Hoy y siempre, como hace un mes, todos y todas somos Juan Caliani. Ese pibe, periodista, conductor, amigo, compañero, trabajador que luchó incansablemente por cambiar todo lo que tenía que ser cambiado. Desde las aulas, los micrófonos, la cancha, desde su lugar de militancia en la facultad y los barrios.
Con palabras que desbordaron de emoción, mates y tortas fritas y la donación de cientos de alimentos al comedor barrial de la CCC donde el Cali trabajó durante la pandemia, se llevó adelante un nuevo homenaje a Juan.
Su familia había decidido donar su último salario como empleado en una radio, en alimentos para el comedor y muchos otros amigos y conocidos hicieron llegar sus aportes solidarios desde Neuquén.
«Nuestro reclamo de justicia tiene que ver con seguir peleando no solo por Justicia por Juan, sino porque esta cadena de odios, de fractura con la que vivimos y que hace que pasen estas cosas, cambie», dijo Ana Mercado, su mamá, con la entereza que la caracteriza durante todas estas semanas.
«No queremos otros dos pibes robando por los techos, matando en una casa. Por eso tenemos que reclamarle al Estado que apoye a los pibes, para que no entren en la droga, en la delincuencia. Ni un pibe menos por la droga, también», aseguró su papá, Jorge Caliani.
El cálido abrazo de su familia estuvo presente en el salón que se construyó también con su esfuerzo, donde el Cali cocinó, donde pasó frío y donde enseñó radio y fotografía; así lo recordamos hoy en la casita del barrio, con todos los “trapos” que él más quería, colgados en las paredes. La CEPA; la CCC, Ni Un Pibe Menos por la Droga y su querido PCR, JCR de Río Negro.
Mientras tanto, en el ámbito penal hubo una audiencia judicial en la que ambos adolescentes imputados (16 y 18 años) aceptaron su responsabilidad en el hecho, y mediante un procedimiento de juicio abreviado, fueron declarados coautores del delito de homicidio en ocasión de robo. Fueron juzgados de acuerdo con las pautas previstas en la Ley Provincial 2302, que regula el funcionamiento del fuero penal en el ámbito juvenil y ahora se espera el juicio de cesura, que determinará la pena.
A un mes de su injusta partida, exigimos Justicia y un fallo ejemplar, pero sabemos que los profundos problemas de la sociedad y de la juventud no se solucionan con mano dura. Redoblamos esfuerzos en la lucha contra la impunidad y por un país, una Argentina liberada, donde los pibes y pibas tengan un futuro; techo, tierra, trabajo, cultura, educación y deporte.
Corresponsal
