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02 de octubre de 2010

El gobierno tuvo que “abrir la mano” pero quiere hacer un mezquino uso clientelista de las asignaciones por hijo.

La asignación no es universal, el hambre sí

Hoy 1293 / La Hora Politica

1. El Incendio

Las colas del Anses muestran hoy el hambre y la pobreza que castiga al pueblo argentino (al 40% según el obispo Romanín), y que ha provocado el incendio de esa Argentina oculta que alarma de los poderosos: “El rebrote fuerte de la pobreza y la necesidad [del gobierno] de salir como bomberos a apagar el foco de incendio con más variantes de la ayuda social”, (Clarín, 15/11).
Gran parte de esa Argentina siguió en la miseria mientras el viento favorable de la economía mundial inflaba los bolsillos del “capitalismo de amigos K”, y “no amigos K”. Cuando los grandes monopolios sacaban fortunas del sudor de sus obreros petroleros, mecánicos, siderúrgicos, sojeros… Economistas y publicistas del sistema ocultaban la vergüenza hablando de “pobreza estructural”. Luego, el estallido de la crisis y la política kirchnerista de descargarla sobre el pueblo provocaron la nueva avalancha de hambreados y pobres.
El gobierno se desfondó: cuando la panza duele de hambre se acaba el doble discurso. La oposición promocionada por el sistema, que venía de reclamar una devaluación que hachara los salarios como en el 2002, ahora le reclama al gobierno que “apague el incendio”, temerosa de volver al “que se vayan todos”. Unos y otros viajan y hablan maravillas de China y Brasil, a los que consideran “modelos”, escondiendo que en esos países se amasan fortunas sobre la base de cientos de millones de hambreados y en la miseria.
Frente a “los focos de incendio”, el gobierno debió “abrir la mano” con las asignaciones por hijo y las cooperativas. ¿Qué impacto van a tener estas medidas? Está por verse. El gobierno debió tomarlas a los apurones, con mucha improvisación. Según el diputado Lozano quedarían sin cobertura 2.300.000 niños pobres: sus padres no tienen todos los papeles que les exigen. Las cooperativas están restringidas a algunos partidos del Gran Buenos Aires y sometidas a los punteros del PJ.

2. Acuerdos y divisiones por arriba

Hechos los anuncios, si el gobierno pretende restringirlos a su mezquino clientelismo electoral, en vez de agua habría echado nafta al incendio.
Por distintos motivos, todos los grupos de poder que integran el bloque dominante, están de acuerdo en que el gobierno debe apagar los focos de incendio de la lucha obrera, campesina y popular, antes de que se vuelvan incontrolables. Este peligro es lo que los habría empujado a acordar que los K deben llegar al final de su mandato. Algunos de esos sectores lo hacen porque buscan la continuidad de la política actual después del 2011; y otros, para que los K se desgasten con medidas antipáticas por la crisis, y quien los releve no reciba una bomba de tiempo.
En todo lo que no es apagar los incendios, la división de los grupos de poder se ha profundizado mucho. Hay síntomas de que empresarios aliados o muy cercanos a los K, como Elsztain, Britos y otros, estarían tomando cierta distancia, sin manifestarlo públicamente.

Ofensiva hasta marzo
El kirchnerismo, herido por su enorme deterioro en las masas, aprovechará el tiempo que le dará el receso veraniego del Congreso: “Ofensiva hasta fin de marzo del 2010”, es la consigna que baja desde la casona de Olivos.
“El kirchnerismo perdió [las elecciones del 28/6], pero la derrota no aparece”, (Morales Solá, La Nación, 15/11). En realidad la derrota aparece: el gobierno perdió la calle. Los que “no aparecen” son los “ganadores” que promocionó la prensa opositora escondiendo el peso ganador del voto broca. El publicitado como “máximo ganador”, Reutemann, perdió ante los socialistas en las elecciones provinciales posteriores a las de junio. Además, pasaron a la oposición al kirchnerismo sectores del centroizquierda. Y otro hecho, en el que también aparece la derrota, es la dificultad del kirchnerismo para mantener la monta de dos caballos al mismo tiempo: el PJ y la CGT, y los “transversales”.
Cristina Kirchner volvió a denunciar un complot: el sexto de su gobierno, acusando a la “las derechas destituyentes”. Moyano acordó con D’Elía marchar a un acto en Plaza de Mayo en defensa de CK. El segundo de la CGT, Belén, le puso otro blanco al “complot”: “la zurda loca manejada desde afuera”; y se sumó al coro de reaccionarios del mundo, responsabilizando a los comunistas por el Muro de Berlín, ocultando que ese muro fue construido por las burguesías que habían derrotado, hacía años, al socialismo.
Los K necesitan a Moyano: no podrían gobernar con la CGT en contra. También necesitan a la CTA, ya que gran parte de la actual oleada de luchas está protagonizada por estatales y docentes; y es importante la relación de esta central con el centroizquierda, cuyos votos el kirchnerismo necesita en el Congreso y en las urnas.

