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13 de marzo de 2025

Javier Milei, las nuevas derechas y la batalla cultural en la Argentina de hoy

Artículo de Rosa L. Nassif, elaborado a partir de las numerosas charlas que brindó en el año 2024 sobre el tema.

Expondremos en primer lugar las características de la corriente mundial de las nuevas derechas en las que se incluye Javier Milei. Luego abordaremos sintéticamente las condiciones estructurales mundiales en las que emerge esta corriente y se desarrolla y en la que tienen un peso decisivo las derrotas de las revoluciones socialistas; incluiremos mención a las escuelas económicas en las que se referencian, por cierto nada nuevas; a los ideólogos que la alimentan formulando explícitamente la necesidad de librar una batalla cultural y señalando sus blancos. Sobre esta base podremos tratar de entender mejor cómo una política tan desastrosa y un personaje tan siniestro como Milei pueden haber logrado la aprobación de una parte de la clase obrera y el pueblo argentino y, a partir de esto esbozar el camino en que es posible derrotar esta política y construir una salida que permita resolver las necesidades y las aspiraciones de nuestro pueblo y avanzar en un proyecto liberador.

 

LAS NUEVAS DERECHAS EN LAS QUE SE INCLUYE LA LIBERTAD AVANZA

El liberalismo libertario, el paleolibertario o anarco-capitalismo, con el que se identifica Javier Milei es parte de una amplia corriente internacional, heterogénea, que se reconoce como “derecha alternativa” (Alt right), “Nueva derecha” o, “Extrema derecha”.[1] Entre sus representantes están Donald  Trump en EEUU, Giorgia Meloni en Italia, Viktor Orbán en Hungría, Jair  Bolsonaro en Brasil, Nayib Bukele en El Salvador, Alice Wedel, de Alternativa por Alemania, Santiago Abascal, de Vox, en España,  Marine Le Pen, en Francia, Geert Wilders en Holanda, entre otros.

Milei se propone liderar esta corriente internacional que está en desarrollo y avanza en diferentes países. Hay que ver las particularidades concretas de estos movimientos, sus diferencias y comprender todas las condiciones económicas, sociales, políticas e históricas que puedan explicar sus características y las causas de su surgimiento. No es lo mismo el problema de la inmigración o el racial en Alemania y otros países de Europa o en EEUU, que en Brasil o Argentina, por ejemplo.[2] Esto es particularmente válido para nosotros que precisamos entender mejor no sólo de qué se trata esta corriente sino cómo pudo ser que se diera en Argentina y por qué tardamos tanto en verlo.[3] Sin duda no fuimos los únicos que creímos que era imposible que una corriente con este contenido retrógrado pueda darse en la Argentina, sobre todo en un país como el nuestro con los anticuerpos que teníamos por el maravilloso movimiento de derechos humanos que existe, el movimiento obrero organizado, el de mujeres, el de pueblos y naciones originarias, el de diversidades y otros de los que estamos orgullosos. Nuestra sorpresa fue muy grande.

Javier Milei se mueve en el mundo más como parte de esta facción internacional que como presidente de la Argentina, lo que  se manifestó en todos los foros de la derecha radical, como el organizado por el Instituto Milken, de EEUU, en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en la que participó varias veces, una de las cuales se realizó en nuestro país, y en muchos otros eventos similares. Esto mismo se puso en evidencia en sus dos intervenciones en el Foro de Davos, particularmente en su última participación, en enero del 2025  donde embistió, contra el progresismo woke[4], la ideología de género y el socialismo y no dijo una palabra de la nefasta política económica que lleva adelante en nuestro país. La multitudinaria Marcha Federal Antifascista y Antirracista LGTBIQ+ en Argentina con repercusiones mundiales, fue la respuesta a este discurso ultra reaccionario.

Javier Milei no se considera uno más de la ultraderecha mundial sino la figura más relevante de la misma y se propone, como ya lo dijimos, liderarla puesto que, según dice, logró llegar a presidente en un país de zurdos. Como tal participa de sus encuentros recibiendo premios y menciones especiales no solo de las organizaciones de la extrema derecha sino de organizaciones judías como el llamado “Premio Nobel Judío”, de la fundación Génesis Prize por su “compromiso con el Estado de Israel en un momento crítico de su historia, incluyendo su decisión de trasladar la embajada argentina a Jerusalén y su postura firme en la ONU para revertir años de votos contrarios a Israel”.[5]

 

¿Qué es lo novedoso de esta derecha que aplica en lo económico las viejas recetas ultraliberales?

Que a pesar de ser una corriente heterogénea y de contornos difusos coinciden en que se presentan como anti-sistema proponiéndose capturar el inconformismo social, la bronca, la frustración producida por décadas en que los gobiernos y políticos de distintos signos partidarios no  han resuelto las necesidades más elementales de las masas, el resentimiento por estar cada vez peor, la falta de perspectivas, la búsqueda de algo que cambie esta situación, etc. Estas derechas captaron perfectamente estos sentimientos y lograron canalizarlos a favor de distintas salidas reaccionarias de ultra-derecha. Se presentan con discursos críticos contra las  élites, el establishment político, (la casta); se vanaglorian de ser anti-sistema, estar en contra de “lo políticamente correcto” y se proponen “patear el tablero” con formas provocativas, todo con la idea de fondo de salvar al capitalismo de su crisis actual y reforzarlo; hacen un amplio uso de las redes y de lo tecnológico por lo que aparecen como  modernos. Se alinean tanto con las grandes potencias imperialistas occidentales, la mayoría  particularmente con  EEUU, como con Rusia o China, especialmente detrás de Putin como el húngaro Orbán, La Liga, de Matteo Salvini en Italia, Le Pen en Francia, o el FPO (Partido de la Libertad de Austria). En definitiva, todas estas fuerzas políticas se apropian de las ansias de cambio de una mayoría -que ve que este sistema capitalista imperialista, en todas sus versiones, no les resuelve sus necesidades- , con el objetivo de restaurar los aspectos más retrógrados de este sistema.

 

 ¿En qué coinciden, más allá de sus particularidades?

Que tienen como enemigo a la izquierda, los zurdos, al progresismo, los woke, al socialismo, al comunismo. En definitiva, a todo lo que no sirve en forma estricta o limita al capitalismo lo incluyen dentro del socialismo. Como dijo Milei “el cáncer del socialismo” que hay que extirpar. También todos ellos están en contra de lo que llaman la ideología de género, el feminismo, el movimiento de mujeres, atacan a los inmigrantes, los pueblos originarios, los movimientos sociales, las diversidades.

La mayoría de esta derecha extrema considera que el futuro del capitalismo está representado principalmente por los mega millonarios dueños de las grandes tecnológicas, los vinculados al poder tecno comunicacional y a la Inteligencia Artificial, los grandes unicornios tales como Elon Musk[6] (X, ex twiter), Mark Zuckberg, (Meta – Facebook, Instagram y Whatsapp), Jeff Bezon (Amazon y Washington Post), Bill Gates, Shou Zi Chew (TikTok – ByteDance), todos ellos asistentes en primera fila a la asunción de Donald Trump. Y en Argentina, Galperin (Mercado Pago, Mercado Libre) y Globant (la empresa de software más importante de la Argentina).

 

¿Cómo llega Javier Milei al anarcocapitalismo y a la política?

Milei trabajaba como consultor económico en la Corporación América, un conglomerado de empresas cuyo dueño, Eduardo Eurnekián, declarado héroe nacional de Armenia es el sexto hombre más rico de Argentina y gran parte de su equipo de gobierno estuvo vinculado a este empresario. Al mismo tiempo se dedicaba a la docencia en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Argentina de la Empresa. Según varios autores  y el propio Milei en 2013 se produce su conversión al anarcocapitalismo luego de leer el libro del estadounidense Murray Rorthbard Monopolio y competencia que lo lleva a revisar los supuestos de la teoría económica y lo convence de los aportes de la Escuela Austríaca de Economía.[7] Ésta, que fracasó cuando intentó aplicar sus teorías, se conoce como Escuela Económica de Mercado. Hayek, uno de sus principales representantes, dice que “en el pasado ha sido la sumisión a las fuerzas impersonales del mercado lo que ha hecho posible el desarrollo de la civilización, es esta sumisión lo que nos permite a todos construir algo que es mayor que lo que cada uno de nosotros puede construir”. Polemiza con el marxismo y con el socialismo y con John Keynes[8].  Los seguidores de la Escuela Austríaca cuestionan  la existencia de las leyes sociales que descubrió el marxismo. Señalan que:  “se equivocan terriblemente los que creen que podemos ayudar a dominar las fuerzas de la sociedad del mismo modo que hemos aprendido a dominar las fuerzas de la naturaleza”(…) “sólo hay leyes naturales y  la sociedad no puede pensar en regirse en modo alguno (por sí misma) porque es la acción de los individuos en el mercado lo que da lugar a la sociedad…, la planificación económica conduce necesariamente hacia el totalitarismo y a la pérdida de las libertades individuales”.[9]

