En simultáneo con la designación de Carlos Zannini como “ladero” de Daniel Scioli, que se entiende como una reafirmación de la relación de Cristina Fernández con el imperialismo de China, su ministro de Economía, Axel Kicillof, estaba en Rusia el jueves 18 y el viernes 19. A través de la noticias del día nos enteramos además que “el viaje consiste en avanzar en los acuerdos estratégicos firmados en abril pasado por los presidentes Cristina Kirchner y Vladimir Putin, que incluyen cooperación en materia comercial y energética”.
El intercambio comercial bilateral es de 2.000 millones de dólares. En materia energética, por un lado está la intención de la empresa Rosatom de proveer reactores nucleares y, por el otro, la idea de participar en la construcción de la represa Chihuido II, en Neuquén.
Además, el presidente de YPF, Miguel Galuccio, también presente en San Petersburgo con el mismo motivo, se reunía con directivos de Gazprom. La empresa rusa firmó con la petrolera argentina un memorando de entendimiento cuando viajó la Presidenta.
Desde allí, en diálogo con la agencia de noticias Télam, el ministro Kicillof –nominado por Cristina para encabezar su lista de Diputados Nacionales en la Ciudad de Buenos Aires–, fue más lejos recordando que en el viaje de la Presidenta de abril pasado “se firmaron unos 20 convenios bilaterales de diferentes áreas, muy importantes los vinculados a cuestiones tecnológicas, atómicas”. Y agregó que “en un salto que dio recientemente la relación entre los dos países, se firmó lo que sería la elevación del vínculo a una relación estratégica integral. Eso quiere decir que se ha planteado un esquema de mayor interacción y cooperación en todas las áreas“ (La Nación, viernes 19 de junio de 2015; las negritas con nuestras, hoy).
En esto quedan las palabras de Cristina Fernández del 20 de junio en Rosario, de defensa de la “soberanía nacional” planteando como enemigos solo a “los buitres”, mientras ata el país a los imperialistas de China y de Rusia, ofendiendo la memoria del creador de la bandera, quien diera origen a la consigna patriótica: ¡ni amo viejo, ni amo nuevo!
