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27 de junio de 2018

Miles cuestionan el encarcelamiento de padres e hijos inmigrantes

La bestialidad imperialista de Trump

El gobierno de Estados Unidos avanza en aplicar una política fascista hacia los inmigrantes deteniendo a sus hijos, antes por separado y ahora junto con los padres.

La semana pasada estalló el escándalo al conocerse cómo agentes de seguridad separaban a niños, incluso bebés de pecho, de sus madres y sus padres, encerrándolos en verdaderos campos de concentración infantiles. Mientras, sus padres eran enviados a distintas prisiones federales.
La ola de indignación fue inmediata en Estados Unidos y en todo el mundo. En decenas de ciudades norteamericanas se realizaron manifestaciones de repudio y enfrentamientos con la policía. Se pronunciaron en contra desde la Unicef hasta la propia esposa de Donald Trump.
Tan fuerte fue el rechazo que Trump se vio obligado a sacar un decreto suspendiendo la medida de separar a los chicos de las familias que entren ilegalmente al país, el 20 de junio, al día siguiente de decir que no podía hacer nada al respecto porque su gobierno sólo aplicaba la ley.
Eso sí, nada de intentar resolver el problema de los miles de inmigrantes. La solución de Trump fue encarcelar juntos a chicos y padres. “Reemplaza una crisis con otra. Los niños no deben estar en una cárcel, incluso si es con sus padres, bajo ninguna circunstancia”, dijo en un comunicado Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión de Libertades Civiles de EE.UU. (ACLU, en inglés).
Para que quede claro cómo concibe Trump su política de “América primero”, días previos al freno a la separación de las familias proclamó:“Los inmigrantes están infestando este país”. Y después de firmado el decreto revocatorio de la medida, insistió: “Si eres muy, muy débil, a un nivel patético, el país será invadido por millones de personas. Y si eres fuerte, entonces no tienes corazón. Es un difícil dilema. Quizá prefiero ser fuerte”.
Las imágenes y los audios de niños llorando rodeados de policías y agentes de seguridad armados dieron la vuelta al mundo. Los chicos estaban encerrados en jaulas alambradas, apenas cubiertos por mantas térmicas en sitios apodados por los mismos funcionarios de “nevera”. Desde octubre se calcula que son 2.300 los niños separados de sus padres por las autoridades migratorias y encerrados en estas “cárceles para bebés”, ubicadas en las ciudades de Brownsville, Raymondville y Combes. Un gran interrogante es qué pasará con ellos, porque el decreto del 20 de junio es efectivo para adelante, y no aclara la situación de los ya detenidos.

“No queremos ser parte de esto”
Las manifestaciones callejeras en todo Estados Unidos provocaron el desmarque de las medidas fascistas tanto de demócratas como de muchos republicanos (los partidos mayoritarios). El martes 19, los gobernadores republicanos y demócratas de ocho estados –Maryland, Massachusetts, Virginia, Rhode Island, Colorado, Nueva York, Carolina del Norte y Connecticut– declararon que retendrían o retirarían a sus tropas de la Guardia Nacional de la frontera, en protesta por la práctica de separar a los niños inmigrantes de sus padres y madres. Las compañías American Airlines, United Airlines y Frontier Airlines anunciaron que no quieren que sus aviones puestos al servicio del gobierno sean utilizados para transportar a niños inmigrantes. “No queremos ser parte de esto”, dijo el director ejecutivo de United, Oscar Muñoz. Por su parte, el editor conservador de The Weekly Standard, Bill Kristol tuiteó: “La declaración de Trump de que los inmigrantes ‘infestarán nuestro país’ probablemente suene mejor en el alemán original”.
Se conocieron también manifestaciones de más de 100 empleados de Microsoft, que publicaron una carta abierta, luego del decreto correctivo de Trump en la que exigían a la compañía “poner a los niños y las familias por encima de las ganancias” y terminar su trabajo con ICE (sigla de la policía de frontera yanqui). “Como las personas que construyen las tecnologías de las que Microsoft se beneficia, nos negamos a ser cómplices”. Hubo escraches a la secretaria de seguridad norteamericana Kirstjen Nielsen, en un restaurante mexicano, e incluso el propio Trump fue interpelado por legisladores latinos cuando se retiraba de la reunión con los republicanos en el Capitolio. Los legisladores del Bloque Hispano del Congreso le gritaban: “Señor presidente, ¿no tiene hijos?”.
Estas medidas del gobierno yanqui van de la mano de la creciente represión y gatillo fácil hacia negros y latinos en las barriadas pobres de las grandes ciudades, así como de un retroceso de las libertades democráticas para el conjunto de la población.
Los países imperialistas promueven la inmigración desde los países que oprimen, para utilizarlos como mano de obra barata, en los períodos de crecimiento económico, y cierran sus fronteras, como está ocurriendo también en Europa, en los períodos de crisis. Es justamente el resultado de la opresión imperialista, en alianza con las clases dominantes locales, la que lleva a la pobreza y al hambre, de la que miles tratan de escapar, arriesgando incluso sus vidas, emigrando a los países ricos.
Como decía el comandante Ernesto Che Guevara el 30 de noviembre de 1964, “La bestialidad imperialista, bestialidad que no tiene una frontera determinada, ni pertenece a un país determinado…”, por eso, remataba el Che “no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantito así, nada…”.

Hoy N° 1723 27/06/2018