A partir de esta conversión, Javier Milei se dedicó a producir diversos textos económicos de divulgación y a participar en distintos programas de televisión, al comienzo en medios donde la Corporación América tenía acciones, como panelista o entrevistado. Allí comenzó a llamar la atención por sus planteos extravagantes, mezclando tecnicismo con insultos en sus intervenciones y con reacciones violentas con sus oponentes y con los periodistas, particularmente con las mujeres, comportamientos que llevaban a pensar en un serio desequilibrio mental. Pero esto a la vez le sirvió para convertirse, con el apoyo de las redes, en una figura muy conocida. “La dinámica tecnológica y comunicacional permitió que esas intervenciones fueran recortadas y difundidas en las redes sociales, lo que lo convirtió no solo en parte de un ecosistema de influencers de derecha, sino en una figura cuya popularidad se retroalimentaba: de los libros a la televisión, de la televisión a las redes (y, más delante, de las redes a los teatros y a las calles)”. [10]

Logró el apoyo del viejo y del nuevo aparato comunicacional, y de una militancia fanática, no organizada, pero tampoco inorgánica que viraliza lo de los medios tradicionales. Según una encuesta,  en el 2018 salió 235 veces por TV y radio. Comenzó entrevistado por Alejandro Fantino, en Canal  América, en el que Eurnekián tiene acciones y  sus intervenciones o parte de ellas difundidas a través de YouTube y las redes, principalmente, TikTok e Instagram.

 

Milei: el personaje y el relato

No pueden subestimarse las características de la personalidad que le permitieron a Milei expresar el inconformismo social y presentarse con sus extravagancias como diferente de todos los políticos anteriores, “la casta” en la que concentraba lo principal de su odio. Tiene la figura del antihéroe, despeinado, como si fuera el contrapoder, estrafalario contra la casta. Se presenta como un reivindicador; se considera al igual que Trump,[11] que viene a cumplir un mandato bíblico como Moisés que guió al pueblo elegido en su éxodo desde Egipto a la Tierra Prometida, aclarando que Moisés es su hermana, “el Jefe”, y él, Aarón, su intérprete; con cuatro perros clonados de un quinto muerto, con el que se comunica a través de una médium y que hoy están representados en el Bastón presidencial y a los que considera sus hijitos de cuatro patas.

Repite que más importante que las fuerzas concretas con las que se cuenta es el apoyo de las fuerzas del cielo, de las que depende como en la Termopilas, el éxito en  la batalla. Alguien con estas características mesiánicas puesto al servicio de los intereses de lo más reaccionario de las clases dominantes, resulta doblemente peligroso. Milei se considera un líder iluminado, que aparece convencido de estar haciendo lo correcto, lo único que se puede y debe hacer para cambiar y terminar con la decadencia argentina y que este país  vuelva  a ser la primera potencia mundial, como en 1885.  Además de mentir ya que Argentina no fue nunca la primera potencia mundial, el país que Milei admira es el de la vieja oligarquía terrateniente, la que tiraba manteca al techo en Europa mientras millones de argentinos vivían en la extrema pobreza.

Dispuesto a jugar en política sus blancos pasaron a ser el kirchnerismo y Juntos por el Cambio a los que acusaba de ser keynesianos. Era suficiente que se nombrara a John Keynes para que Milei se enfureciera. Los héroes para Milei eran los grandes monopolios, en particular los tecnológicos, polemizando con las ideas de los  economistas liberales que sostenían que la concentración monopolista distorsionaba las propias leyes del mercado y que el Estado debía intervenir para corregirlo.

Según Morresi-Vicente, Milei toma la idea de implicarse en la Batalla cultural en defensa del capitalismo, del representante de la escuela austríaca Friedrich Hayek que plantea“ la importancia de preparar cambios en el ‘mercado de las ideas’ hasta que sea posible un cambio político”.[12] Como veremos más adelante los ideólogos actuales de la Batalla Cultural en la que está el gobierno de Milei serán principalmente Agustín Laje y Nicolás Márquez.[13]

En el año 2020 Milei decide meterse en política para lo cual tomó, según Morresi-Vicente, la propuesta de su mentor Rothbard quien sostiene que “el sistema estatista y colectivista está enraizado de un modo tan profundo que las elites  -incluso aquellas que son conservadoras y presumen de combatirlo- tienden a defenderlo. Por lo tanto la batalla cultural resulta una estrategia limitada, y pasar a la lid política se torna una necesidad”.[14]

Por esto mismo, en muchos países, como sucedió en Argentina con Milei, esta corriente que se proclama liberal libertaria se alía o fusiona con otras corrientes reaccionarias de la derecha tradicional, liberal o conservadora; a esto Rothbard le llama fusionismo.[15] Esto explica que en contra de una ideología verdaderamente liberal ataquen el aborto, las diversidades, la educación sexual en las escuelas y otras conquistas democráticas. En Estados Unidos y en otros países muy racistas,  plantean la supremacía blanca, como lo hacen los seguidores de Trump.

 

¿Cómo pudo ganar Javier Milei las elecciones en la Argentina?

En primer lugar hay que considerar la crisis sociopolítica, producto de décadas en que la situación de las grandes masas se agravó en extremo. El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que había despertado esperanzas de mejorar en gran parte del pueblo, luego de cuatro años de sufrir la política de Mauricio Macri, fue un desastre. Con un 40% de pobreza, una inflación galopante, con una mayoría de trabajadores que aún estando en blanco eran pobres y la clase media viendo desmejorar su situación día a día; sin perspectiva de un futuro mejor  se percibía por el contrario,  que se estaba cada vez peor. Todo esto potenciado por lo que significó la Pandemia y los errores cometidos por el gobierno durante la misma. También influyó la penetración de ideas de derecha y la división entre los sectores populares (por ejemplo obreros que hablaban de «planeros y vagos» refiriéndose a los trabajadores desocupados y miembros de los movimientos sociales).

Así pudo producirse el triunfo de Javier Milei con el apoyo del Círculo Rojo (Paolo Rocca, Galperin,  Marcelo Mindlin, Cristiano Ratazzi y muchos otros monopolios argentinos y extranjeros, sobre todo los vinculados al petróleo, la energía y las grandes tecnológicas) y de toda la derecha política. Siendo la Argentina un país dependiente, disputado por todas las potencias imperialistas, sería grave desconocer o subestimar el papel no sólo externo sino interno de los distintos imperialismos.[16]

O sea que se fueron dando en Argentina condiciones similares a las que señalamos anteriormente en relación al avance de la extrema derecha a nivel mundial: la frustración, el resentimiento, la bronca, el miedo, el hartazgo y una fuerte necesidad de cambio ante una realidad que no se aguantaba más y que el gobierno de Alberto Fernández, como ya dijimos, había agravado. Esto lo pudo capitalizar La Libertad Avanza, con un líder mesiánico, cuyas características personales cumplían las condiciones de ser algo diferente, que levantaba las banderas de libertad y orden. Supieron dirigir los sentimientos de  bronca y de odio contra un enemigo claramente identificable: la casta (los políticos) que usan el Estado para enriquecerse a costa de los laburante. Y también, el socialismo y los zurdos. Esta “construcción del enemigo”, como lo ha planteado Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, y que fue tomada anteriormente por el kirchnerismo, resultó eficaz también para ocultar a los verdaderos enemigos: el imperialismo, los grandes monopolios y los terratenientes, las causas de fondo del empobrecimiento y del estancamiento del país, sectores que serían, como lo comprobamos en más de un año del gobierno de Javier Milei, los grandes beneficiarios de su política. Un papel fundamental en el triunfo de Milei lo jugaron también, como ya lo señalamos, los medios de comunicación y  especialmente las redes sociales y otros medios digitales, los memes y los troles. Milei logró el apoyo del “círculo rojo” y en el ballotage sumó a toda la derecha. A la vez, como señalamos anteriormente, sin el fracaso del Frente de Todos no es posible explicar que Milei asumiera con el 56% de los votos. Las fuerzas populares y revolucionarias que integramos ese Frente electoral para derrotar a Macri, si bien no integramos su gobierno, también tenemos que reflexionar autocríticamente[17] sobre los errores que facilitaron el triunfo de Javier Milei.

