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24 de julio de 2019

Aumento de las personas en situación de calle en CABA

La calle no es un lugar para vivir

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con su política expulsiva de los pobres, abandona a las personas en situación de calle a su propia suerte.

El drama de la pobreza, la desocupación, sumado a la falta de vivienda golpea a miles de familias en nuestro país. Si a esto se suma vivir en una de las ciudades más caras de la Argentina, la falta de techo y la falta de políticas para los sectores más vulnerables de nuestro pueblo, queda sintetizado en la cantidad de familias o grupos de personas que encuentran refugio en un cajero de banco, en la entrada de un edificio, o en cualquier espacio con un techo para poner un cartón para pasar la noche.

En la primera quincena de julio, cuando el frío azotaba Buenos Aires, con temperaturas bajo cero, fallecía de hipotermia Sergio Sacaríaz. Un muerto de Larreta y Macri, por abandono, por la falta de cumplimiento de la ley 3706 de protección a personas en situación de calle. La muerte de Sacaríaz puso sobre el debate la situación de vulnerabilidad en la que viven miles de personas, y una gran solidaridad popular ayudó a que miles de desprotegidos pudieran recibir algo para zafar en esos días.

Los números de los sin techo
Entre abril y mayo de 2019 se realizó el Segundo Censo Popular, un relevamiento en el que trabajaron más de 50 organizaciones sociales. Contradiciendo los números del Gobierno de la Ciudad, este estudio arrojó un crecimiento importante de gente sin techo en la ciudad de Buenos Aires respecto de 2017. Se registraron 7.251 personas en condición de calle -contra los 1.066 que contó el gobierno de Larreta-, contemplando tanto a los que viven a la intemperie como los que eventualmente duermen en paradores nocturnos de la Ciudad.

El Segundo Censo Popular de Personas en Situación de calle encontró un incremento del 23,5% respecto de los resultados publicados hace dos años. El estudio revela que del total de personas sin techo, 5.412 directamente viven en plazas y umbrales de edificios. Lo más estremecedor son los 872 niños durmiendo en esas condiciones.

Los albergues insuficientes
“Pero en la cuidad hay refugios ¿Por qué la gente no los usa?”, se pregunta el ciudadano de a pie. Pero la realidad es que, la Ciudad de Buenos Aires dispone de 2.300 camas para albergue, las que en el caso de que el gobierno tuviera voluntad de dar refugio, serían completamente insuficientes, ya que, como denuncian organizaciones sociales, hoy el número de personas en situación de calle en la ciudad asciende a los 7.000.

Otro aspecto a considerar es en qué condiciones. Ya el hecho de que una familia quede en la calle por falta de ingresos para cubrir el alquiler de la habitación de departamento o de hotel, es una situación crítica; si a eso se agrega que los hombres son separados de las mujeres, y los niños separados de sus madres, muchas familias eligen dormir en la calle toda la familia junta.

Otro aspecto es el horario de acceso y salida de los albergues. En palabras de sus usuarios, hay que hacer cola temprano en la tarde para ingresar -perdiendo la oportunidad de cartonear, en el horario en que las oficinas sacan a la vereda sus desperdicios- y abandonar también el lugar muy temprano en la mañana, por lo que el tiempo de descanso en esos refugios es muy corto.

Si a esto se agrega que no les permite ingresar con sus mascotas, bicicletas o carros, sino con pocas pertenencias, se puede sostener que los refugios de la Ciudad no contemplan las necesidades de las personas en situación de calle.

La solidaridad del pueblo
“El hambre se multiplicó y la gente en situación de calle se triplicó en la Capital”, comenta Luciano ‘Tano’ Nardulli, coordinador de Desocupados y Precarizados de la CCC de la Zona Suroeste. “La gente no está teniendo adonde ir. Debajo de la autopista ya no hay donde armar algo y la situación es desesperante. Y a esto hay que agregarle que estar en la calle no es fácil, está la droga, está la policía que no deja en paz a la gente”.

La preocupación de Alejandra de la CCC de Barracas son los chicos que están en la calle. “Muchos están perdidos en la Ciudad por el paco. El gobierno no da una salida a los chicos para salir de la droga, los chicos deambulan, perdidos, con hambre”.

Cuenta Luciano Nardulli que en Capital Federal, “al menos 500 ollas sostienen los compañeros de la CCC para gente en situación de calle”. Alejandra Agrega que en su barrio, la iglesia y las organizaciones no dan abasto y que ahora con compañeras de la CCC están organizándose para salir a repartir comida. “Todo, autogestionado, porque el gobierno no está dando nada”.

Los compañeros denuncian que el subsidio habitacional no alcanza para pagar una pieza de hotel y que en muchos lugares no los aceptan con chicos. “Esto es un círculo” dice Nardulli: “acá, los mismos que dicen defender la vida, cuando esa vida es grande les jode, y buscan la manera de destruir esa vida, porque en definitiva, no quieren que haya pobres en la Capital”.

Hoy N° 1775 24/07/2019