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19 de febrero de 2020

Nuevas pruebas de su colaboración con los ingleses en Malvinas

La CIA espió a la Argentina

La información publicada por The Washington Post y por la televisión pública alemana dice, palabras más, palabra menos, que la CIA espió a Argentina durante el conflicto del Atlántico Sur por las Malvinas, en favor del Reino Unido.

No sólo fue EEUU quien favoreció al agresor colonialista, sino que Alemania también compartió información de guerra en favor del imperialismo inglés.

¿Cómo ocurrió esto? Simple: Argentina usaba para encriptar sus mensajes las máquinas de Crypto AG, una compañía de encriptación radicada en Suiza. Esas máquinas fueron vendidas a más de 120 países, entre ellos Argentina. Esas máquinas, permitían que la empresa Crypto accediera a todos los mensajes que se cifraran en ellas, que eran de carácter militar durante la guerra por las Malvinas. La empresa, que existía desde la Segunda Guerra Mundial, era en realidad propiedad de la CIA y el servicio secreto alemán, BND, que se asociaron en la década del ‘70.

¿Esta revelación del periódico estadounidense y la televisión alemana es sorprendente? No. EEUU fue un socio estratégico en la guerra del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte contra la Argentina por el control del estratégico archipiélago de Malvinas y otras islas del Atlántico Sur.

The Economist señaló oportunamente que sin contabilizar armas y combustible, el aporte económico de EEUU en 1982 fue de más de 60 millones de dólares. EEUU dotó al buque británico Illustrious de un sistema completo: artillero antimisiles Vulcan phalanx, valorado en 16 millones de dólares, además de nuevos misiles Sidewinder Aim-91.

The Economist informó que el entonces secretario de Estado norteamericano, Caspar Weinberger, propuso la utilización del buque de asalto de su armada Guam, en caso de que fueran hundidos los británicos Hermes o Invincible. Estados Unidos también facilitó asesoramiento sobre contramedidas electrónicas y funcionamiento de explosivos, y trasladó el enfoque de un satélite militar espía de su órbita de observación soviética al hemisferio norte para cubrir el área de las Malvinas.

Ningún analista militar medianamente serio duda de que sin el concurso de EEUU en favor del Reino Unido, la campaña militar colonialista contra Argentina hubiera sido muy dificultosa. Los casi 13.000 kilómetros que separan al Reino Unido de Malvinas, imponen un tremendo esfuerzo logístico que en parte fue resuelto por EEUU.

Se considera que una de las claves del éxito del Reino Unido en la guerra de Malvinas fue el descarado aporte logístico de EEUU a su favor que incluyó armas, como señalamos, y combustible.

La base de la Isla Ascención fue donde el Reino Unido se aprovisionó de abundante combustible y armas de última generación para ese entonces. Esa Isla, un enclave militar estratégico situada en el Atlántico Norte, frente a las costas de Brasil en América del Sur y de Angola en África, es compartida por las fuerzas militares del Reino Unido y EEUU, potencia que estuvo presente en esa isla en 1943 como parte de su dispositivo en la Segunda Guerra Mundial, y retornó a ella en 1956. A partir de entonces no se ha interrumpido la presencia de la Fuerza Aérea de EEUU.

Nadie dudaba que el poderoso espionaje de EEUU con sólidas bases en Argentina no hubiese acompañado la política del presidente Ronald Reagan en favor de Margaret Thatcher. Lo que se desconocía es que lo hizo aprovechando la tecnología Crypto por la que Argentina pagaba para su utilización. De ese modo la CIA logró hackear todas las comunicaciones de las fuerzas armadas de de la Argentina durante la guerra, que se codificaban en los dispositivos CAD 500. La Argentina pagó por el espionaje en su contra.
El espionaje incluyó informes sobre instalaciones militares argentinas en las áreas de “Curuzú Cuatiá, Reconquista, General Urquiza, Mariano Moreno, Buenos Aires, Tandil, Mar del Plata, Bahía Blanca, Comandante Espora y Puerto Belgrano”, lo cual le permitió medir la capacidad real de combate de nuestro país.

Pueden extraerse distintas conclusiones de estas revelaciones del periódico The Washington Post y la televisión estatal alemana. Una de ella, indiscutible, es que toda la tecnología que las potencias imperialistas le venden a los países como Argentina, es monitoreada por esas potencias y por distintos mecanismos son parte de su penetración. También se ha demostrado durante la guerra por las Malvinas como en otros conflictos, que esas potencias imperialistas imponen restricciones técnicas a esos armamentos para impedir su uso en favor de las naciones oprimidas.

La autonomía tecnológica es una necesidad estratégica para defender nuestras naciones de la rapiña imperialista.

Escribe Alberto F. Cordelli

Hoy N° 1803 19/02/2020