 

El gobierno de Javier Milei

Los hechos matan relato. Cada una de las medidas de su gobierno han significado un brutal ajuste a los trabajadores, a los movimientos sociales, a los jubilados, a la industria nacional y a las provincias, profundizando la situación de hambre y pobreza de las masas. El contenido real de su política está expresado en el  DNU 70/2023, en la Ley Bases aprobada en el Congreso luego de la derrota de la Ley Ómnibus y en el Protocolo impulsado por Patricia Bullrich para reprimir la protesta social. Allí  queda claro que el ajuste es al pueblo, no a la casta, al igual que la entrega de la soberanía y de nuestras riquezas con el RIGI, que permite concesiones extraordinarias a los grandes monopolios nacionales y extranjeros. El déficit cero y la baja de la inflación, dos objetivos inamovibles e innegociables  de su política, los está consiguiendo con motosierra, liquidando ministerios y despidiendo empleados púbicos de todas las áreas destinadas a salud, educación, ciencia e investigación, derechos de las mujeres y diversidades, derechos humanos y todo lo que la lucha popular logró que el Estado se haga cargo, mientras fortalece las funciones de represión y seguridad[18]; suspendiendo las obras públicas y atacando a las Pymes y la industria nacional con el resultado de más de doscientos mil despidos; licuadora, a los  salarios y jubilaciones; bicicleta financiera, (carry trade ), con el dólar y las tasas controladas por la tablita de Luis Caputo, que les permite a los capitales especulativos grandes ganancias en dólares;  ajuste a las provincias, y represión a las luchas que enfrentan esta política. El conjunto de esta política les ha permitido a las grandes empresas imperialistas y de burguesía intermediaria ganancias gigantescas. Mientras la mayoría de los argentinos se ven agredidos no sólo materialmente sino por la violencia, el odio y la crueldad de los discursos oficiales. El gobierno se ufana de ser el mejor y el más exitoso de la historia argentina pero sus fanfarronadas han sufrido golpes importantes como el escándalo internacional con la criptomoneda $LIBRA,  que deja a Javier Milei autoproclamado “próximo Premio Nobel de Economía” en ridículo y partícipe necesario de una estafa de millones de dólares que ha merecido la primera plana de la prensa mundial y, a su triángulo de hierro: Karina Milei y Santiago Caputo, como coimeros enredados con los más chantas del mundo cripto.

Respecto a su política internacional, Milei sostiene el alineamiento incondicional con Estados Unidos, mucho más servil con Donald Trump en el gobierno, cuando lleva a que Argentina cambie su posición en las Naciones Unidas, como en el caso de Ucrania, al compás de la que toma el mandatario norteamericano. Junto a esto, el gobierno apoya al gobierno fascista de Israel y avanza en la relación con Inglaterra y otros sectores de la derecha europea.

Javier Milei y sus funcionarios argumentan explícitamente contra la justicia social a la que consideran una aberración al igual que a la idea de que donde hay una necesidad hay un derecho. Ellos dicen que como las necesidades son ilimitadas para satisfacer todos los derechos, hay que sacarle a alguien que ganó lo que tiene con su esfuerzo, lo que es un robo. Considera junto a los economistas a los que adhiere que solo existen tres derechos naturales: a la vida, a la propiedad y a la libertad.  Los demás son “un invento del populismo y otras vacas sagradas de la izquierda anquilosada”. Por lo tanto, sostienen la propiedad privada y la libertad individual por encima de todo. Una libertad que es limitada en una sociedad donde no existe la igualdad. Tampoco existe la fraternidad ni la solidaridad para Milei, por eso su falta de empatía con el sufrimiento que produce su política y la crueldad con la que se solaza ante el padecimiento del pueblo.

La mentira sistemática (fake news) y su amplificación en las redes sociales digitadas por Santiago Caputo, el Mago del Kremlin, es parte de su estrategia comunicacional; se apoya en la idea que ganó a una parte de la opinión pública de que la verdad no importa. Milei cada vez que habla larga una sarta de mentiras, como la que ya dijimos que Argentina fue primera potencia mundial en 1885, y sus seguidores las repiten. También lo hacen sus funcionarios, como Francisco Sánchez, cuando fue secretario de Culto, que dio estadísticas de que cerca del 30% de los chicos que son hijos de familias separadas sufren trastornos de ansiedad y menor rendimiento en la escuela. O Nicolás Márquez, otro de sus ideólogos, que afirma que los homosexuales viven en promedio 25 años menos que los demás.

Una parte importante del pueblo, aún los que lo votaron, han ido descubriendo sus mentiras, comprobando que “al final la casta éramos nosotros”, y enfrentaron sus políticas en la calle. Hubo un cacerolazo a pocos días que asumiera Milei mientras leía el primer Decreto de Necesidad y Urgencia, acompañado de sus funcionarios, y dos paros nacionales de la CGT en los primeros cinco meses, al igual que la lucha de los jubilados que se mantiene semanalmente, paros de estatales, aceiteros, bancarios, metalúrgicos, trabajadores de la salud, de la educación y de la cultura y la ciencia, la pueblada en Misiones, la marcha desde El Impenetrable en el Chaco, entre otras. Los movimientos sociales, uno de los sectores más atacados por el gobierno, no han abandonado las calles y han realizado importantes jornadas unitarias incluidas el corte de la Avenida 9 de julio y de varias rutas. El movimiento de mujeres dio una respuesta contundente con la movilización del 8 de marzo y el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades realizado en Jujuy masivo y opositor, al igual que el movimiento democrático y por los Derechos Humanos el 24 de marzo y en contra del cierre de los Centros de la Memoria. Esto es parte de la batalla cultural que se gana en las calles, contra el negacionismo y el ataque a lo que llaman la ideología de género. Hubo gigantescas movilizaciones federales que obligaron a retroceder al gobierno: las dos marchas en defensa de la educación pública y la marcha contra el fascismo, el racismo y LGTBIQ+  contra el discurso homofóbico y reaccionario de Milei en Davos. Estas menciones no agotan ni mucho menos las luchas que se libraron en estos 14 meses de gobierno de Milei pero son representativas de que se va logrando, no sin dificultades, la unidad en Multisectoriales y Plenarios de Trabajadores que son parte del reagrupamiento y de la recomposición necesaria del movimiento popular para derrotar la política de Javier Milei.[19]

 

Los objetivos políticos de Javier Milei son coincidentes con los que se propone la corriente de ultraderecha mundial

Todos sus representantes sostienen la defensa dogmática de un capitalismo salvaje que llega a  considerar, algunos en forma explícita, que la democracia es antagónica con el capitalismo, por lo que su deriva autoritaria y fascista choca aún con representantes del liberalismo republicano.

O sea que para esta derecha extrema lo que importa es respetar a ultranza el objetivo del capitalismo imperialista: el logro de  la máxima ganancia por lo que todo lo que pone límite a los monopolios a quien Milei llama los verdaderos héroes, hay que echarlo afuera. Es natural entonces que Milei en Davos en 2024, haya llamado a superar la “desviación de Occidente” provocada por la actitud culposa de los socialdemócratas de Europa que en lugar de “defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que conduce al socialismo”.

Es en esta situación de gran inestabilidad, crisis y perspectiva de guerra del sistema capitalista imperialista en que se empieza a hablar explícitamente de la contradicción entre capitalismo y democracia, y se imponen gobiernos autoritarios, algunos abiertamente fascistas. En la reciente Conferencia de Múnich se tensó la contradicción entre la Unión Europea y EEUU, donde el vicepresidente Vance y otros enviados de Trump “han cargado contra los valores democráticos de Europa”.[20] Por eso, esta corriente es con justeza caracterizada también como neofascista, posfascista o directamente fascista. Y representan como Hitler o Mussolini a los sectores más reaccionarios y fascistas de las clases dominantes; se plantean  avanzar sobre todas las conquistas que el movimiento obrero, popular y democrático logró con sus luchas contra el sistema capitalista, desde su nacimiento hasta la actual etapa del imperialismo.

 

LAS CONDICIONES ESTRUCTURALES MUNDIALES EN LAS QUE SURGEN LAS CORRIENTES DE EXTREMA DERECHA

Señalamos como el elemento principal a tener en cuenta, entre los múltiples elementos estructurales en los que emergen estas corrientes de ultraderecha, la profunda crisis estructural que atraviesa el sistema capitalista, que no se expresa igual en todos los países. Crisis integral, no solo económica vinculada fundamentalmente a la caída de la tasa de ganancia, sino social y cultural, que lleva  a una encarnizada disputa geopolítica entre las grandes potencias imperialistas. Esta disputa se expresa no solo en lo comercial, en la pugna por los recursos naturales y en la carrera tecnológica, sino en decenas de guerras en todo el planeta y la cada vez más cierta amenaza de una tercera guerra mundial. Frente a esta crisis apelan a las viejas recetas del llamado neoliberalismo cuyo centro es el aumento de la explotación. Claro que cuando se trata de un representante de una potencia imperialista como Donald  Trump en EEUU o los conservadores en Gran Bretaña son proteccionistas: “Hacer Grande a EEUU Nuevamente (MAGA por su sigla en inglés), o el Brexit para que Gran Bretaña no esté limitada por la Unión Europea”. Por el contrario Milei, en un país dependiente como el nuestro, es el paladín cipayo de la apertura indiscriminada y de toda clase de prebendas para la entrega y el saqueo de los grandes monopolios imperialistas.

