Dormida en la planicie de vastos horizontes
bajo los cielos diáfanos de la Pampa Central,
estaba aquella aldea recostada en los montes
junto al sediento médano y el yermo salitral
Rodó allá de mi infancia la moneda dorada.
Dormida en la planicie de vastos horizontes
bajo los cielos diáfanos de la Pampa Central,
estaba aquella aldea recostada en los montes
junto al sediento médano y el yermo salitral
Rodó allá de mi infancia la moneda dorada.
Correteó por sus calles, gozoso, el colegial.
Hoy no es más que una sombra mi niñez sepultada
En campos de ovillos o al pie del arenal.
Ismael Dozo