destajo (construcción, textiles, minas de carbón).
    Se aplica el sistema de responsabilidad de pérdidas y ganancias de las empresas, con predominancia en las decisiones del director de empresa.
    Las famosas asambleas de obreros y empleados han pasado a ser absolutamente formales; se reúnen una o dos veces por año para aprobar planes de producción y salarios, balances ya elaborados por la dirección de las empresas y para convalidar a directores elegidos desde arriba. Hay ya algunos casos de combinados de empresas (holding) en los cuales los directores son elegidos directamente por la dirección central. En las ciudades han pasado a proliferar los pequeños negocios (confiterías, sastrerías, arreglos de bicicletas, etc.) muchos con mano de obra asalariada en pequeña escala.
c)    En el comercio. Las empresas por su cuenta, en algunos casos, y en otros con aprobación estatal, pueden negociar su producción en el país y en el extranjero bajo la responsabilidad de los directores. En las zonas “libres” las empresas privadas también pueden negociar con el extranjero. Es decir que al comercio estatal se le ha agregado el comercio empresarial y el comercio privado.
    Estos cambios han producido una creciente diferenciación de clases y sectores de clases, particularmente en el campo, y una proliferación de pequeña burguesía en las ciudades. Se han ahondado las diferencias entre la ciudad y el campo y entre el trabajo manual e intelectual. Todo esto articulado con la concentración y tecnificación de algunos sectores de la industria estatal con ayuda tipo “llave en mano” de otros países (en particular Japón y Alemania Occidental), y la proliferación en las zonas “libres” de empresas extranjeras o mixtas. Como consecuencia de estos cambios, se han evidenciado fenómenos de una magnitud antes desconocida en China: inflación, desocupación, deuda externa y un incremento de delitos económicos y penales que han hecho retroceder la situación en este terreno a niveles peores, según lo han reconocido los propios chinos, que los existentes en 1949. También es hoy común ver en la televisión y por las calles propaganda de empresas imperialistas. Se practica la política de horas extras, se han impuesto jornadas laborales de 10 a 12 horas, el salario a destajo, y hay diferencia entre el salario de hombres y mujeres.
d)    En el terreno educacional. Se ha revisado la política que ponía el acento en la elevación del nivel cultural, técnico y científico de las grandes masas populares, y que, como parte de ello, impulsaba la formación de expertos rojos y calificados, y la incorporación a la educación superior de cuadros obreros y campesinos que garantizaban la composición social del estudiantado, por una concepción cerradamente elitista. Se ha eliminado la política de combinar adecuadamente la educación con el trabajo manual, la orientación de enviar diplomados secundarios al campo o a la producción, y la facultad de las empresas y comunas para enviar trabajadores a los institutos de enseñanza superior y a la universidad. Se han impuesto exámenes de ingreso y exámenes globales altamente restrictivos y se ha asegurado la dirección de los rectores y profesores de las casas de estudio sin ninguna participación estudiantil. Se ha prohibido la discusión democrática, el Dat-ze-bao y otras formas de debate.

Capítulo IV
Como se llegó a la actual situación

China era en 1949 un país con una clase obrera numéricamente débil, con un 80 % de población campesina. Dadas las características de la guerra popular prolongada desarrollada por el pueblo con la dirección del P.C. Chino encabezado por Mao Tsetung, el país había estado dividido por años en zonas liberadas en las cuales se había ido realizando en lo fundamental la revolución de Nueva Democracia y zonas llamadas “blancas”, dominadas por el enemigo, en donde lo fundamental del trabajo había sido clandestino y secreto. Con esas difíciles condiciones objetivas y distintas experiencias históricas se inició la titánica tarea de la construcción socialista. A esto debe agregarse que la única experiencia hasta ese momento realizada, la soviética, se había dado en un país con características disímiles a la sociedad china, pero que al mismo tiempo con su inmenso prestigio ejercía una decisiva influencia sobre los revolucionarios chinos.
Desde el comienzo, en esas difíciles condiciones, y como no podía ser de otra manera, se fue dando un proceso de lucha de clases, expresadas en lucha de líneas políticas en diferentes momentos históricos y con diferentes alianzas para determinar el camino de la revolución y hasta dónde iba a avanzar ésta. Es decir, si había que conformarse con lo logrado o impulsar hacia adelante el desarrollo del socialismo como etapa de transición hacia la sociedad comunista. Sobre la experiencia práctica se fueron elaborando las tesis teóricas principales basadas en el marxismo-leninismo y se fue enriqueciendo el mismo con el aporte decisivo en este terreno del camarada Mao Tsetung.
Esas luchas de clases y líneas tuvieron picos en los cuales se dirimió el rumbo de la revolución china. Fueron luchas por el poder, al mismo tiempo que por la defensa de las medidas prácticas que se iban adoptando. En esas luchas las fuerzas maoístas, teniendo en cuenta otras experiencias, en particular la soviética, con sus aciertos y errores defendieron hasta las últimas consecuencias la dirección real del proletariado y de la alianza obrero-campesina de la revolución. Sosteniendo en los hechos que el Partido debe ser instrumento y vanguardia de la clase obrera que hegemoniza al mismo tiempo al pueblo. Contra el rumbo de convertir al Partido en un sector privilegiado que detenta el poder real, alejado de las masas, que las “interpreta” y decide por ellas. Por eso los dos momentos más importantes de ese combate: el Gran Salto Adelante y la Gran Revolución Cultural Proletaria tuvieron las características de luchas por el poder en que las masas revolucionarias decidieron el rumbo dirigidas por el Partido encabezado por Mao Tsetung, pero derrotando al mismo tiempo a dirigentes y sectores del Partido seguidores del camino capitalista. Hay que decir que esos dirigentes y sectores tuvieron supremacía en la dirección partidaria en el VIII Congreso y antes de la Gran Revolución Cultural Proletaria.
En esta Gran Revolución, por primera vez, los maoístas se guiaron por la teoría de la continuación de la Revolución bajo la dictadura del proletariado. Estas luchas inmensas, nunca fueron “puras”, sino que se realizaron alianzas contra el enemigo en cada momento concreto y también condicionadas por diferentes situaciones en lo internacional1.
Esos dos grandes picos tuvieron como punto de disputa la creación y sostenimiento de las “comunas populares”, por ser ellas, en el campo chino, los eslabones básicos del poder y constituir en la practica una experiencia que profundizó el camino socialista y prefiguró su paso al comunismo, por su gran aporte a la eliminación de las contradicciones ciudad-campo, trabajo manual e intelectual y mujer-hombre.
En ese complejo y difícil proceso tuvieron una gran importancia las muertes sucesivas de los principales cuadros dirigentes de la Revolución china: Tung Piwu, Chu Te, Chou Enlai, Kan Sheng y finalmente Mao Tsetung. Esto de hecho produjo en un corto periodo cambios sustanciales en la dirección del Partido Chino. En esos momentos adquirió una importancia principal la “Banda de los Cuatro”, cuyas posiciones y accionar izquierdistas, equivocando el blanco, facilitaron el trabajo a la derecha en su lucha por el poder. Jua Kuofeng, sucesor y defensor de Mao, en condiciones muy difíciles de correlación de fuerzas, con una lucha abierta en dos frentes, fue finalmente derrotado; y el poder en China pasó a ser hegemonizado por los “seguidores del camino capitalista”.2
Estos sucesos deben servir de profunda reflexión a los comunistas de todo el mundo. Sólo señalaremos aquí que la Revolución Cultural ha significado que millones de hombres y mujeres realizaran una experiencia inédita de lucha por el poder y al mismo tiempo de conocimiento de los vericuetos íntimos de ese poder.