A su vez consideramos imprescindible para comprender la complejidad de esta realidad actual tener en cuenta algunos elementos que han incidido decisivamente en la configuración de la actual situación[21]:

1.- La derrota de las revoluciones socialistas. Es necesario inscribir el proceso actual como un nuevo momento dentro de la época que Lenin caracterizara como la del imperialismo y la revolución proletaria. Este nuevo momento histórico se inicia a fines de los 70 caracterizado por la crisis de la Unión Soviética convertida dos décadas antes en una gran potencia imperialista, luego de la restauración capitalista producida en 1957 y de la derrota del maoísmo en China y su transformación en una gran potencia imperialista luego del fallecimiento de Mao Tsetung en 1976. La caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la URSS y sus países satélites en 1991[22], fue sólo el hecho que puso en evidencia para millones lo sucedido varias décadas anteriores: la derrota del socialismo. Ésta fue caracterizada por todos los ideólogos de la derecha como de fracaso del marxismo, la teoría que había guiado esos procesos, y el triunfo definitivo del capitalismo.

Con esta gran derrota, como caracterizó el PCR, se cerraba una etapa en la que el proletariado, luego de una larga lucha iniciada con la Comuna de París de 1871, fue derrotado. La Comuna mostró  por primera vez que la clase obrera era capaz de derrocar al régimen imperante y a su Estado construyendo un nuevo Poder y un Estado obrero. La Comuna no pudo sostenerse mucho tiempo pero las medidas que tomó el pueblo de París en armas marcó un camino del que sacaron enseñanzas Marx y Engels y que sirvieron luego de guía para las luchas revolucionarias. Fue el Partido Bolchevique de Rusia dirigido por Lenin el que logró llevar al triunfo la insurrección popular que consiguió en 1917, basada en la alianza obrera-campesina, derrotar el poder de los zares en Rusia e iniciar un gigantesco cambio revolucionario en las relaciones sociales de producción,  iniciando la construcción de una nueva sociedad, la  sociedad socialista. Con la clase obrera en el poder se iniciaba el camino de terminar con la explotación del hombre por el hombre.

El socialismo triunfó luego en China y en otros países[23], superando los ataques de las distintas potencias imperialistas y de las clases internamente derrotadas llegando a abarcar a un  tercio de la humanidad. Y a pesar de los infundios que elaboran los ideólogos del imperialismo y de esta nueva ultraderecha, el socialismo a los pocos años demostró que  era superior al capitalismo ya que mientras en éste las enormes riquezas creadas por los trabajadores iban a manos de un puñado cada vez menor de monopolios y terratenientes aumentando la pobreza en la mayoría del pueblo y acrecentando la desigualdad entre los muy ricos y los muy pobres[24], en los países socialistas salían de la pobreza extrema millones de seres humanos que como en China antes de la revolución comían cortezas de los árboles y morían por hambrunas masivas.  Mientras duró el socialismo las grandes masas  de esos países superaron el hambre y la desocupación, tuvieron garantizada educación, salud y vivienda logrando  un extraordinario desarrollo científico y técnico y la Unión Soviética socialista fue decisiva para la derrota del fascismo.

Aunque hay valiosas investigaciones que arrojan luz sobre el proceso que derivó en la transformación de la URSS  socialista en gran potencia imperialista[25], nos parece que es necesario continuar profundizando en el análisis de las causas de esa gran derrota; como insistía Otto Vargas, secretario general histórico del PCR, descubrir el por qué del por qué.   Esta preocupación de sus últimos años tenía que ver que con que si bien no se trataba de un fracaso del marxismo, como planteaban la mayoría de los análisis burgueses, sino de una derrota en una lucha de clases implacable, cruel, que no reconoce límites…”, había que seguir profundizando, con la ayuda de la teoría marxista y el maoísmo, en el análisis de las múltiples causas que posibilitaron esa derrota, incluyendo errores cometidos.[26] Errores sin duda difíciles de evitar por lo inédito de la gigantesca tarea de construir una  sociedad que no estuviera basada en la explotación de una minoría sobre la mayoría como todas las anteriores. Tarea necesaria para aprender de estos errores  y persistir en la lucha por lograr la misión histórica del proletariado: terminar con la explotación, la opresión y hacer realidad la sociedad comunista.

Mao Tsetung hizo un gran aporte en esta dirección al señalar que era necesario continuar la revolución en el socialismo porque en todo este período histórico hay clases y lucha de clases y no está decidido quién triunfará, si  el proletariado o la burguesía; si la burguesía  triunfa se reiniciará la restauración del capitalismo…y los representantes del camino capitalista están dentro del Partido. Para tratar de impedirlo Mao inició una nueva revolución en China a la que llamó La gran Revolución Cultural  Proletaria[27] en la comprensión de que no eran suficientes defender los cambios en la base económica sino dar la batalla también en el terreno ideológico y político. También en Cuba esta fue la gran preocupación del Che Guevara: cómo lograr que a la par del cambio en las relaciones sociales de producción cambiara también la conciencia de los trabajadores y no fuera  el interés material individual el incentivo principal de su conducta sino el logro del bienestar colectivo, que se comenzara la construcción de un nuevo sujeto social: el Hombre Nuevo.[28] La Revolución Cultural dirigida por Mao, fue la primera revolución que se hizo desde el poder para defender la dictadura del proletariado. Con una gran movilización de millones de jóvenes obreros, estudiantes y campesinos, aplicando la democracia grande, llamando a “bombardear el Cuartel General” refiriéndose a la propia dirección del Partido Comunista de China, Mao intentó impedir en China lo que había sucedido en la URSS.

Esta Revolución que fue un gran aporte al marxismo-leninismo logró impedir durante diez años la restauración capitalista pero no pudo impedir que a la muerte de Mao, precedida por la de otros grandes dirigentes de la Revolución China como Chou Enlai, los que empujaban el camino capitalista que habían sido el blanco de la Revolución Cultural, entre ellos Teng Siaoping, se hicieran del Poder del Estado y de la dirección del Partido Comunista de China. Tomado el poder del Estado desataron una feroz represión sobre las masas obreras y estudiantiles como fue  la masacre de la Plaza de Tiananmen  el 4 de junio de 1989. Expulsaron de la dirección del Partido y encarcelaron a miles de maoístas, entre ellos a la mujer de Mao, Chiang Ching, y transformaron a la China socialista en una gran potencia imperialista que disputa hoy por el dominio global.

No podemos dejar de advertir con dolor que tanto Rusia como China han llegado a ser las potencias mundiales que son en relativamente poco tiempo, habiendo partido como la China de los emperadores y la Rusia de los zares de poblaciones que vivían en forma miserable, gracias a lo conseguido durante el socialismo en educación, salud, vivienda, capacitación de la fuerza de trabajo y un alto desarrollo científico y tecnológico.

Fue necesario esta breve síntesis de lo que significó la derrota de las primeras experiencias revolucionarias de la clase obrera y el pueblo en la lucha por construir una sociedad más igualitaria y justa,  por el peso fundamental que tiene aún hoy en la situación política mundial. Y por cómo influyen   en el escepticismo y la frustración de las mayorías populares en la búsqueda de una salida que satisfaga sus necesidades y anhelos. Y porque hace a un aspecto central de nuestra batalla cultural, ideológica y política:  desenmascarar las mentiras de las derechas extremas en relación a lo que Milei llama el socialismo de mierda; mentiras que los medios de comunicación y particularmente las redes se encargan de multiplicar.

2.- La globalización y el Nuevo Orden Mundial. A partir de la crisis y derrumbe de la URSS, la caída del Muro de Berlín y la disolución del COMECON[29] en 1991 se reunificó el mercado capitalista mundial. Se inicia el período de la globalización en el que, desparecido el antagonista, se proclama el triunfo omnímodo del capitalismo, el único sistema posible. Se decreta el fracaso del marxismo, su carácter obsoleto, el fin de la historia, de la clase obrera y, sobre todo el fin de la revolución, la revolución cancelada, considerando posible solo cambios dentro del sistema capitalista. Se desata un gran revanchismo de la derecha y la reacción  internacional contra los derechos conquistados por los trabajadores y el pueblo.

Con la globalización se instala UN NUEVO ORDEN MUNDIAL y se recorta a EEUU como el gran ganador. Es un momento de euforia de los monopolios, la gran burguesía, los terratenientes y toda la derecha reaccionaria que pueden disponer de millones de trabajadores capacitados formados por décadas durante el socialismo, a un costo mucho menor que en las metrópolis. Este abaratamiento de la fuerza de trabajo permite durante un tiempo a los capitalistas contrarrestar la caída tendencial de la  tasa de ganancia. En lo económico se impone el llamado neoliberalismo, o sea ajuste y reorganización de la producción profundizando la explotación de la fuerza de trabajo, la desocupación y la precarización laboral. En Argentina son los años de Carlos Menem y su ministro Cavallo: para Milei el mejor gobierno de la historia. Relaciones carnales con Estados Unidos; privatizaciones, destrucción de buena parte de la industria nacional, avance de los monopolios, más concentración de la tierra y desalojos de campesinos, desocupación masiva. Esta política, muy similar a la de Martínez de Hoz en la dictadura genocida y la implementada hoy  por Javier Milei, terminó con una gran crisis económica y política y la rebelión popular, el Argentinazo del 2001. Este es el modelo que levanta Milei y quiere profundizar con motosierra, guillotina y represión.

