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06 de marzo de 2013

Con la lucha de los desocupados jachalleros que se inició hace más de un mes se desnuda crudamente la verdad de los proyectos megamineros en nuestra provincia y el país.

Jáchal devela la esencia de la megaminería

San Juan

El lunes 25 de febrero Gioja quiso escapar del paro de docentes que tuvo un alto acatamiento en la provincia y fue a refugiarse en Jachal, lugar donde inauguró el ciclo lectivo, pero no le fue como pensaba. Allí lo esperaba un grupo de desocupados que desde hacer tiempo están organizados, para pedirle una entrevista, pero el gobernador se escondió y no quiso recibirlo.

El lunes 25 de febrero Gioja quiso escapar del paro de docentes que tuvo un alto acatamiento en la provincia y fue a refugiarse en Jachal, lugar donde inauguró el ciclo lectivo, pero no le fue como pensaba. Allí lo esperaba un grupo de desocupados que desde hacer tiempo están organizados, para pedirle una entrevista, pero el gobernador se escondió y no quiso recibirlo.
La lucha del pueblo jachallero comenzó por trabajo digno, fundamentalmente en la minería, que como dicen todos, es una de las pocas posibilidades reales en el Departamento, pero también se plantea la cuestión del trabajo en áreas estatales. Esta lucha también demuestra la inexistencia de apoyo a la producción en Jáchal, principalmente a la agricultura que se encuentra librada a la buena de dios.
Según datos de los propios desocupados que se movilizan en Jáchal ascenderían a 2.000 los que no tienen trabajo, todo esto a pesar de estar en plena producción la mina Veladero en Iglesia y Gualcamayo en Jáchal y en construcción Pascua-Lama en Iglesia.
 
Se caen los mitos
de la megaminería
Poco a poco se van cayendo los mitos de la megaminería, porque el pueblo ve con sus propios ojos la realidad de estos proyectos. Ya no hablamos de cuestiones por venir, donde nadie sabe cómo será, sino que por el contrario la mina Veladero entró en producción en el año 2005, van más de siete años de producción y su impacto real en la sociedad ya se conoce.
En el libro “15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina”, escrito por Maristella Svampa, se describen varias de las circunstancias que hoy, la lucha del pueblo jachallero, demuestra como verdaderas. A continuación cito los puntos:
Mito 3: La minería genera empleo y crecimiento económico local. Las promesas de la generación de fuentes de empleo suelen ser uno de los más relevantes “argumentos” que se usan para justificar las políticas de “promoción” de la minería a gran escala; se suele decir que la gran minería genera oportunidades económicas y laborales para la producción local. Sin embargo, este suele ser uno de los flancos más débiles de la argumentación; toda la evidencia empírica demuestra que se trata de un sector eminentemente capital-intensivo y que su incidencia en la generación de puestos de trabajo locales es prácticamente insignificante.
Los proyectos mineros a gran escala generan una demanda intensiva de trabajo en las fases iniciales, lo que crea la ilusión de trabajo permanente. Generalmente, el peor trabajo queda para los vecinos del lugar y los puestos mejor pagados y más altos son para la gente de afuera.
Mito 4: La minería crea muchos puestos de trabajo indirectos. Es común que el sector minero destaque los empleos indirectos que se generan con su actividad, es decir los de actividades inducidas por la demanda de bienes y servicios de las empresas. Es cierto que las grandes empresas mineras compran en la Argentina parte de sus insumos corrientes durante la fase de explotación, y eso genera empleo nacional. Sin embargo, la mayor parte de los bienes de capital (palas cargadoras, camiones, maquinarias, etc.) y muchos insumos son importados, lo cual origina empleo, pero en otros países.
Mito 5: La minería se instala en zonas postergadas, crea un círculo virtuoso, genera desarrollo y eleva el nivel de vida de la población.
Otro de los grandes mitos que se suelen emplear para procurar la legitimación social de la minería a gran escala es el relativo a los “múltiples impactos positivos sobre las economías locales”, a las que se presenta como territorios vacíos y/o “desérticos”, regiones económicamente “atrasadas” sin otras “oportunidades” que la actividad minera para su “desarrollo económico”. Lo cierto es que la representación miserabilista de las regiones como “desérticas” y pobres constituye una construcción ideológica que generalmente oculta historias precedentes de explotación económica de los territorios para presentarlos como “territorios disponibles” o “socialmente vaciables”, para su valorización por parte del capital, en este caso, transnacional. Se trata de una vieja estrategia de devaluación-expropiación de los territorios largamente empleada a lo largo de los distintos ciclos de “acumulación por desposesión” (Harvey, 2004), que tras la fachada de la modernización se pueden verificar en nuestra historia económica.
Mito 10: La minería fortalece el tejido social, reduce la migración y la descomposición de las comunidades. Toda la evidencia empírica muestra que allí donde se instala la minería a gran escala y a cielo abierto se multiplican los conflictos sociales, aumenta la migración y se producen divisiones en el interior de las comunidades. Contratos directos y dádivas u ofertas a individuos y comunidades particulares, bajo la forma de acción social empresarial, apuntan a dividir a la población, a fin de lograr una espuria “licencia social” o acallar a los sectores que se oponen.
A su vez, este escenario asimétrico favorece la territorialización de los conflictos, la criminalización de las luchas socioambientales y la violación de derechos ciudadanos (15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina, Guía para desmontar el imaginario prominero. Colectivo Voces de Alerta. Elaborado por Maristella Svampa, Horacio Machado, Enrique Viale, Marcelo Giraud, Lucrecia Wagner, Mirta Antonelli, Norma Giarracca y Miguel Teubal Aportes de Javier Rodríguez Pardo y Darío Aranda. Argentina, 2011).
 
La necesidad de un proyecto verdaderamente productivo para Jáchal
Estos hechos demuestran la necesidad concreta de diagramar un proyecto verdaderamente productivo y que beneficie a Jáchal y la provincia, un proyecto que contemple los diversos tipos de producción, como la agricultura, la ganadería, la minería pero nacional y con control de los trabajadores y el pueblo, que avance a la creación de industria local, un desarrollo que incluya el cuidado real del medio ambiente y el uso racional del agua privilegiando el consumo humano.
Este tipo de desarrollo sólo será posible con un gobierno de nuevo tipo que ponga por delante las necesidades del pueblo y de la patria y no del negocio de las grandes empresas extranjeras como lo plantea actualmente el proyecto giojista-kirchnerista, este proyecto será llevado adelante por las fuerzas patrióticas y populares de la provincia, desde nuestro partido el PTP-PCR trabajamos con toda la fuerza en esa dirección, reagrupando a las fuerzas populares para un gobierno verdaderamente popular, única garantía de llevar adelante un cambio a favor del pueblo y del país. n