El martes 18 de agosto de 2009 la empresa Kraft Foods Argentina (ex Terrabusi), hoy Mondelez, despidió 162 trabajadores de su planta de Pacheco, incluidos cinco integrantes de la Comisión Interna, varios delegados de sección, y tres congresales del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA).
Ante los despidos, la Comisión Interna impulsó la toma de la planta, y 2.700 trabajadoras y trabajadores se plantaron, mostrando un camino de lucha a todo el pueblo. Como afirmó desde el inicio la dirección clasista y revolucionaria del conflicto, con sus aciertos y errores: se podían enfrentar los despidos y el intento del gigante estadounidense de la alimentación de descargar la crisis sobre las espaldas de los obreros. Por eso se ganaron la solidaridad y simpatía de millones de argentinos en todos los rincones del país.
La de Kraft fue una lucha larga. La planta estuvo ocupada durante 38 días, en los cuales se paralizó la producción. El jueves 25 de septiembre un gigantesco operativo de las fuerzas de seguridad desalojó a las trabajadoras y trabajadores que resistían los despidos, incluso deteniéndolos ilegalmente dentro de la empresa. El gobierno kirchnerista, que había prolongado la conciliación obligatoria, la dejó caer, y aprovechó un viaje de la presidenta a Estados Unidos para el operativo de desalojo. Los trabajadores siguieron con la lucha en otras condiciones, respaldados por una gigantesca movilización popular, como los más de cien cortes de ruta y actos contra la represión llevados a cabo el lunes 28.
A partir de allí, con la dirección del conflicto fuera de la fábrica, se abre un nuevo momento, en el que el gobierno abre negociaciones, impactado por el fracaso político de su accionar. Esta etapa va hasta la firma del acta del 16 de octubre de 2009, que permite el reingreso de 70 trabajadores a la planta, el compromiso escrito de Kraft de no avanzar en su plan de ajuste, el reingreso de los miembros de la Comisión Interna, entre otros logros.
Con su lucha, los trabajadores de Terrabusi, dirigidos por su Comisión Interna y su Cuerpo de Delegados, entraron por la puerta grande en la historia de nuestro movimiento obrero, y dieron a la vez un ejemplo de dignidad nacional, frente a la prepotencia del monopolio norteamericano, que pisoteó las leyes laborales argentinas.
Hoy N° 1779 21/08/2019