En este mismo período, con una  visión crítica sobre las sociedades disciplinarias refiriéndose al autoritarismo en sus diferentes expresiones, se desarrolla una corriente ideológica y filosófica que se conoce como posmodernismo. Analizamos en trabajos anteriores[30] como con su exacerbación del individualismo, el subjetivismo y el relativismo resultaron funcionales al Nuevo Orden Mundial abonando la idea impuesta por las clases dominantes de “el único mundo posible”, “el fin de los grandes relatos”, particularmente el de la posibilidad de cambio revolucionario y un gran escepticismo sobre los proyectos colectivos. Esto tiene hoy una gran incidencia.

3.- El ascenso de China y el corrimiento geopolítico al Este. A fines de la década del 90 y comienzos de este siglo se produce el ascenso de China y  su transformación en una gran potencia imperialista. Con un crecimiento industrial y comercial que lleva a hablar de crecimiento a tasas chinas. Aprovechando las condiciones creadas durante el período socialista, entre las más importantes la existencia de  una fuerza de trabajo muy calificada y barata, que cuenta con conquistas del socialismo, como educación y salud a cargo del Estado, una especie de salario complementario. Esto será la base que aprovechará  el nuevo régimen autoritario, capitalista de Estado, dirigido con un centralismo férreo por un Partido que sigue llamándose comunista. Esto beneficia también a los grandes monopolios de los otros países imperialistas que  les conviene radicarse en China, aún con los condicionamientos que le impone un  régimen de  capitalismo de Estado, porque esta baja del precio de los salarios de los trabajadores, les permite contrarrestar la caída de la tasa de ganancia.[31] En los últimos años esto ha ido cambiando porque los obreros chinos fueron exigiendo mayor salario y mejores condiciones de trabajo y los capitales emigraron a otros países como la India, Vietnam y el Sudeste Asiático. Con la emergencia de China y el desarrollo de países del Sudeste Asiático y de la India, el eje de la producción se corrió de Occidente a Oriente donde se concentra el 50% de la producción mundial.[32]

4.- Grandes rebeliones populares en el Siglo 21.  Fracaso del reformismo y del Socialismo del Siglo XXI. Frente a la globalización y sus políticas se produjeron, con diferentes modalidades y distintos resultados, importantes rebeliones populares. Sin posibilidad de desarrollarlas en este trabajo  mencionaremos algunas, como el Movimiento de Ocupa Wall Street en EEUU, los Indignados en España, la Primavera Árabe en varios países del mundo árabe; los Chalecos Amarillos, en Francia, entre otras.

A su vez, en la segunda mitad de los 90 y primeras décadas de este Siglo se produjeron levantamientos y puebladas en varios países de América Latina, dando lugar en algunos de ellos a gobiernos populistas o reformistas enfrentados en distintos grados con el imperialismo yanqui. Contra el Tratado de Libre Comercio impulsado por EEUU se produjo el Levantamiento en Chiapas – México,  dirigido por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que  conmovió todo el continente por su contenido reivindicativo de los pueblos indígenas y por sus formas originales de comunicación y organización.

En otros países, entre ellos el nuestro, se produjeron  grandes luchas y puebladas que llegaron a generar crisis política que, si bien no lograron abrir un proceso revolucionario, pusieron en peligro el poder de las clases dominantes. En esta situación se dieron procesos electorales que permitieron llegar al gobierno a sectores burgueses reformistas o  sectores no hegemónicos de las clases dominantes y surgieron entre ellos el llamado Socialismo del Siglo 21. Enfrentados o distanciados del imperialismo yanqui se recostaron principalmente en los  imperialismos ruso o chino.  Esto se dio, con características muy diversas, en Venezuela con Hugo Chávez, en Brasil con Ignacio Lula, en Bolivia con Evo Morales, en Ecuador con Rafael Correa, en Chile con Gabriel Boric, en Perú con Pedro Castillo, en Colombia con Gustavo Petro. También en nuestro país no puede entenderse la llegada de Néstor Kirchner al gobierno sin tener en cuenta lo que fue el Argentinazo y la situación de crisis política que generó. También coincide y posibilita estos procesos el boom de los precios de las materias primas, granos y petróleo, vinculado al ascenso de China, India y de los países del Sudeste asiático al que nos referimos anteriormente. El fracaso de estos gobiernos en satisfacer las necesidades y las expectativas populares, el sufrimiento, la bronca provocada por estas repetidas frustraciones, el descreimiento en los partidos políticos y la necesidad de cambiar por algo distinto, junto a  ideas reaccionarias y de derecha que penetraron en sectores populares, permitieron, como ya señalamos, el triunfo electoral de ultraderechistas como Jair Bolsonaro o Javier Milei.

También sin duda tenemos que analizar objetivamente por qué la izquierda revolucionaria y los comunistas revolucionarios no pudimos o no supimos canalizar estas necesidades de cambio de las masas en un cauce que permitiera avanzar en una salida revolucionaria. Reflexionar autocríticamente sobre nuestros errores y debilidades para superarlos y lograr un desenlace de esta crisis a favor de la clase obrera y el pueblo.

5.- La crisis de la globalización y del neoliberalismo. La ilusión de que con la globalización se iban a terminar los conflictos se derrumbó rápidamente con la Guerra del Golfo iniciada en 1990 por EEUU liderando una coalición de 42 países contra Irak. El trasfondo fue  la crisis del petróleo. Conviene recordar que en esta guerra el gobierno de Carlos Menem, a quien Milei admira, asoció a Argentina por su política de relaciones carnales con EEUU siendo de consecuencias nefastas para nuestro país; similares a las que podría causarnos la posición defendida por Milei en las Naciones Unidas de que nuestro país abandone la posición histórica de neutralidad en los conflictos bélicos internacionales.

También a poco de andar se demostrará que era falsa la idea de que con la globalización se podrían evitar las grandes crisis del sistema capitalista. En 2007 – 2008 se desató la más grave crisis  mundial desde la gran crisis de 1930, que como aquella se la conoce también como la gran depresión, una gran crisis de la que aún no logró salir el sistema capitalista imperialista. Se origina con el estallido de la burbuja inmobiliaria de los EEUU en 2006 que provocó a fines del 2007 la llamada crisis de las hipotecas subprime que alcanza su punto más crítico en setiembre del 2008 con la quiebra de Lehman Brothers que extiende sus efectos a todo el sistema financiero internacional causando una gran crisis económica y alimentaria a nivel global. Los Estados invirtieron miles de millones de dólares en el salvataje de bancos e instituciones financieras para evitar el colapso de todo el sistema pero con un grave costo para la economía de todos los países, entre ellas el proceso inflacionario, aunque no todos fueron afectados de la misma manera. Esta crisis económica global puso de manifiesto y a la vez aceleró los elementos de quiebre de la globalización y de crisis de las políticas neoliberales.

La pandemia del coronavirus se desencadenó a comienzos del 2020, cuando los efectos de la gran crisis económica del sistema capitalista del 2008  aún perduraban. Las consecuencias económicas, sociales, políticas, psicológicas, en fin en todos los órdenes de la vida humana, de los dos años que duró la pandemia aún no podemos valorarlos en toda su dimensión.[33] Lo que sí es evidente que profundizó y puso de manifiesto que estamos ante  una crisis integral del capitalismo imperialista.[34]

O sea que las condiciones estructurales en las que emergen estas propuestas de extrema  derecha  dentro de las clases dominantes, es el de una profunda y prolongada crisis del sistema capitalista imperialista. No es solo una crisis económica, es social, de representación política, es también una crisis de los valores hegemónicos impuestos por las clases dominantes. Es de esos momentos a los que se refiere Gramsci cuando dice que lo viejo ya no puede imponer su hegemonía como hasta ese momento y lo nuevo no termina de nacer. Asistimos ya a decenas de guerras en distintas partes del mundo en las que de un modo u otro están implicados los países imperialistas. Hace ya tres años que Ucrania resiste heroicamente la invasión del imperialismo ruso con un gran costo para su pueblo pero también para Putin que pensó que podía resolver rápidamente la anexión de ese país; si bien se trata de una guerra de carácter nacional, en esa guerra y en su desenlace están implicadas la OTAN con sus propias contradicciones con un Trump que, como lo hizo tantas veces el imperialismo yanqui, pretende negociar por su cuenta con Rusia dejando fuera al gobierno ucraniano y a Europa, entregando parte del territorio de Ucrania y apropiándose de sus riquezas. Lo mismo está sucediendo en la Franja de Gaza donde el pueblo palestino resiste el genocidio perpetrado por el Estado de Israel y defiende su soberanía y en donde las distintas potencias imperialistas intervienen para incidir en una nueva configuración de Medio Oriente.[35] Y hay muchas otras regiones donde se tensa la disputa entre las potencias imperialistas por el control del mundo y crece la posibilidad de una nueva guerra mundial. La lucha por impedirla está indisolublemente ligada a la lucha de las naciones y de los pueblos por su liberación; o la revolución impide la guerra o la guerra abrirá paso a la revolución, como señaló Mao Tsetung.  

