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17 de agosto de 2022

Extractos de un texto de Otto Vargas

“La batalla contra las ideas revisionistas debe ser permanente”

El texto que reproducimos es el final de la última jornada del ciclo de estudio dirigido por el querido Otto Vargas, secretario general de nuestro PCR desde su fundación hasta su fallecimiento el 14 de febrero de 2019. Estas jornadas, con las que se inauguraron las actividades del Instituto Marxista-Leninista-Maoísta de la Argentina, se desarrollaron entre abril y diciembre del año 2001, teniendo como eje el tomo 2 de El marxismo y la revolución argentina, publicado por Vargas en 1999.

En la jornada inaugural, el camarada Vargas decía: “Cuando fundamos el Partido Comunista Revolucionario, confluyeron varios sectores; la ruptura del Partido Comunista fue muy amplia, muy heterogénea. Y estuvo vinculada a la posición que tuvo el PC frente al Che Guevara. Todavía no éramos maoístas, tardamos muchos años en ser maoístas. Y estábamos muy infiltrados. Nos encontrábamos como un pajarito al que le abren la jaula y, al comenzar a volar, se da cuenta de que en la libertad del bosque, en soledad, no sólo va a recibir caricias, sino que hay terribles monstruos que se lo quieren devorar. Y la vida nos fue enseñando que no había que desentenderse de la elaboración teórica.

“En el Tercer Congreso del Partido -cuando todavía teníamos al compañero René Salamanca, a Gody Álvarez, al compañero Ángel Manfredi y a tantos compañeros que hoy están desaparecidos- yo hice autocrítica ante el Congreso por haber delegado las tareas teóricas. Fue una autocrítica sincera. Porque nosotros descubrimos en ese camino que habíamos comprado algunas teorías revisionistas…

“Es posible que en algunos años los jóvenes se rían de nosotros, de las cosas que decíamos, de las cosas que hacíamos, que señalen que no nos dábamos cuenta de algunos fenómenos… Pero tienen que saber que todo lo que se ha hecho para avanzar en la lucha por la emancipación de la clase obrera ha costado muy caro a los padres, a los abuelos, a los bisabuelos, al movimiento obrero. Porque de eso se trata, del movimiento obrero.

“En su artículo Sobre el estudio (está en el tomo II de las Obras Escogidas) dice Mao Tsetung: ‘Todos los militantes del partido deben estudiar la teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin, como ciencia de la revolución’. Segundo: ‘estudiar nuestra historia nacional’; hacer un análisis crítico y, en particular, habría que decir acá, la historia del movimiento revolucionario argentino. Y tercero: ‘la situación y tendencias del movimiento actual, porque lo nuevo surge sin cesar’. Entonces, todos los militantes tienen que estudiar, porque es una necesidad”.

No es un detalle, para entender la profundidad de esta última afirmación del camarada Otto, que el texto que reproducimos fue parte del cierre del ciclo, en una jornada realizada el 15 de diciembre de 2001, apenas días antes de la pueblada nacional del 19 y 20, que echó a un presidente por primera vez en la historia argentina.

 

Enseñanzas

Muchos se preguntarán cuál es el resumen o lo que queda para pensar de este libro.

Punto uno: es peligrosísimo que un partido tenga su cabeza, su cabeza teórica, fuera del país, que dependa de otro partido. Eso nos decían los chinos en la época de Mao, permanentemente: «Hoy China es roja, mañana puede ser blanca». Nosotros tomábamos esto sin darle demasiada importancia, casi como algo dicho por protocolo. Pero cuando China se transformó en blanca, nos dimos cuenta de que no era protocolo. Y si nosotros hubiésemos dicho: «A la orden mi comandante», ¿en qué nos habríamos convertido? ¡En qué estaríamos convertidos nosotros actualmente! Esa es una gran enseñanza. Hay quienes adjudican, por eso, todos los errores del PC de la Argentina a que cuando cambió la Unión Soviética, como ellos tenían la cabeza allá, al pudrirse esa cabeza allá, se pudrieron acá.

Punto dos: las ideas revisionistas existen y, si no se les da batalla, triunfan. Porque vivimos en esta sociedad. Yo les conté que [Emiliano] Zapata, cuando descubre que está siguiendo el mismo camino que aquéllos que él había enfrentado cuando, siendo un humilde campesino, llamó a los campesinos a la lucha; cuando se da cuenta de que él está haciendo lo mismo, deja el poder y vuelve a la lucha guerrillera. Y les dice: los dirigentes somos iguales que ustedes, compañeros, porque tenemos las mismas debilidades, tenemos sentimientos, todos podemos traicionar. La garantía está en que ustedes no deleguen el poder. Yo dije esto en una asamblea de desocupados en Tucumán.

Y la vida nos va enseñando a nosotros. Porque hemos tenido héroes en el Partido. Hoy estamos vivos y existe el Partido porque hubo compañeros que en la mesa de tortura no cantaron, que dieron su vida por el Partido, por la revolución. Y también hemos tenido los que se quebraron. Conocemos a los que se quebraron y conocemos a los que enfrentaron y resistieron.

Y cualquiera de nosotros, digamos así, puede ser quebrado por lo que Mao llama «los proyectiles almibarados de la burguesía». Entonces, la batalla contra las ideas revisionistas debe ser permanente. No es una formalidad decir esto, porque nosotros vivimos en esta sociedad. Por eso les decíamos a los desocupados: ustedes, compañeros, reparten las bolsas de alimentos y resulta que llegan tres bolsas, de alimentos de más (esto lo hemos visto todos dentro de los movimientos de desocupados) y dicen: «Che, mejor las dejamos para nosotros que somos los que más trabajamos», o «Dásela a tu hijo», o… ¿me explico? Eso lo vemos en todo el mundo, es decir, eso está en lucha en todos lados. Por lo tanto, todos nosotros, al vivir en esta sociedad, es como si lleváramos adentro un muñequito maldito, si me permiten la expresión. Todos;  no es que algunos de nosotros nos salvamos de llevarlo adentro. Eso se expresa en ideas, en sentimientos también.

Hay una gran parte de la lucha por la revolución argentina que todavía está por escribirse. Y sobre nosotros, hasta que no se produzcan esos acontecimientos, la historia no podrá decir en definitiva, digamos, qué porcentaje tuvimos, si fuimos comunistas al 100%, al 70%, al 40%, etcétera. En los momentos decisivos, que vendrán, se verá verdaderamente hasta qué punto todo esto nos ha transformado en revolucionarios comunistas.

 

Hoy N° 1926 17/08/2022