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02 de octubre de 2010

En Estados Unidos la desocupación voltea el consumo y las previsiones de crecimiento. La recuperación europea, prendida con alfileres. La de China también es frágil. Las bolsas, para abajo.

La crisis no terminó

Hoy 1331 / Estados Unidos: menos “recuperación”, más desocupados

La crisis económica mundial va para tres años, y no terminó. Como en todas las crisis profundas del capitalismo, también en ésta los “operadores” y los teóricos del sistema –en particular los de las burguesías monopolistas de las grandes potencias– se apuran a avizorar indicios de recuperación. Y mientras tienden a confundir deseos con realidad, también toman nota de las luces rojas que siguen encendidas en la economía mundial y se empujan unos a otros buscando “refugios” para salvar sus capitales sacándolos de la producción (¿para qué producir si no hay quien compre?) y volcándolos a la especulación e inflando sucesivas “burbujas”.
Los gobiernos que encarnan esos intereses descargan la crisis sobre sus propios pueblos y sobre los países del tercer mundo, dejando un tendal de millones de desocupados, hambrientos y sin techo.

Crecimiento con “inyecciones”
Gracias a los billones de dólares de fondos públicos que el gobierno de Bush y después el de Obama “inyectaron” a las grandes aseguradoras, bancos de inversión y monopolios industriales, la economía estadounidense había vuelto a “crecer”.
Pero en el segundo trimestre que acaba de terminar ese crecimiento se frenó: el Producto Interior Bruto (PIB) anualizado de EEUU aumentó sólo 2,4% con respecto al primer trimestre: la tasa de crecimiento más débil desde el verano de 2009 cuando comenzó la “recuperación”. Según el Departamento de Comercio norteamericano, entre comienzos de 2008 y mediados de 2009 el PIB había caído el 4,1%.
Es cierto que en EEUU ya va el cuarto trimestre consecutivo de crecimiento. Pero el ritmo de la recuperación sigue un sube y baja dramático, y el parate económico muestra que el ciclo recesivo iniciado en diciembre de 2007 es más profundo que lo que se dijo oficialmente.
El freno de la reactivación no es el único dato negativo de la economía yanqui. También “creció” el déficit comercial, que en junio fue de 49.900 millones de dólares (8.000 millones más que en mayo), su nivel más alto en casi dos años, como consecuencia del fuerte aumento de las importaciones.

Desocupación y miseria
El informe que publicó esta semana la Reserva Federal (la Fed, el banco central de EEUU) señala un panorama económico sombrío.
Según el economista Paul Krugman “los estadounidenses se enfrentan con un nivel de desempleo, y de absoluta miseria humana, mucho peor que el que sufrieron los japoneses” [a fines de los ’90] (La Nación, 14-08-2010).
Efectivamente, lo que estremece a EEUU y al mundo es una crisis de superproducción relativa: millones de personas desempleadas o con sus salarios y beneficios sociales recortados ya no pueden comprar la enorme masa de bienes producida por los grandes monopolios imperialistas durante los años de auge de la mano de obra barata que tuvieron con la incorporación plena de Rusia, Europa oriental y China al mercado mundial capitalista en los ’90.
La desocupación se traduce en forma directa en la baja del consumo y en la parálisis de la venta de viviendas.
Las ventas minoristas en Estados Unidos habían subido un poco en julio (0,4%) luego de dos meses en baja, pero muchos lo atribuyen sólo a la compra de automóviles y combustibles y señalan que, si no se cuentan esos rubros, en realidad las ventas minoristas bajaron el 0,1%. Evidentemente los consumidores estadounidenses tienen “desconfianza”: no creen que la recuperación sea firme. El 70% de la actividad económica en EEUU depende del mercado interno, y la Fed no logra reactivarlo ni siquiera con tasas de interés cercanas a cero.

Subsidios y valores
Por eso las agencias comerciales y de inversión yanquis recortaron significativamente sus previsiones de crecimiento, y eso a su vez golpeó a los “valores” bursátiles, es decir a las acciones empresariales. Cayó el valor de las acciones de todos los monopolios componentes del índice industrial Dow Jones: Alcoa, Boeing, Exxon, 3M, JP Morgan, General Electric. Y detrás fueron cayendo en dominó las bolsas de todo el mundo: en Europa se derrumbaron las de Milán, París, Londres y Francfort.
En EEUU, con las malas noticias en la esfera del consumo y la producción, los “inversores” buscaron vender acciones y “refugiarse” en la compra de dólares y bonos del Tesoro.
La desocupación toca ahora casi el 10% de la población activa, y la subocupación (los que trabajan a tiempo parcial pero quisieran hacerlo a tiempo completo, y los desocupados que dejaron de buscar trabajo) se mantuvo en el 16,5%. Es decir que más de un cuarto de la población trabajadora de EEUU tiene problemas de empleo. En julio buscaron trabajo 14,6 millones de personas: el doble que en diciembre de 2007, cuando la recesión se iniciaba.
Con millones de estadounidenses desocupados haciendo cola frente a las oficinas de empleo, la situación es tan grave que el gobierno vio agitarse el fantasma del estallido social, y por eso está discutiendo una ley para prolongar más allá de los seis meses de vigencia los programas federales de subsidio por desempleo, que promedian apenas 309 dólares por semana. Recibirían retroactivamente esos pagos unos 2,5 millones de personas.
Pero las empresas siguen despidiendo. Según datos oficiales, la “recuperación” económica se tradujo en un aumento de 71.000 empleos, pero eso es muy por debajo de los 200.000 mensuales que harían falta para reducir la tasa de desocupación.
Las solicitudes de seguro de desempleo aumentaron a su mayor nivel desde principios de año: casi medio millón. Mientras el Departamento de Trabajo esperaba que en la primera semana de agosto las solicitudes disminuyeran en 19.000 en relación al mes anterior, la realidad fue que aumentaron en 2.000.
Son pocos los que creen el remanido argumento de que “para lograr reducir el desempleo hay que crecer más rápido”. Con un horizonte de crisis todavía sin salida, las empresas prefieren “crecer” aumentando la “productividad” con tecnología y mayor explotación, y no tomando trabajadores.