Estamos transitando momentos de gran inestabilidad, de incertidumbre y cambios bruscos, de profundización de las disputas entre los distintos sectores dominantes en cada país y entre las distintas potencias imperialistas, en donde crece la amenaza de una  tercera guerra mundial. El giro de la política exterior de EEUU con Donald Trump agrava esta situación, planteando un nuevo reacomodamiento en el tablero mundial. Estos cambios que están en curso actualmente exigirían un análisis que excede a este trabajo. Baste señalar para apreciar la magnitud de los mismos el ataque de Trump a aliados tradicionales de Norteamérica, su expansionismo que amenaza la integridad territorial de Canadá, Groenlandia, Panamá, sus pretensiones sobre la Franja de Gaza y un hostigamiento sostenido a México. Su acercamiento a la Rusia de Putin en desmedro de Europa y de Ucrania, a  la que extorsionó como un capo mafia para quedarse con la mitad de sus minerales críticos culpándola de la guerra, van en la misma dirección. Zelenski, a pesar de su difícil situación,  tuvo una actitud digna en defensa de la soberanía de su Patria frente al atropello público de Trump y su vice en el Salón Oval de la Casa Blanca y se retiró sin firmar el acuerdo colonial que le imponían. La respuesta de Europa de cerrar fila con Kiev y avanzar en reforzar su defensa militar sabiendo que puede no contar con EEUU en la OTAN implican, como dijimos, un cambio sustancial en la situación mundial.

En este mundo en crisis no sólo se da el avance de las fuerzas de ultraderecha y sería un serio error no ver  otros aspectos de la situación. Por el contrario hay que prestar mucha atención a aquellas otras corrientes que luchan en sentido opuesto y enfrentan las políticas de estas fuerzas de derecha ultra reaccionarias, principalmente a las que libran los pueblos en defensa de sus derechos y las naciones por su soberanía. También es importante el reagrupamiento de fuerzas democráticas como las que en Francia impidieron el triunfo electoral de la ultraderecha, lo que algunos denominan en Europa “cordón sanitario”; al igual que el triunfo electoral del Frente Amplio en Uruguay y el de Claudia Sheinbaum en México, donde por primera vez fue elegida presidenta una mujer.

Reconocer y valorar estas expresiones de lucha y resistencia popular y democrática es importante porque la ultraderecha, como parte de su estrategia, niega su existencia, insistiendo en la supuesta pasividad y adormecimiento de las masas; quieren imponer en la opinión pública la idea de que no hay con qué darles, sembrando como parte de su batalla cultural  el escepticismo y la impotencia en la posibilidad de derrotarlos y avanzar en un camino revolucionario.

 

LA BATALLA CULTURAL Y EL USO DE ANTONIO GRAMSCI

Como señalamos al comienzo de este artículo, algunas de estas corrientes de extrema derecha en forma explícita y otras de hecho, se proponen no solo ganar el poder económico y político sino que, para consolidarlo y predominar frente a otros sectores de las clases dominantes, entienden que tienen que librar lo que llaman “la batalla cultural” con la idea de recuperar el terreno, que en ese plano,  consideran que les ganó “el progresismo” o corriente woke o  el marxismo cultural.[36] Se proponen  construir un nuevo sentido común como dice Pablo Stefanoni.[37]  

Este aspecto está puesto en primer plano por Javier Milei como  quedó claro en su intervención en Naciones Unidas donde planteó que Argentina no acepta la Agenda 2030, y en su última exposición en Davos, en enero 2025,  donde argumentó contrala siniestra, injusta y aberrante idea de la justicia social, complementada por entramados teóricos marxistas cuyo fin era liberar al individuo de sus necesidades”, promoviendo las ideas de “diversidad, inclusión, equidad, inmigración, aborto, ecologismo, ideología de género, entre otros, que son cabezas de una misma criatura cuyo fin es justificar el avance del Estado mediante la apropiación y distorsión de causas nobles”, por todo esto, señaló Milei, es  que “Occidente se desvió y debe ser reencauzado”. Y Milei se ofrece mesiánicamente para liderar esta tarea.[38]

Así como en lo económico los referentes de Milei son los fundadores de la Escuela Austríaca, en lo ideológico la letra se la dan personajes como Agustín Laje, Héctor Márquez o, el prócer, Alberto  Benegas Lynch .  Estos ubican como oponente y blanco principal a lo que llaman el “marxismo cultural “y a los “zurdos colectivista y socialistas”. Según ellos, el marxismo perdió la batalla económica pero ganó la batalla cultural, mientras  las derechas han ignorado el campo cultural como parte de la lucha política.

El principal ideólogo de la necesidad de que las derechas se impliquen en la lucha cultural y recuperen la hegemonía en este terreno es Agustín Laje[39] con gran influencia en Agrupaciones Libertarias como Las Fuerzas del Cielo que la integra entre otros, uno de los influencer de Milei,  Daniel Parisini, que firma como el Gordo Dan. Según Laje: “Mayormente, las derechas han ignorado el campo cultural como locus de lo político de dos maneras: o bien desconsiderando la potencia agonista que en el propio campo cultural se desarrollaba, o bien reconociendo el contenido cultural pero reduciéndolo a su registro moral o religioso.” En cambio las izquierdas a partir de Gramsci, según Laje, comprendieron la importancia de librar esta lucha. Como Laje otros autores estudian  también las ideas de Gramsci y las usan para sus propios objetivos, mutilando su contenido principal.

Importa entonces que veamos aunque sea someramente quién fue Antonio Gramsci y sus ideas respecto a lo que los ideólogos de esta nueva derecha llaman batalla cultural y que para nosotros está comprendida, dentro de la lucha de clases en el terreno de lo ideológico.

¿Quién fue Antonio Gramsci?[40] Fue un gran marxista, fundador y secretario general del Partido Comunista de Italia. Murió en 1937, a los 46 años después de haber estado prisionero 11 años en las cárceles de  Benito Mussolini. Es durante este período en el que indagará principalmente sobre la lucha de clases en el terreno ideológico y la importancia de la cultura. Lo hace a partir de una preocupación casi angustiosa que tiene sobre cómo es posible que Mussolini haya logrado el apoyo de lo más pobre de Italia, de los campesinos del sur de Italia y de los más pobres de las zonas urbanas, aún en el Norte de Italia donde el comunismo tenía gran influencia en el proletariado. La pregunta que se hace Gramsci es cómo es posible que una posición tan reaccionaria como la de Mussolini haya logrado ganar ese apoyo de masas.

Sus reflexiones, que significarán un invalorable aporte a la teoría marxista, las hace en las crueles condiciones que le imponen la cárcel y las enfermedades que padece agravadas por el encierro y el maltrato. Sus conclusiones las vuelca en los famosos Cuadernos de la cárcel. Vale esta aclaración sobre las condiciones en que escribe Gramsci, porque da cuenta de una voluntad y fuerza admirables y también explican algunas ambigüedades del lenguaje a la que se ve obligado por la censura carcelaria.

 Gramsci parte, siguiendo a Marx, de que las ideas dominantes en una sociedad son las ideas de las clases dominantes y que éstas para su dominio deben contar no sólo con la fuerza del aparato represivo del Estado sino que tienen que lograr presentar sus ideas y sus valores culturales como necesarios y justos para toda la sociedad. Para esto cuentan con instituciones sociales tales como la escuela, la justicia, los medios de comunicación, la religión, la familia, entre otras; instituciones no solo del Estado sino de la sociedad civil. Dice Gramsci que las clases dominantes garantizan con el Estado la dominación de la mayoría de la sociedad a través de la coerción, de la fuerza, para lo que disponen de todo el aparato represivo, pero señala que también precisan lograr el consenso mayoritario que les ayude a consolidar su dominio ganando la conciencia y los sentimientos de las masas; lograr que  sus intereses y sus valores los consideren como propios aún en contra de ellas mismas; que lleguen a ser parte del sentido común de toda la sociedad. Esta función la cumplen, como dijimos, las distintas instituciones del Estado y de la sociedad civil y se expresarán en la cultura y las concepciones ideológicas que predominen.[41] Gramsci analiza el papel que cumplen los intelectuales que se ponen al servicio de las clases dominantes para estos objetivos; los llama intelectuales “orgánicos” de estas clases y destaca la necesidad de que el  proletariado gane sus propios intelectuales orgánicos, objetivo que se debe proponer el Partido de vanguardia.

