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30 de marzo de 2011

Los rebeldes anti-gadafistas recuperan posiciones estratégicas. Los imperialistas, dentro y fuera de la OTAN, apoyan con bombardeos a las fuerzas de Gadafy pero preparan un desemboque a su propia medida.

La ayuda militar imperialista, un salvavidas de plomo

Hoy 1362 / Ajdabiya, Brega y Ras Lanuf, nuevamente en manos rebeldes

Apoyados por los bombardeos aéreos del grupo de mafiosos imperialistas aliados contra las tropas de Gadafy, los insurrectos libios recobraron el viernes 25 el control de las ciudades orientales de Ajdabiya, Brega y Ras Lanuf, próximas al bastión rebelde de Bengasi. Algunos dirigentes de la rebelión del 17 de febrero ya hablaban de una futura marcha sobre Trípoli, la capital libia.
 

Apoyados por los bombardeos aéreos del grupo de mafiosos imperialistas aliados contra las tropas de Gadafy, los insurrectos libios recobraron el viernes 25 el control de las ciudades orientales de Ajdabiya, Brega y Ras Lanuf, próximas al bastión rebelde de Bengasi. Algunos dirigentes de la rebelión del 17 de febrero ya hablaban de una futura marcha sobre Trípoli, la capital libia.
 

Los imperialistas quieren imponer sus recetas
Los anglofranceses llegaron a un acuerdo con Turquía: la OTAN asumió el mando militar de las operaciones en Libia, pero las potencias coaligadas se reservan el control político. Así Turquía es “limpiada” de toda responsabilidad en la ocupación y reparto de Libia que esas potencias ya están tramando. Según la agencia rusa de noticias RIA Nóvosti, la coalición internacional ya elaboraba un plan de operación terrestre que podría lanzarse a fines de abril; para eso EEUU habría trasladado a más de 4.000 marineros y marines al Mediterráneo central.
En la misma dirección, y con el cinismo propio de lo que representa, el secretario general de la Alianza Atlántica (OTAN), Anders Fogh Rasmussen, dijo que la operación se ajusta al mandato de la ONU, pero que la OTAN “también podría actuar en autodefensa”. Es decir, ya no sólo la máscara de “protección a la población civil”: ahora bastaría idear cualquier provocación que “demuestre” que son atacados, y ya tienen a mano el remanido pretexto con que los imperialistas explican y justifican todos sus crímenes contra las naciones y pueblos.
En Libia, los imperialismos “líderes” quieren ensillar el amplio y heterogéneo levantamiento democrático contra la dictadura represiva y entreguista de Muammar Gadafy para poner sus propios hombres, prioridades y objetivos al frente de la coalición rebelde y del futuro gobierno de una Libia sin Gadafy. De eso hablaron los dirigentes europeos en su cumbre de Bruselas el jueves 24.
Además, aunque tienen “sus” hombres en el Consejo Nacional de Transición (CNT) formado en Bengasi, en lo que respecta al tipo de país y de gobierno que vendría si lograran expulsar a Gadafy los imperialistas no tienen la menor intención de preguntarles a los representantes del pueblo libio, y menos de atenerse a su voluntad y decisiones: Alain Juppé, ministro de Relaciones Exteriores de Francia y punta de lanza de la actual agresión de la coalición internacional contra Libia y del reconocimiento a ese Consejo como “único gobierno legítimo” del país, ya dijo que en el diseño de la nueva Libia el CNT “no tiene el monopolio” de la representación de la oposición, y que buscan “personalidades disponibles” para formar un gobierno (es decir, un régimen que sea propicio a sus negocios).
Mientras siguen bombardeando no sólo nichos antiaéreos sino ciudades —incluida la capital Trípoli—, los imperialistas ya están “diseñando la nueva Libia”. Dicen que el nuevo régimen podría ser una especie de “empresa mixta” entre la Unión Europea, la Liga Árabe y la Unión Africana, o alguna variante así: como viejos colonialistas que no perdieron sus hábitos, se consideran parte de los dueños de África y, en este caso, de Libia.
Entre otras cosas, los imperialistas europeos quieren evitar la partición de Libia en una Tripolitania (occidental) y una Cirenaica (oriental), ya que los espanta la perspectiva de oleadas aún mayores de inmigrantes africanos cruzando el Mediterráneo a buscar trabajo en una Europa en crisis. Por eso el Consejo Europeo, representación política de varios de los que violan a bombazos la soberanía y la integridad territorial de Libia, resaltó en su comunicado la necesidad de… “asegurar la soberanía y la integridad territorial de Libia”.

¿Quién dirigirá?
Como señalamos en las semanas anteriores, ya se avizora la posibilidad de que las fuerzas patrióticas y democráticas de Libia deban transformar su insurrección democrática en una guerra nacional liberadora contra el imperialismo y sus agentes y socios dentro de Libia. Que se dé esa perspectiva, o que uno u otro imperialismo logre imponerle a la nación libia una nueva dependencia o incluso una situación neocolonial, dependerá de quiénes finalmente dirijan el gran levantamiento contra la dictadura de Gadafy iniciado en febrero.