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02 de octubre de 2010

Los yanquis movieron la ficha Uribe. Venezuela, Bolivia y Ecuador en la mira. Los pueblos deben estar alerta para parar la mano a las provocaciones yanquis y de sus títeres.

Jugada de un tablero grande

Hoy 1207 / La agresión colombiana a Ecuador

La agresión colombiana a Ecuador, el golpe militar a las FARC y el desembozado intervencionismo yanqui mantienen las aguas revueltas en el escenario latinoamericano.

Un tanteo
En la reunión de presidentes del Grupo de Río en Santo Domigo el colombiano Uribe quedó prácticamente solo, denunciado públicamente y por TV como lo que es: un títere que el carnicero Bush usa como provocador para enturbiar las relaciones regionales, deteriorar a los gobiernos reformistas y recomponer la hegemonía norteamericana en América Latina. La "cumbre" vapuleó a Uribe por la descarada violación del territorio ecuatoriano, pero no lo condenó, ni tomó distancia del argumento "terrorista" que machacan los yanquis y sus socios, ni mencionó el brutal terrorismo oligárquico y de Estado en Colombia que organizó cientos de "grupos de tareas" armados y lleva secuestrados y asesinados a cientos de dirigentes sindicales, campesinos y populares desde hace más de 60 años.
Lula, ausente, fijó la posición que, en acuerdo con Cristina Kirchner y Bachelet definiría la reunión. Correa, Evo Morales y Chávez se pusieron firmes frente a la violación al territorio ecuatoriano. El documento final reafirmó la inviolabilidad de la soberanía nacional. Uribe defendió hasta el fin sus provocaciones en nombre de la lucha contra el "terrorismo"; pero finalmente debió presentar sus "disculpas" (¡por una acción militar comando con bombardeo, asesinato en masa y penetración en territorio ajeno!), y comprometerse a no repetirlo, aunque logró no ser condenado (como tampoco lo había sido antes en la OEA).
Lo cierto es que la soberanía ecuatoriana fue bombardeada, y Raúl Reyes y una veintena de militantes de las FARC fueron masacrados con respaldo de "servicios" y logística del imperialismo norteamericano: un mensaje transparente y brutal a quienes negociaban la liberación de otros rehenes con las FARC (incluido el francés Sarkozy y la mediación de Chávez).
Conviene no hacerse ilusiones: hay distensión, pero no solución. Y mucho menos nocaut como opinó Fidel. Gobernadores de las provincias venezolanas fronterizas con Colombia denunciaron haber sido amenazados con una intervención militar directa de las Fuerzas Armadas colombianas. El nuevo embate de las oligarquías del oriente boliviano con sus referéndums para imponer las autonomías departamentales se acredita también en la cuenta de la política yanqui de desestabilizar la región.
Fracasó la provocación, pero el "tanteo" yanqui fue hecho. Bush podría volver a la carga para jugar en tablero sudamericano, en función de sus intereses petroleros, como parte de su estrategia belicista para zafar de la crisis económica interna y afirmar sus posiciones en la región.

Gobiernos y pueblos
Correa fue duro al denunciar la acción de Colombia contra Ecuador: "Si la OEA no condena la agresión de Colombia a mi país habrá que tirarla al basurero de la historia", -dijo, después de mostrar la masacre en fotos y video-. Uribe batió el parche de la supuesta connivencia de Chávez y Correa con las FARC. El nicaragüense Daniel Ortega barrió bajo la alfombra su pasado juvenil de guerrillero revolucionario: elogió la acción en los ’80 del "Grupo de Contadora" y del Grupo de Apoyo a Contadora, que logró "cerrar heridas", y hoy en América Central -sostuvo- ya no se volverá a aquellos conflictos bélicos; y reanudó las relaciones diplomáticas con Colombia que había roto el día anterior.
Cristina Kirchner denunció la violación de la soberanía ecuatoriana y le pidió al colombiano Uribe que no suscriba "la doctrina [yanqui] de la unilateralidad". Pero ella misma suscribió la doctrina yanqui de la "lucha antiterrorista" diciendo que la lucha contra el "terrorismo" (de las FARC) debe ser "con más legalidad". Y ¿no fue a iniciativa suya como senadora que se impuso aquí la aprobación de la siniestra "ley antiterrorista", útil para reprimir a cualquier luchador social al que se decida pegarle esa etiqueta infame?
Abofetear políticamente al servil Uribe era necesario. La movilización activa y solidaria de los pueblos latinoamericanos es una necesidad para pararle la mano a las provocaciones yanquis y de sus títeres.