A partir de este análisis, refiriéndonos siempre sólo al aspecto de la obra de Gramsci que hace al debate con los ideólogos de la nueva derecha, éste insistirá, siguiendo a Lenin, sobre la necesidad de que  el proletariado libre la lucha de clases en los tres terrenos: el económico, el político y el ideológico y sobre la importancia del factor subjetivo en la lucha revolucionaria. Criticará la desviación mecanicista predominante en el marxismo del período estalinista de reducir esta lucha sólo a lo económico. Para Gramsci es necesario que la clase obrera sostenga una gran batalla ideológica y cultural, no solo económica y política, para lograr superar la división entre la Italia del sur agrario y el Norte industrial. Sobre esta base el proletariado podrá construir bajo su hegemonía el bloque histórico que una a la mayoría de los trabajadores contra el capitalismo y el Estado burgués. Para esto el proletariado debe comprender las  exigencias y reivindicaciones de las amplias masas campesinas incorporándolas a su programa de lucha revolucionaria; de este modo será posible lograr una unidad concebida no sólo como integración programática de las reivindicaciones económicas del conjunto de los trabajadores, sino de la unidad política, ideológica y cultural ganando a las amplias masas para una concepción del mundo opuesta a la de las clases dominantes.

Creo que esto ayuda a entender por qué los ideólogos de la ultraderecha atribuyen a la influencia de Gramsci el hecho de que el pueblo con su lucha haya conquistado derechos que ellos consideran aberrantes y hayan logrado al mismo tiempo que se legalice y se reconozca la justeza del contenido más profundo de esas luchas. Que se haya conseguido, enfrentando las retrógradas ideas dominantes en relación al trabajo, a la educación, a la salud, a la familia, a las mujeres, a los derechos democráticos, a los pueblos y naciones originarias, a las diversidades, a la ecología, etc., que el Estado se haga cargo y garantice esos derechos. Sin duda se libró y libra no solo una lucha económica y política sino ideológica y por los sentidos.

Para arrasar con todas estas conquistas las clases dominantes, y en particular la extrema derecha a la que nos estamos refiriendo, precisan no solo reprimir las luchas con las que el pueblo está dando batalla en las calles, despedir a los trabajadores,  dejar sin presupuesto y desmantelar la salud pública, ajustar a los jubilados y a los trabajadores, a los centros de la memoria, los de la prevención de la violencia contra las mujeres, eliminar la ESI, sino también recuperar el consenso que han perdido en buena parte de la sociedad. La batalla cultural que se proponen es para poder imponer nuevamente sus ideas reaccionarias  atribuyendo, por ejemplo, a la ideología de género lo que es producto de la lucha popular que ha costado vidas y cárceles y hay mucha sangre derramada. Por eso mientras sus ideólogos como Agustín Laje se enfrascan en la batalla cultural, Javier Milei con su discurso de odio, contra las mujeres, los movimientos sociales, las diversidades, no puede disimular más su fascismo y se pone al descubierto defendiendo a su gran amigo Elon Musk cuando saluda al modo nazi y apoya a Alternativa por Alemania, un partido abiertamente pronazi y cuando arenga en su discurso en Davos sobre la necesidad de que Occidente termine con el cáncer del wokismo y el socialismo.

Junto a la unidad y profundidad de las luchas para derrotar la política ultraderechista es necesario que libremos nuestra propia batalla cultural, esto es la lucha ideológica, política y cultural  que enfrente las ideas y concepciones retrógradas que quiere imponer este sector de las clases dominantes. Atacan al marxismo, al comunismo, al socialismo y a todo lo nacional y popular para poder seguir canalizando la indignación, la bronca, la rebelión de las masas y sus ansias de cambio ante las consecuencias de este sistema capitalista imperialista, incapaz de satisfacer las más elementales necesidades humanas, detrás de las  propuestas políticas aparentemente anti sistema pero que  expresan lo más reaccionario de este sistema. Para cumplir su objetivo necesitan atacar a todas las expresiones políticas, sociales y culturales que representen lo verdaderamente avanzado, lo que la clase obrera y el pueblo han construido en su historia de luchas nacionales e internacionales. Y sobre todo tienen que sembrar el escepticismo sobre las posibilidades de un verdadero cambio revolucionario de esta sociedad profundamente desigual e injusta atacando las experiencias históricas que demuestran que es posible. El centro de nuestra batalla cultural es demostrar que hay una salida revolucionaria a favor de la clase obrera, del pueblo y de nuestra Patria y seguir trabajando para lograrlo.

Como parte de la lucha por construir la unidad popular que permita derrotar a la ultraderecha, inaugurando una nueva época de triunfos revolucionarios, y para concluir esta exposición, reitero el interrogante que ya nos planteamos: por qué las ansias de cambio de las masas y su rebeldía las han podido capitalizar lo más reaccionario de las clases dominantes y no las organizaciones y fuerzas populares y revolucionarias. Hay muchas razones y hemos tratado  de abordar algunas de ellas. No es correcto como se hace en algunos análisis culpar sólo o principalmente a la izquierda de una situación de suma complejidad, pero tampoco creo que los revolucionarios debamos mirar para otro  lado como si no nos cupiera ninguna responsabilidad. Nos motiva para esta reflexión autocrítica la convicción, fundada en la historia de  lucha de la clase obrera y el pueblo, de  la necesidad y de la posibilidad de ganar a las grandes masas, con un papel decisivo del proletariado y su Partido de vanguardia, como protagonistas de un proceso de  cambios revolucionarios que permita que en nuestra Patria se termine con la opresión imperialista y la explotación de clases.

Escribe Rosa L. Nassif

11 de marzo 2025

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[1] Una exposición minuciosa se encuentra en la Revista Nueva Sociedad, N° 312: “¿Hay que temerle a la extrema derecha?”, Julio-Agosto2024.

[2] Un análisis de estas particularidades, sobre todo en América Latina, pueden consultarse en: Ariel Goldstein, La cuarta ola. Líderes fanáticos y oportunistas en la nueva era de la extrema derecha. Ed. Marea, 2024.

[3] Esta cuestión está tratada ampliamente en el libro coordinado por Pablo Semán: Está entre nosotros. De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir”. Ed. Siglo XXI, 2023.

[4] El término woke surgió en EEUU para promover la conciencia sobre la injusticia racial, la discriminación y la opresión. Pero hoy lo usa con sentido negativo la derecha y la ultraderecha para referirse a todo lo que cuestiona la injusticia social, las desigualdades, lo que llaman “ideología de género”, el “igualitarismo”, el progresismo, el socialismo, el marxismo, el colectivismo, es decir a los distintos sectores y corrientes que de un modo u otro cuestionan al sistema capitalista imperialista.

[5] Nombró a Axel Wahnish, un rabino ortodoxo a quien considera su rabino de cabecera como embajador en Israel. Le encomendó trasladar la embajada argentina de Tel Aviv  a Jerusalén, tomando partido abierto por el Estado de Israel en contra de Palestina, rompiendo con la posición  Argentina y de las Naciones Unidas de “dos pueblos, dos Estados con capital compartida en Jerusalén”. Todo esto es más grave aún cuando el Estado de Israel lleva adelante un verdadero genocidio en Gaza.

[6] Elon Musk fue designado por Trump al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental para rediseñar el aparato administrativo estatal de EEUU, función similar a la de Federico Sturzenegger como Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, en el gobierno de Milei.

[7]  La Escuela Austríaca. Tres de los principales representantes son Ludwig Mises, Friedrich Hayek,  discípulo de Mises y Murray Rothbard en EEUU. Milei incluye entre sus mentores a Milton Friedman de la Escuela de Chicago. Sostienen, sobre todo Hayek,  que el socialismo y el totalitarismo son dos formas del colectivismo; atacan la planificación socialista porque significa intervención estatal y a Keynes que ante la gran crisis capitalista del 30 planteó la necesidad de que el Estado intervenga para salvar “las fallas del mercado”. Esta Escuela sostiene como lo escuchamos insistir a Milei que “no hay fallas de mercado”.

[8] John Maynar Keynes adquiere notoriedad luego de la gran crisis de 1930 por proponer como estrategia la intervención estatal para garantizar pleno empleo y reducir al máximo las consecuencias de las crisis.

[9] Friedrich Hayek, Camino de servidumbre.

[10] Sergio Morresi, Martín Vicente:Rayos en cielo encapotado: la nueva derecha como constante irregular en la Argentina”. En: Está entre nosotros, Pablo Semán, págs. 62 y 63.

[11] Trump declaró al asumir su segundo mandato que está seguro después de haberse salvado de un tiro que le dio en su oreja que dios lo salvó para cumplir su misión.

