Promediando las 8 de la mañana, el clima sobre la ruta 14 estaba bastante fresco, pero auguraba ser un gran día para quienes esperaban con mucha ansiedad la llegada de productores de todo el país.
Treinta mil argentinos que llegaron como pudieron, con sus propios medios unos, juntando peso tras peso entre varios, llenando entre muchos el auto o la chata, algunos a dedo… Cientos de gualeguaychenses se advertían llegar a pie, con el mate, la bandera argentina en alto y sus ganas de ser parte de lo que se convertiría en un hecho histórico de las luchas de nuestro país, donde ellos eran los anfitriones.
El grito de los autoconvocados
Con bronca, preocupación y cansancio, pero en un clima festivo, se hilvanaba el mapa de luchas que recorrió durante 21 días nuestro país: "Lo más importante es la unidad"; "este es un hito para la gente del campo y la ciudad"; "al fin pudimos escucharnos entre nosotros"; "al gobierno hay que hacerlo retroceder, porque si no vamos a desaparecer", eran las expresiones que se repetían entre esos 30 mil -en su gran mayoría autoconvocados- quienes intercambiaron las experiencias de sus lugares, de sus asambleas y cortes de ruta.
Al costado de un acoplado de camión -que en esa ocasión hizo de escenario principal-, entre mates, chamamé de fondo y algún que otro sapucay; a la espera de que los representantes de las organizaciones rurales dieran sus posiciones sobre la continuidad de la lucha agraria, una señora de Capital Federal le relataba a un productor lechero de Canalis (Córdoba) y a un joven santafesino la crónica de los cacerolazos en el centro porteño. Este último le relató su experiencia y cómo se había volcado el pueblo de Casilda a la lucha agraria, abriendo un signo de interrogación con un por qué los medios nacionales no habrán sacado al aire un acontecimiento tan trascendente que había ocurrido en su provincia.
Centenares de familias unidas con hasta más de tres generaciones juntas, compartiendo la defensa de los recursos que generan riqueza en nuestro país. Historias de familias y de pueblos alrededor del trabajo. Miles de jóvenes -muchos de ellos adolescentes- que en estos días estuvieron en las rutas protagonizando y debatiendo cuál es el camino de la defensa de la tierra para seguir trabajando, para alimentar a los miles de nuestra Nación.
Varios carteles improvisados se-ñalaban la procedencia de sus portadores; otros, como el que sobresalía con Cristina K caricaturizada con la frase "ustedes siembren que yo cosecho 45% para mí, el resto pagan impuestos", sintetizaban con ironía la bronca allí concentrada.
"La gente del campo siempre pagó todo, no sé qué más quieren sacarnos. Nosotras somos mujeres que trabajamos en el campo de sol a sol, madrugamos todos los días haga buen tiempo o no, andamos a caballo porque nuestros caminos son de tierra, y ni electricidad tenemos… y tampoco tenemos 4×4. Queremos que la presidenta tome la decisión de volver para atrás con las retenciones porque si no, no sé dónde vamos a ir a parar", señalaba una productora de Victoria (Entre Ríos) quien hablaba por ella y por sus tres vecinas que la escoltaban y atentamente seguían su alocución.
En otro lado, productores de Gualeguaychú contaban cuáles fueron los embates que enfrentaron cada día. En cada grupo se comentaba cómo habían enfrentado las provocaciones del gobierno que días atrás los había acusado de formar parte de los "piquetes de la abundancia", de ser "golpistas", de "provocar el desabastecimiento en las ciudades" y como remate y les había enviado las patotas de Moyano.
"Estos 21 días de paro y esta asamblea marcan un quiebre"
El Encuentro Federal Agropecuario comenzó con la lectura de la Proclama de Gualeguaychú. A continuación Boyero Ronconi, un poeta chacharero conocido de esa ciudad, leyó su "Hermanos del campo", llevándose el aplauso de sus pares. Luego rindió homenaje a los ex combatientes y caídos en la Guerra de Malvinas, a lo que le siguieron los emotivos gritos de "viva la patria" y "Argentina, Argentina, Argentina". Juan Echeverría, dirigente de Paraná, abrió su discurso en nombre de los autoconvocados que lo proclamaron como orador (ver recuadro); intervención que se llevó muchos gestos de consentimiento y los aplausos de miles al referirse que los agropecuarios "marcaron la cancha", y que "estos 21 días de paro y esta asamblea marcan un quiebre, de aquí para adelante nada va a ser igual". En tanto Alfredo De Angeli (Federación Agraria de Entre Ríos), fue fuertemente aclamado al pronunciar "Acá está la plaza del campo"; y al referirse a las retenciones, se dirigió a Cristina K con: "no queremos que nos devuelvan nada, con que no nos saquen es suficiente", A su turno hablaron Mario Llambías por la CRA (Confederaciones de Rurales Argentinas), Fernando Gioino por Coninagro y Luciano Miguens por la Sociedad Rural.
Finalmente Eduardo Buzzi por Federación Agraria Argentina, rechazó la acusación de golpistas "Tuvimos desaparecidos, exiliados, gente que fue duramente castigada en diferentes lugares de detención", y dijo que el desabastecimiento "fue una consecuencia de una situación que no previnieron ni resolvieron, que la fueron llevando. Cada vez que hablaba un ministro, amontonaba más gente en los piquetes".
"Aprendimos mucho durante estos días"
Finalizado el acto, al intercambio de números de teléfono le seguían los agradecimientos, abrazos y apretones de manos, junto con las expresiones de confianza. "No vamos a aflojar, la pelea sigue y ahora nos vamos a debatir en nuestras asambleas", decía un productor de Benito Juárez, provincia de Buenos Aires; quien al acercarse al orador de los autoconvocados, le decía "muchas gracias, aprendimos mucho durante estos días, y ahora, después de esta asamblea y al ver tanta gente que se preocupa y que estuvo en las rutas como uno, nos llena de fuerza para seguir. Esta lucha no termina acá".
