Del Editorial de La Verdad N° 117, órgano del PCR del Uruguay
La crisis en el sector agropecuario, enmarcada en el proceso de concentración económica, que ha llevado a la ruina a miles de pequeños y medianos productores (el pez grande se come al chico) y que solo en los últimos cuatro años generó la pérdida de 40.000 puestos de trabajo de asalariados y productores familiares, se ha profundizado, estimulada por la caída de los precios internacionales de las materias primas de estos últimos años y el atraso cambiario, que impone la política económica del gobierno seudoprogresista del FA, que encarece en dólares las exportaciones de la producción agraria e industrial nacional y subvenciona las importaciones.
Esto generó las condiciones para que se gestara un movimiento de protesta y que se tomaran medidas de lucha importantes. Este movimiento agrupó fundamentalmente a los pequeños y medianos productores del campo, aunque su programa también beneficia a los grandes, que sin duda procurarán instrumentarlo al servicio de sus intereses, e irrumpió con mucha fuerza en un mes como el de enero, en el que, en general, caen las actividades y las movilizaciones sociales.
Los 70.000 a 100.000 asalariados rurales, considerando los zafrales, son la fuerza productiva más importante en el campo uruguayo y parte importante de la clase obrera, la clase de vanguardia en nuestra sociedad. Estos trabajadores con largas y duras jornadas laborales, que ganan salarios de hambre, que están cada vez más expuestos a la desocupación y la miseria, a los accidentes de trabajo, los agrotóxicos y muchas veces sufren amenazas y agresiones físicas del gran capital agrario, los latifundistas y sus alcahuetes, no han aparecido con fuerza todavía ante esta crisis. Esto debido a su dispersión, las persecuciones sindicales, el oportunismo predominante en la dirección de las organizaciones sindicales y la debilidad de los sectores clasistas, entre los que nos incluimos, autocríticamente, para apoyar su organización combativa.
El 8 de enero se reunieron 50 productores, transportistas, proveedores de servicios y comerciantes en Paysandú, y lanzaron el movimiento de “Autoconvocados”, independiente de las gremiales tradicionales que posteriormente manifestaron su apoyo. Luego impulsaron movilizaciones regionales y el 16/1 juntaron 130 delegados en Durazno, donde convocaron a una concentración para el 23/1, también en esa ciudad, que se convirtió en una de las más grandes de la historia de las luchas de estos sectores. La siguieron el 28/1 con las vigilias en las rutas nacionales, con cientos de puntos de concentración.
El gobierno primero los ninguneó, invitó a reunirse a las gremiales tradicionales a través de la ARU (Asoc. Rural) que representa a los grandes terratenientes tradicionales, lo que llevó a la no participación de la Federación Rural, la que si bien está hegemonizada por grandes productores muestra una composición más amplia. La movida del gobierno pretendía frenar con este “diálogo” el ímpetu desde abajo y la continuidad de las protestas.
Finalmente, luego de la gran concentración del 23/1, Tabaré Vázquez los recibió y les pidió suspender las vigilias, que igual se hicieron. Luego de esto el gobierno lanza una serie de medidas, de rebaja del gasoil para los productores chicos, que tributan Imeba, se extiende tres meses la rebaja de la tarifa eléctrica un 15%, una minúscula baja de las rentas de los colonos y un fondo lechero sustentado por los propios productores.
El gobierno puso en esto unos 6 o 7 millones de dólares, una limosna para las decenas de miles de familias laboriosas que producen alimentos que consume nuestro pueblo, la cual ante la dimensión de la crisis resultó casi una provocación.
Las medidas indicadas se aprobaron finalmente mediante dos leyes, que la UP votó porque mínimamente ayudan, pero cuestionó la actitud de este gobierno entreguista, que trata de ganar tiempo mientras va a poner 1000 millones de dólares para la infraestructura de la segunda planta de UPM, que depredará más aún la tierra, contaminará el agua y el aire, produciendo una celulosa que ni siquiera abastecerá una fábrica de papel en nuestro país.
El lunes 19/2 varios ministros y el presidente de la República recibieron a las gremiales más los Autoconvocados. Entonces el propio Vázquez informó a la prensa sobre las nuevas medidas que tomaba el gobierno, extendiendo por un año la rebaja del 18% al IVA al gasoil a los ganaderos hasta 1000 hectáreas, rebajas del 18% a la contribución inmobiliaria para los productores de menos de 1000 has., más el 10% a los que tributan Imeba (los más chicos en general). Las gremiales calculan estas insuficientes rebajas en 1,5 dólares anuales por hectárea.
A la salida de la reunión Tabaré fue cuestionado por varios productores y por algunos de los colonos, que se quejaron porque se les había impedido el ingreso a la reunión y por no cumplir lo prometido, generándose una situación inusitada, de discusión a los gritos, que duró varios minutos. Da la impresión que el presidente usó la situación para desacreditar a los Autoconvocados y a los colonos, ya que luego Presidencia sacó un comunicado infame cuestionando la situación personal del colono Arrieta.
El gobierno, que se prepara para ejecutar otro ajuste fiscal en la Rendición de Cuentas y para congelar los salarios en los Consejos de Salarios, sabe que va a haber lucha y trata de ir ganando tiempo en este conflicto agrario, luego de ser duramente golpeado por la crisis de ASSE, y ante la necesidad de resolver la próxima interna del FA y las candidaturas para el 2019, trata de ir ganando tiempo en este conflicto agrario.
Ahora vienen las “mesas de trabajo”, con las que tratará de seguir maniobrando para enfriar el partido y desgastar el movimiento. Parece difícil que lo logre ya que los Autoconvocados han manifestado que las medidas del gobierno son insuficientes, y que si no hay respuestas concretas a los reclamos no participarían de la próxima reunión, lo que abriría un nuevo período de movilizaciones, más aún con la fuerte sequía que azota gran parte de país.
Ante esta situación lucharemos para que confluyan todas las luchas obreras y populares, y para que se abra una nueva situación donde se logren las soluciones de fondo, que el gobierno proimperialista del oportunismo niega pero que el pueblo exige.
Escribe Ricardo Cohen, Secretario general del PCR del Uruguay.