La Unión Europea le impuso a Irlanda un rescate de más de 100 mil millones de dólares para salvar sus finanzas. El gobierno conservador del primer ministro Brian Cowen –tras cierta reticencia– lo aceptó y puso en marcha un tremendo ajustazo para que lo pague el pueblo.
La Unión Europea le impuso a Irlanda un rescate de más de 100 mil millones de dólares para salvar sus finanzas. El gobierno conservador del primer ministro Brian Cowen –tras cierta reticencia– lo aceptó y puso en marcha un tremendo ajustazo para que lo pague el pueblo.
Como en Grecia –donde un plan similar rige desde hace algunos meses– y en las tambaleantes economías de Portugal y España, el objetivo es “ahorrar” unos 15.000 millones de euros en los próximos cuatro años, achicar deudas y así “recuperar la confianza” de los “inversores”… para poder seguir endeudándose, salvar a los bancos y a los especuladores y detener el derrumbe de la moneda europea, el euro. En 2014 el déficit irlandés debería bajar hasta el parámetro comunitario del 3%, desde el actual del 32%.
Claro: el “ahorro” no se hará expropiando las increíbles ganancias especulativas del capital financiero durante los últimos años, sino hachando los ingresos populares y prácticamente arrasando lo que queda del llamado “Estado de bienestar”.
Paraíso de los monopolios
Irlanda fue promovida como el paraíso de los monopolios internacionales, que se instalaron en masa para aprovechar los grandes beneficios fiscales. Durante un tiempo las burbujas especulativas en la informática y las comunicaciones “crearon empleo”. La adopción del euro en 1999 abarató el crédito y comenzó a inflarse el remanido “boom” inmobiliario. Como en EEUU y en otros países europeos, esas burbujas se pincharon con la caída de Lehman Brothers. Los bancos en quiebra hacían fila frente a la casa de gobierno. Y el gobierno decidió salir en su rescate regalándoles más de 100.000 millones de dólares. Así se infló el increíble déficit fiscal que ahora le hacen pagar al pueblo.
Cowen pidió a los irlandeses que tengan “esperanza para el futuro”. Pero a renglón seguido anunció este segundo hachazo presupuestario, que junto al anterior representa alrededor del 20% del producto bruto del país.
Ajuste negro en la “isla verde”
La desocupación toca ya el 14%: con el supuesto fin de combatirlo se recortarán los subsidios de desempleo. Con el mismo pretexto de “generar fuentes laborales” –abaratando la fuerza de trabajo y esclavizando a los trabajadores– propone recortar en un 12% el salario mínimo.
También se reducirán las ayudas por hijo y otros beneficios sociales, así como las jubilaciones. En los próximos cuatro años se pretende eliminar casi 25.000 empleos públicos; en el caso de crearse nuevos puestos (por ejemplo médicos y enfermeras) pagarán un 10% menos que el salario actual.
Se sumarán nuevos recortes salariales a los trabajadores del Estado; los anteriores ya significaron directa o indirectamente alrededor de un 10% del sueldo. En cuanto a las pensiones, de modo similar a los demás países de la UE, se pretende aumentar la edad jubilatoria a 66 años para 2014, a 67 años en 2021 y a 68 años en 2028.
Golpeando aún más a los asalariados, se eliminarán los subsidios por alquiler y por familia y –como también padecemos en la Argentina desde Menem hasta hoy– se bajará el mínimo no imponible, para que hasta una parte de los asalariados pague impuestos por “ganancias”.
De aquí al 2014 se subirá el IVA, desde el 21% actual hasta el 23%. Se volverá a establecer impuesto inmobiliario a las viviendas hoy eximidas y se comenzará a cobrar el uso del agua.
Se aumenta el arancel de ingreso a la universidad. Los estudiantes irlandeses seguramente seguirán el camino de lucha que han iniciado sus compañeros ingleses (ver aparte).
¿Incendio en la pradera?
Cowen presenta su plan en un momento de extrema debilidad política: el Gobierno de coalición conservador-liberaldemócrata debe convocar a elecciones anticipadas en febrero. Puede caer, como puede caer también el del sátrapa Berlusconi en Italia. El rumbo expoliador y antipopular no cambiará, porque el “ajustazo” fondomonetarista en la UE ya es una “política de Estado”. La perspectiva, por lo tanto, es que los actuales fogonazos estudiantiles y obreros tiendan a convertirse en un incendio popular generalizado en la mayor parte de Europa.
