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18 de febrero de 2011


José Olaya, mártir de la guerra de la Independencia

Hoy 1356 / Breves de la historia argentina

El mulato Gil, luego de retratar a San Martín, por intermediación del libertador, retrató a Simón Bolívar y a casi todos los miembros de la elite que condujo la guerra de la independencia.

El mulato Gil, luego de retratar a San Martín, por intermediación del libertador, retrató a Simón Bolívar y a casi todos los miembros de la elite que condujo la guerra de la independencia.
Algunos pueden decir que era un pintor de escasos recursos técnicos -no somos los indicados para opinar sobre sus méritos artísticos-, lo que interesa desde el punto de vista de la lucha de nuestros pueblos, es resaltar que la conducción de los ejércitos patrios le tenía confianza, y que no existe otro retratista que estuviera con ellos, en esos tiempos de la guerra de la independencia.
El mulato dejó retratos que nos permitieron tener una idea directa de cómo eran los jefes patriotas, y el que realizó de San Martín, presidió el acto de la independencia de Chile.
Además nos dejó una pintura patriótica, destinada a homenajear al pescador José Olaya, un mártir de la guerra de la independencia. Gracias a este cuadro, la historia pudo ser rescatada, y el pescador se salvó del olvido al que seguro lo hubieran sometido las clases dominantes.
¿Quién fue el pescador Olaya? Veamos. San Martín toma Lima, pero los absolutistas monárquicos conservaban Cusco y las sierras centrales. Por motivos que no podemos desarrollar en esta nota, San Martín renunció ante el Congreso Constituyente en 1822.
Durante junio y julio de 1823, los realistas retomaron Lima, obligando al gobierno patriota a refugiarse en el Callao. La escuadra de barcos que respondía a los patriotas se comunicaba con la resistencia en Lima, con el general Sucre y con el gobierno refugiado en el Callao, a través de correos secretos, uno de ellos fue el pescador Olaya.
Éste, aprovechando su oficio, transportaba información, en las redes, y a veces a nado. Lo descubrieron, le dieron 200 palos, 200 azotes, le arrancaron la uñas, y el 29 de junio de 1823 lo fusilaron. Un mes después, los realistas abandonaron Lima, saqueando todo el oro y la plata posible, y vejando a parte de la población.
El pescador es uno de los patriotas casi anónimos, que contribuyó con su tarea a la independencia. El artista lo sacó del olvido pocos años después, y si bien a las clases dominantes no les hace gracia esta historia, en Lima existe un monumento que lo recuerda y también se conserva el cuadro homenaje que el mulato Gil pintó.
La historia es protagonizada por las masas; sacarla del olvido es también una tarea revolucionaria. Las corrientes políticas de la sociedad latinoamericana vienen de larga data, y así como el reformismo, el posibilismo, y la conciliación tienen su historia, también el heroísmo revolucionario tiene la suya. Los comunistas tratamos de ser continuadores de ese heroísmo patriótico y revolucionario.