[12] Ob. Cit.

[13] Pablo Stefanoni: “Milei y Laje se dividen las tareas: uno vende la red pill  económica (píldora roja que según la película Matrix quien la toma puede ver la realidad) para matar el virus del Keynesiano y el otro la red pill cultural para matar el virus de ‘la ideología de género´”. ¿La rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común (y porque la izquierda debe tomarlo en serio), pág. 99. Siglo XXI, 2021.

[14] Pablo Semán. Ob.cit. pag.64.

[15] Nicolás Márquez, Marcelo Duclos: Milei. La revolución que no vieron venir. Ed. Hojas del Sur, Mayo 2024.

[16] Rodolfo Kempf: “Milei. Plan nuclear neocolonial, IA y tecnofascismo”, en: Revista Lanzallamas, digital.

[17] Carmelo Cortese: “Reflexiones sobre el avance de las derechas y una autocrítica de las izquierdas”. En, La Marea, N° 52, Otoño 2023.

[18] No hay que engañarse con el planteo de destruir el Estado que hace  Milei. Su idea, que está llevando a la práctica, es reducir el Estado a lo que considera sus únicas funciones: la defensa (lógicamente para su política de ajuste necesita de las fuerzas de seguridad para reprimir y de poder sumar a esta función a las Fuerzas Armadas a las que, como a la SIDE le duplicó el presupuesto) y las relaciones exteriores. Todas las otras funciones que la lucha popular logró que el Estado las incorpore, las elimina. Los marxistas, los comunistas revolucionarios,  por el contrario, queremos terminar con este Estado oligárquico imperialista, pero defendemos las conquistas de la lucha popular y a las empresas estatales como Aerolíneas Argentinas o el INVAP que en un país dependiente como el nuestro permiten una cierta independencia, empresas que el gobierno quiere privatizar y extranjerizar.

[19] Ver: Resoluciones Políticas del 13 Congreso del Partido Comunista Revolucionario y el Informe del Comité Central del PCR del 6 y 7 de enero de 2025. En este último se reafirma lo planteado en el CC del 25 y 26/11/2023 sobre la necesidad de enfrentar la política del gobierno con la más amplia unidad de los sectores populares, aún de aquellos que lo votaron a Milei.

[20] “…todos sus enviados (de Trump) al Viejo Continente han cargado contra los valores democráticos del bloque …mostrándose abiertamente a favor de los movimientos más reaccionarios de la región (Como el apoyo a la extrema derecha en Alemania) y parecieron aceptar incondicionalmente todas las exigencias del presidente ruso, Vladimir Putin, para futuras negociaciones de paz en Ucrania”. Luisa Corradini, La Nación, 16/2/25.

[21] Un aporte importante para la comprensión de esta situación se puede encontrar en Matías Rodríguez Gianneo: Apuntes críticos para la discusión de la coyuntura geopolítica en crisis”, Revista Lanzallamas, 5/3/2025.

[22] “El Muro expresaba en el corazón de Europa la disputa interimperialista entre el socialimperialismo  y el imperialismo norteamericano por la hegemonía mundial”. Carlos Echague: Del socialimperialismo al imperialismo, de Jruschov a Putin, pág. 391. Ed. Ágora, 28/5/2010.

[23] Particularmente importante para Latinoamérica fue el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 que demostró que era posible para la clase obrera y el pueblo tomar el poder “en las fauces mismas del monstruo imperialista” e iniciar el camino de la construcción del socialismo.

[24] Thomas Piketty en su libro El Capital en el Siglo XXI, hace un minucioso análisis de “…cómo el capitalismo produce mecánicamente desigualdades insostenibles, arbitrarias, que cuestionan de un modo radical los valores meritocráticos en los que se fundamentan nuestras sociedades democráticas, págs. 25 y 26.

[25] Ver Carlos Echague: Revolución, restauración y crisis en la Unión Soviética, Tres Tomos, Editorial Ágora.

[26]Ya Lenin vio por dónde venía la mano. En un congreso del Partido, creo que fue el Octavo, él dice, mandamos cuadros del partido a tal lugar a organizar el soviet. Organizan el partido y organizan el soviet. Al poco tiempo mandan ellos. No es la masa la que gobierna. Son los que dirigen, los que gobiernan para las masas. Pero el soviet no se construye para las masas. El soviet es de las masas… Hasta que llegó un día y se dieron cuenta que no podían reunir el soviet de la Putilov, porque los obreros de vanguardia, uno estaba acá, otro por allá”. Otto Vargas, 2013. Brindis en el 45 Aniversario del PCR.

[27] Ver: Otto Vargas: La Revolución Cultural Proletaria, Editorial Agora, 2005,  y Jorge Rocha: Homenaje a Mao Tsetung, Editorial Ágora, 2001.

[28] En polémica con el camino que se iniciaba en Cuba de sometimiento a la URSS socialimperialista señalaba el Che Guevara que: “…persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera) se corre el riesgo de llegar a un callejón sin salida. Hay que evitar que la base material adaptada haga su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para llegar al comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer el Hombre Nuevo”. El socialismo y el Hombre en Cuba, 1965.

[29] Un Mercado Común de los países socialistas bajo la hegemonía de la URSS.

[30] Rosa Nassif: ¿Es posible conocer la realidad?, Ediciones Cinco, 2011.

[31] Esto lo descubrió Carlos Marx y lo expuso en su obra más importante El Capital. Esta caída de la tasa de ganancia al mismo tiempo que aumenta los billones de dólares acumulados en manos de un puñado de monopolios se debe, dicho muy esquemáticamente, a que siendo la fuerza humana de trabajo la que crea valor, el trabajo vivo, con el desarrollo tecnológico que se expresa en máquinas y robots de alto costo que exigen mayor inversión de capital y que a la vez reemplazan a obreros, resulta que proporcionalmente, en la composición orgánica del capital, predomina cada vez más el capital constante sobre la fuerza de trabajo. Esto lleva a que aunque aumenta la masa de ganancia hay una tendencia a que la tasa de ganancia caiga. Entonces, una de las formas a la que apela el capital para contrarrestarlo, es a reducir el costo de la fuerza de trabajo y a profundizar su explotación. “La cuota de ganancia disminuye a medida que aumenta la acumulación de capital y la correspondiente capacidad productiva del trabajo social, la cual se traduce precisamente en un descenso relativo del capital variable con respecto al constante”. El Capital, Tomo 3, pág. 379. Fondo de Cultura Económica, 1971.

[32] Esto explica por qué el centro de la política de Trump es la repatriación de las empresas yanquis que se instalaron en estos países produciendo desocupación en EEUU, en el llamado Cinturón del Oxido.

[33] Ana Quiroga: Incertidumbre y proyecto: una contradicción que nos interpela. Presentado en el Seminario de Investigación. Salvador de  Bahía, Brasil, 8/9/2022.

[34] Nancy Fraser: Capitalismo Caníbal, Editorial Siglo XXI, 2023.

[35] Trump ha planteado una “limpieza étnica” desalojando a los dos millones y medio de palestinos de la Franja de Gaza, exigiendo a Jordania y a Egipto que los reciba o de lo contrario les quitaría la ayuda económica que reciben de EEUU; su objetivo: hacer de Palestina “La Riviera de Medio Oriente” reconstruyéndolo para hacer un negocio inmobiliario y turístico. Cuenta con poder para negociar con Putin a cambio de la entrega de una parte de Ucrania. Es obvio que esto agudiza todas las contradicciones con el pueblo y la nación de Palestina y con Ucrania y entre las potencias imperialistas que disputan por el predominio en estas regiones estratégicas.

[36] “…el gran yunque que aparece como denominador común en los países e instituciones que están fracasando es el virus mental de la ideología woke. Esta es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar”. Milei en Davos, enero 2025.

[37] Pablo Stefanoni, ob. cit.

[38] Milei se explayó en Davos en su diatriba no sólo contra el wokismo y el marxismo sino contra lo que aún queda en Europa del llamado Estado de Bienestar, conquistado con las luchas populares y concedidos por las clases dominantes europeas ante el riesgo cierto de que esas masas siguieran el camino del socialismo triunfante en la URSS y China. La Unión Soviética había jugado un papel decisivo en la derrota del fascismo, y ambos mostraban los logros concretos del socialismo, antes de que en esos países se restaurara el capitalismo. Milei arremetió también en forma mentirosa como siempre contra el socialismo.

[39] Agustín Laje: La Batalla cultural. Reflexiones críticas para una nueva derecha, Ed. IIS. Hojas del Sur, Bs. As. 2022.

[40] Cristina Mateu: “El vaciamiento libertario de las ideas de Gramsci”. Revista La Marea, N° 54.

[41] Marx reflexiona sobre el papel de la ideología y la alienación en sus trabajos de juventud y los retoma en El Capital donde analiza el fetichismo de las mercancías.