1. La emergencia de las mujeres
1. La emergencia de las mujeres
Una brutal masacre en Mendoza, con el triple femicidio de Claudia Arias, su abuela y una tía, y dos niños peleando por sus vidas, volvió a estremecer el país. Se venía del alevoso femicidio de la joven Lucía Pérez, en Mar del Plata, y de la impresionante respuesta de paro y movilización de las mujeres y el pueblo. A días del extraordinario Encuentro Nacional de Mujeres que exigió medidas para la emergencia por la violencia y los asesinatos que sufren.
No va más que el gobierno haga discursos, y presupueste $1,27 para la mujer golpeada. No son respuestas los despliegues del aparato represivo, porque ese aparato represivo es parte del problema, de policías y jueces complacientes o cómplices con golpeadores, violadores y femicidas. No va más la violencia generada por la situación de pobreza que no da salida a la juventud, y en la proliferación de las mafias que controlan los barrios con la droga y la trata. No va más la total ausencia de una política de prevención, en todos los terrenos, laboral, social, política y cultural.
La emergencia en la violencia contra las mujeres y los femicidios, exige, junto a las medidas concretas que reclama su movimiento, poner en evidencia, y combatir, la matriz patriarcal del sistema que provoca la doble opresión. Y garantizar la más amplia libertad de organización y lucha de las mujeres, unidas al conjunto del movimiento popular.
2. Macri amarroca con los de abajo
El gobierno ha subejecutado el presupuesto, y está endeudando al país de una manera brutal. Tiene plata, que debe gastar en las emergencias que se viven, pero derrocha para los de arriba y amarroca para los de abajo.
La inmensa mayoría de los jubilados que cobra la mínima, y las prestaciones sociales, este año, fueron aumentadas en un 31,7% en dos cuotas, tienen una pérdida del 11 al 14%, y solo recibirán $1.000 los jubilados que están en la mínima (o la superen hasta $1.000), lo mismo, por familia, los que cobran la Asignación por hijo.
La inflación anual fue del 43 al 45%, y los salarios en las paritarias aumentaron en promedio del 33%, lo que da una pérdida de poder de compra de los sueldos que en muchos casos supera el 10%. El bono de $2.000 apenas achicaría esa pérdida en un 1%, y hasta fin de año. Al no incorporar el bono al salario (y a las jubilaciones, los planes y las prestaciones sociales), lo poco que compensa en diciembre, deja de cobrarse desde el 2017. Por lo que en las paritarias arrancarán con un 10% en contra de la inflación de este año.
No hay medidas a favor de los trabajadores precarizados, los campesinos pobres y los originarios. Tampoco para las Pymes de la industria y el comercio.
3. Abre la mano a los de arriba
El presupuesto del año 2017, descontando la mentirosa inflación del 17% (que ilusiona el gobierno), recorta las partidas, a Energía 31,3%, Agroindustria 13,9%, Cultura 12,6%, Salud 12,2%, también a Producción y otros sectores. Al programa atención de la madre y el niño le sacan la mitad de los fondos, al plan Progresar de capacitación de los jóvenes lo bajan de $8.900 millones a $5.500 millones. En Ciencia y Tecnología hachazo a todos los centros de investigación. A Justicia le recortan todos los gastos vinculados a los derechos humanos. Y van a liquidar el Fondo de Garantía de la Anses.
Al mismo tiempo, el gobierno lanza un plan de adecuación de 40 empresas estatales a la reglas de la OCDE (la organización mundial de comercio que manejan los imperialismos) para que “operen con total autonomía en la consecución de sus objetivos”, y que “el Estado no sea el único propietario”. Es una forma de privatizar: los accionistas privados van a comprar acciones por poca plata, y van a gerenciar Aysa, Yacyretá, YPG Gas, Camesa, Ferrocarriles, Aerolíneas, Austral y Belgrano Cargas. YPF no figura porque es una Sociedad Anónima.
También, se van a cumplir con las directivas del FMI y el Grupo de los 20.
Un ejemplo de la política del gobierno es Energía. Dice que va a resolver la crisis que lleva a los apagones, y en los hechos, recorta el 31% de los fondos para el 2017; no para de caer la producción de YPF, que gerencia el gobierno, y Macri le regaló a las petroleras el precio del petróleo más caro del mundo.
4. De las provincias a Buenos Aires
El gobierno responde a las protestas con más gendarmes, más prefectos, más policía, y resucita el Proyecto X de espionaje a las organizaciones sociales. Crea su propia organización, con fondos del Estado y elementos a su servicio como Lalo Creus en La Matanza. Además, prepara un plan para sumar a las Fuerzas Armadas a la represión interna, de apoyo logístico y como “acompañantes de patrulleros policiales”. Así, quedan las fronteras liberadas para el narcotráfico y la trata. Y Defensa Nacional cero, con los ingleses haciendo ejercicios de un ataque a la Argentina.
La convocatoria de las mujeres al paro se cumplió en varias empresas y muchísimos lugares de trabajo, y fue impresionante la movilización en todo el país. Esa es la realidad de la Argentina: el paro y la calle.
El gobierno maniobró, en acuerdo con un sector del movimiento obrero, para gambetear el paro, y los desbordaron las mujeres. Ni se lo imaginaban, subestiman la potencia del movimiento de mujeres, que hoy es la avanzada de la lucha.
En la lucha contra el hambre y la pobreza en la ciudad y el campo, y frente a la crisis de las economías regionales, están a la cabeza los pobres del campo, junto a desocupados, jubilados y precarizados. Ellos, junto a los demás sectores populares, ajustan la preparación de la Marcha Multisectorial de las Economías Regionales, que llega a Buenos Aires el 4 de noviembre.
5. Unir en las elecciones lo que está en la calle
El gobierno amarroca la plata que tiene para su plan electoral del 2017. Quiere un país polarizado: Macri o Cristina. Cristina aprovecha para resucitar, armando su juego electoral.
La Argentina real se vuelca a las calles: las mujeres, los que enfrentan la pobreza en las ciudades y el campo, los jóvenes contra la droga y por su derecho a estudiar y trabajar, los que enfrentan los crímenes de las mafias en sus barrios, los sectores castigados por crisis de las economías regionales, los sectores del movimiento obrero que enfrentan los despidos y suspensiones, y defienden sus salarios.
La Argentina real lucha contra la política de ajuste y entrega macrista, y no quiere volver al pasado. Incluso los que le dan tiempo a Macri, muchos es por su temor a volver al pasado.
Hay una situación nueva, en la que lo que está en las calles necesita una herramienta política que lo exprese, con las particularidades de cada provincia. Esta situación política es un gran desafío para la unidad de los sectorespopulares, democráticos, antiimperialistas y antioligárquicas, que en gran medida son los que están a la cabeza de las protestas. En esas protestas se está definiendo el programa para enfrentar esta política, cerrar el paso a un “retorno” al pasado, y abrir un cauce popular para nuestro pueblo y nuestra patria.
Las fuerzas combativas y clasistas del movimiento obrero, las fuerzas antiimperialistas y antioligárquicas del movimiento campesino, estudiantil, de las mujeres y los jóvenes, el PTP, con la pelea por sus personerías, el PCR y las fuerzas que integramos el Frente Popular asumimos la responsabilidad de trabajar para esa unidad, para ese camino de unir en la política y las elecciones lo que está en la calle, para que no nos dividan con las elecciones lo que está unido en la lucha. Y para las tormentas sociales y políticas.