La Confederación Obrera Argentina (COA), surgida en febrero de 1926, fue impulsada principalmente por el sindicato de trabajadores municipales porteños, y los ferroviarios, y tuvo hegemonía de sectores afines al Partido Socialista. La COA pasó a coexistir con la USA (con hegemonía sindicalista), y la FORA anarquista.
El Congreso constituyente de la COA, más allá de discutir un pormenorizado estatuto, tomó algunas resoluciones de peso, que mostraban su alineamiento con la dirección del Partido Socialista de Juan B. Justo. La principal fue adherir a la Federación Sindical de Amsterdam, la internacional socialdemócrata, que competía con la Internacional Sindical Roja, que promovían los comunistas.
La discusión del Estatuto, además de la sobrevaloración común en las centrales de la época sobre las cuestiones organizativas, denotaba por un lado un aspecto de la incipiente burocratización en estas estructuras. Esto se empezaba a notar particularmente en los grandes gremios de transporte. En particular en la COA este debate tenía que resolver una de las contradicciones que había hecho estallar la USA, es decir cómo se admitía entre los delegados y la dirección de la COA a los sindicalistas que ocupaban cargos de concejales o diputados. Esto era avalado obviamente por la dirección de los socialistas, y fue motivo de grandes enconos dentro de la USA, antes y después de la fundación de esta nueva central.
En esos años, el Partido Comunista comenzaba a tener un incipiente trabajo en algunos gremios industriales. Para 1926, y hasta 1928, el PC mantuvo lo principal de sus fuerzas dentro de la USA. Al mismo tiempo, proclamaba la necesidad de la unidad entre las centrales, para lo cual en 1929 creó el Comité de Unidad Sindical Clasista, que en los hechos pasó a funcionar como una nueva central. Pero en 1926, el PC afirmaba: “La unidad es hoy más necesaria que nunca. ¿Cómo podrá establecerse en la Argentina? No hay a nuestro juicio, más que un solo medio: la reunión de un Congreso nacional, en el cual participarían las organizaciones sindicales de todo el país” (Correspondencia Sudamericana).
Uno de los dirigentes sindicales históricos del Partido Comunista, Rubens Iscaro, decía de la nueva central: “La COA, de orientación netamente reformista, favorecida por los planes de la burguesía, de encauzar al movimiento obrero por el camino de la colaboración de clases, fue ganando las posiciones que no lograba la USA” (Historia del Movimiento Sindical, tomo 4, 1974).
Hoy N° 1760 27/03/2019