Capítulo V
Nuestra posición

Nuestra posición ante el proceso actual de la Republica Popular China está guiada por las siguientes consideraciones:
Somos comunistas y nos mantenemos fieles al marxismo-leninismo-maoísmo, sean cuales fueren las circunstancias históricas que debamos enfrentar.
–     Perseveraremos en la integración del marxismo-leninismo-maoísmo con la práctica de la revolución argentina.
–     Defendemos a Mao Tsetung como el más grande marxista-leninista de nuestro tiempo y como una espada del proletariado internacional, pues entendemos que sus aportes son patrimonio del proletariado internacional y los pueblos oprimidos del mundo. Y que no es posible en nuestro tiempo ser marxista-leninista sin defender a fondo el maoísmo.
–     Defendemos la teoría leninista sobre el imperialismo y la guerra, y la Teoría de los Tres Mundos. Mantenemos nuestra caracterización de la URSS como país socialimperialista.
–     Defendemos la política de unidad de los marxista-leninistas, de independencia y autodecisión de los partidos y el internacionalismo proletario. Llevaremos a cabo la común tarea internacional de combatir al revisionismo que tiene en la camarilla socialimperialista soviética su núcleo dirigente.
–     Defendemos la necesidad de la política de frente único antihegemonista mundial, de unidad con los partidos obreros y comunistas en el plano internacional.

Esta unidad y aquella coordinación son requisitos para que en las tempestades revolucionarias que se avecinan triunfen y avancen las revoluciones de liberación nacional y las revoluciones proletarias, avance mundialmente la dictadura del proletariado y se abra camino a la liberación definitiva de la explotación del hombre por el hombre.

Capítulo VI
Nuestras relaciones actuales con el P. C. Chino

La nueva situación producida, ha cambiado cualitativamente nuestras relaciones con el P.C. Chino, que debemos redefinir en base a las actuales condiciones.
La relación ya no será con un partido hermano maoísta, sino con un partido que dirige un estado del Tercer Mundo, que mantiene una política antihegemonista en lo internacional hasta el presente y que respeta, hasta hoy, las condiciones de una relación bilateral basadas en el respeto mutuo.
Es interés de nuestro Partido mantener esa relación para contribuir a la amplia unidad antihegemonista en el terreno mundial, teniendo en cuenta que China no se transformado en un país imperialista.
Asimismo, en un momento internacional complejo, en el cual la lucha contra el revisionismo es mucho más dura y difícil que en épocas de Lenin, porque los revisionistas dirigen varios Estados, en los que vive cerca de la mitad de la población mundial, entre ellos una de las superpotencias, es nuestro interés evitar el aislamiento internacional y mantener una amplia política de relaciones internacionales.

   EE.UU. bloqueó a la República Popular China desde su fundación y alentó provocaciones y amenazas de invasión desde Taiwán. La URSS inició un virtual bloqueo en 1960 e instigó provocaciones armadas de la India en 1959 y 1962 y agredió en la frontera chino-soviética (Río Usuri) en 1969 a la R.P. China. Desde ese momento estacionó allí más de 1.000.000 de efectivos militares.

2    Ya el camarada Mao Tsetung había previsto la posibilidad del triunfo de la derecha y la restauración capitalista en su conocida carta a Chiang Ching (Julio de 1968).