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09 de noviembre de 2012

El 21 de octubre, alrededor de las 20.45, cuando todavía mucha gente se encontraba fuera de sus casas debido al festejo del día de la madre, un tornado afectó al cordón industrial y toda la zona, desde Timbúes hasta el norte de Rosario.

Inundaciones en Rosario

Hoy 1444 / El día que la naturaleza nos ayudó a ver la realidad

 

 

Bastaron pocos minutos para que el temporal de agua, granizo y viento, provocara el colapso total de las ciudades: desagües y cloacas desbordadas, cortes de luz, falta de agua y grandes daños a las viviendas, con voladuras de techo, caídas de tapiales, inundaciones; siendo muy afectada la gente de las barriadas populares más vulnerables por la precariedad; muchos perdieron todo; hubo (y hay) necesidad de chapas, muebles, alimentos, ropa, calzado, colchones, etc. 
 
El Hospital de San Lorenzo y el único sanatorio privado, colapsaron. En la ciudad y sus alrededores no existe una sola cama de terapia intensiva. Y la población en general con una gran desorientación, por la falta total de presencia de defensa civil, la falta de infraestructura y coordinación de los gobiernos para resolver la emergencia. 
 
Si bien un tornado no sucede todos los días, el gran temporal dejó al descubierto la realidad de una de las regiones más ricas de nuestro país. Aunque los intendentes y otros funcionarios intentaban desviar la atención, señalando como única causa de la situación desesperante al temporal -que ciertamente fue tremendo- lo que se hablaba en los barrios y distintas ciudades, entre reclamos y piquetes, es lo que venimos diciendo desde nuestro Partido hace años: enclavados en el cordón industrial más importante de la Argentina, por donde nos saquean la riqueza y se va el 75% de la producción nacional en granos, aceites, combustible, minerales, etc.; las grandes empresas multinacionales que desde hace décadas usufructúan el río, los puertos y tiene ganancias extraordinarias por minuto, no ponen un solo peso para infraestructura. Prácticamente todo funciona con una infraestructura obsoleta e insuficiente desde las rutas, pasando por los caminos alternativos hasta los puentes. 
 
 
Abandono del Estado
En este perjuicio a toda la población, el Estado es el principal cómplice: la nación no coparticipa en función de las ganancias que esta zona genera para inversión en infraestructura. 
 
El gobierno provincial ni siquiera dio señales de vida los primeros diez días, aún sabiendo que peligraban los puentes: el puente sobre Avenida San Martín, que unía la ciudad de San Lorenzo con Puerto General San Martín, finalmente el 30/10, terminó cediendo a la torrentosa corriente del arroyo San Lorenzo pero principalmente a la desidia de los gobiernos y cayó. El puente que se encuentra sobre la Ruta Nacional Nº 11 sigue cortado porque peligra. Los puentes utilizables son precarios y los accesos a las ciudades están completamente colapsados.
 
Viene bien recordar que en la provincia no se aprobó –hace dos años- la reforma impositiva por la cual se le cobraría Ingresos Brutos a las empresas multinacionales por oponerse el peronismo con el FPV a la cabeza y porque el progresismo nunca más lo sacó de la cajonera.
 
 Los gobiernos municipales demostraron una gran impotencia en cuanto a la falta de personal para defensa civil, que además debieran ser especializados en esta zona y también impotencia para asistir a las víctimas en casos como estos; faltó chapa, agua, luz, bolsones alimentarios. También viene a cuento recordar que los montos que se les cobra a esas mismas empresas imperialistas por DREI son insignificantes en proporción a las multimillonarias ganancias que obtienen por minuto. Obviamente, muchos de los obreros que trabajan en esas fábricas fueron afectados y quizá los que más vieron el contraste. 
 
La naturaleza se transformó en la maestra que puso la gráfica sobre el pizarrón: en el lugar por donde pasa la mayor parte de las riquezas del país, donde además de los fenómenos naturales que se anuncian por los cambios climáticos, corremos permanente peligro de grandes accidentes por las industrias que nos saquean, el Estado nacional, provincial y municipales son los principales cómplices de que no exista la infraestructura, los medios para la asistencia a la población, una defensa civil cualitativa y cuantitativamente suficiente ni un sistema de salud pública acorde a las necesidades.
 
De las ganancias multimillonarias los Estados rasguñan poco y al pueblo, apenas migajas… y sólo cuando las papas queman.