3. La Caja y el poder

La presidenta levantó el acto que no había convocado: no le convenía. Pero necesitan más a Moyano que a Yasky, por eso, no le dan la personería a la CTA, ni al subte; y compensarían a Moyano con un alza en las asignaciones para obras sociales de $ 3.000 millones.
La “caja” es la que desata los nudos de los engorros del gobierno. Siempre con plata ajena: de las obras sociales, de los jubilados en la Anses, de los bancos estatales, etc. Rascan el fondo de todas las ollas que les permite el poder. En los años de vacas gordas desperdiciaron miles y miles de millones de dólares pagando al contado y por anticipado la deuda pública fraudulenta y odiosa. Es el gobierno mejor pagador de deuda pública que se recuerde.
Ahora, los K creían que negociando con los bonistas, el FMI les iba a abrir la mano. Se equivocaron. El Fondo le aseguró un flor de negociado a tres grandes usureros (el Barclays inglés, el Citi yanqui, y el Deustche alemán), y mandó al kirchnerismo a negociar la deuda con el Club de París; después verá.
Para negociar con los bonistas, el Congreso debe modificar la “ley cerrojo” con la que se cerró aquel canje, y los llamados “opositores”, los Macri, De Narváez, Carrió, Cobos, etc., en esta cuestión de fondo de pagar deuda fraudulenta en medio de la crisis, corrieron a apoyar al gobierno en el Congreso.
La gangrena que desangra al kirchnerismo no para. Reutemann fue el primero con el que Néstor K buscó negociar la candidatura presidencial del PJ en el 2011; Das Neves fue un aliado íntimo durante todos estos años. Ahora Lole y el gobernador de Chubut acaban de renunciar al Consejo Nacional por la vuelta de Kirchner.

4. Terciar
Las peleas dentro del kirchnerismo, como las de las derechas opositoras, son presentadas como resultado de ambiciones personales desmedidas. Pero, como en tantas buenas películas, a través de las historias de las internas K y las de las derechas opositoras, se expresan, de una u otra manera, las fracturas, divisiones y choques de intereses dentro del bloque dominante. A muchos grupos de poder la crisis los ha colocado en la incómoda situación de estar bailando alegremente en la cubierta del Titanic.
La irrupción de las masas hambreadas y empobrecidas confluye con la oleada de luchas obreras que sacuden el país, desde Jujuy a Tierra del Fuego, y desde Buenos Aires a Mendoza: subte, petroleros, camioneros, estatales (nacionales, provinciales, municipales, judiciales y legislativos), construcción, trabajadores de la salud y la educación, pescadores, taxistas, correo, transportistas, ferroviarios, guardaparques, estibadores, etc.
Son luchas duras, con mucha bronca por la sordera de las patronales y el gobierno, prolongadas, que tienden a desbordar a los jerarcas sindicales traidores y conciliadores, y cuando se acaba la paciencia, hacen tronar el escarmiento.
En el Chaco, La Plata, Tucumán, Mendoza y otras localidades y provincias, se vuelca a la lucha el campesinado pobre. También se multiplican los combates de los pueblos originarios, como se vio en el reciente Encuentro Nacional en Jujuy. Crece la presión desde abajo para volver al paro y los piquetes en la región pampeana, como se vio en la concentración de más de 1.000 productores en Rivera, donde participaron dirigentes de FAA y Coninagro, sin la presencia de CRA y SR; y también en Paraná. En muchos lugares, la sequía ha creado una situación desesperante. Hay provincias en las que la situación es dramática tanto en el campo como en pueblos y ciudades. El gobierno no da respuesta a esta situación, y produce medidas pro- vocativas, como excluir a las provincias y municipios del plan de trabajo cooperativo. La asfixia financiera del gobierno K a las provincias crea un polvorín de bronca federal.
Muchas de las luchas en curso tienen reclamos políticos (lo que escandaliza a las derechas gobernante y opositora). También es político el avance de la coordinación de luchas regionales y su confluencia multisectorial con otros sectores populares. Esto es lo que se niega: desde abajo, desde la lucha y las multisectoriales, van emergiendo y confluyen fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas, que de hecho tercian con independencia de los bandos en pugna entre los de arriba.
A partir de la unidad para la lucha, hay condiciones muy buenas para avanzar en la recuperación de los cuerpos de delegados, comisiones internas y sindicatos, para garantizar que la clase obrera sea el centro de la unidad multisectorial. Y desde las asambleas, hay que exigir a las centrales un paro nacional activo que unifique las luchas y confluya con el campesinado, el estudiantado, y los reclamos populares y federales. Terciando se acumulan fuerzas para avanzar por el camino del Argentinazo y la Rebelión Agraria, que lleve a conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que le haga pagar la crisis a los que se llenaron los bolsillos a costa del hambre del pueblo.