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02 de mayo de 2018

Presentación de La Marea en la Feria del Libro

La cultura en alerta

El pasado viernes 27 de abril, la revista cultural La Marea presentó en la 44ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires el panel “Cultura en alerta. Su estado y condiciones actuales”. Fue a las 19 hs. en la sala “Rodolfo Walsh”, que estuvo colmada de público.

Participaron de la mesa Cora Gamarnik, docente e investigadora del Instituto Gino Germani / UBA; Hugo Ponce, tenor del Coro Estable del Teatro Argentino de La Plata y vocal del secretariado de ATE/Pcia. Bs. As.; Luis Tiscornia, docente de la Universidad del Comahue y secretario de la Conadu Histórica; y las bailarinas Dulce María Gil y Margarita Peralta, ambas integrantes del ex Ballet Nacional Danza.

El acto, coordinado por Cristina Mateu de La Marea, fue parte de las actividades desarrolladas en la Feria por el stand de la librería Raíces/Catari (N° 1820, Pabellón Amarillo).

 

Dulce María Gil y Margarita Peralta, relataron las características e historia del Ballet Nacional Danza creado en 2013 bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social y conducido por Iñaki Urlezaga, que fuera recientemente cerrado por el gobierno nacional. Describieron al ballet como un proyecto federal que desde el arte procuraba la integración social, mediante espectáculos, talleres y clínicas gratuitas sobre todos los géneros de danza, organizadas en pueblos y barrios populares habitualmente carentes de acceso a estas actividades. Fue asimismo un espacio para potenciar jóvenes talentos mediante audiciones realizadas en todo el país. El ballet representó además a la Argentina en el exterior mediante giras internacionales. Relataron también cómo las nuevas autoridades macristas realizaron distintas maniobras para desintegrar el organismo hasta decretar su cierre definitivo dejando sin trabajo a unos 50 bailarines y maestros, además de los trabajadores de las cooperativas que realizaban la producción de vestuarios y escenografías.

 

Luego, Hugo Ponce señaló, citando a Enrique Pichon-Rivière, que “la tarea es planificar la esperanza, es decir reconocer el valor subjetivo de los proyectos, hay muchos que hoy, aunque sufran no se entregan a la tristeza y luchan por gestar y sostener para sí y para otros la esperanza. Nuestro lugar es estar al lado de esos y aportar nuestro esfuerzo y compromiso para que, superando la fragmentación, integrándonos, aunemos esfuerzos en un movimiento que tenga sentido para hacer otra la Historia”. “Quiero decir –agregó– en línea con este concepto de Pichon, que nosotros somos trabajadores de la cultura y asumirnos como tales nos define como clase, pero la definición no alcanza, es necesario, y tan luego en la cultura, que la definición vaya acompañada por la acción y por los contenidos que les otorguen sentido a dichas acciones. Hoy la consigna es unir con muchísima amplitud a todos los sectores populares posibles en contra de las políticas de ajuste del presidente Macri y en mi provincia de la gobernadora Vidal. Esto mismo hemos planteado en el congreso de ATE Pcia. Bs. As. que se realizó en Ensenada. Desde la Corriente René Salamanca de Estatales – CCC, hemos planteado además convocar a plenarios de delegados de cuerpos artísticos y teatros oficiales en la Provincia, en camino a un plenario nacional de delegados para analizar la situación de la cultura y de sus trabajadores y proponer estrategias de lucha ante el ajuste”. Posteriormente refirió ejemplos históricos de la relación entre los artistas, la política y los intereses de las clases dominantes, así como a la actualidad de los despidos y desfinanciación de organismos culturales oficiales en nuestro país. “Está muy bien –dijo– que una obra artística nos ayude a transformar la realidad. Y hoy la realidad nos indica que debemos unirnos como nunca. Por eso hay que fortalecer a los compañeros artistas que han sido despedidos, porque quitarle el trabajo a una persona significa atacar su libertad y su dignidad”.

 

Luis Tiscornia recordó que los impulsores de la Reforma Universitaria de 1918 reclamaban que la universidad estuviese al servicio de los problemas del pueblo. “La casta profesoral, como le llamaban, era la expresión de las clases dominantes en la universidad. Hoy somos 138.000 docentes que estamos de huelga. Por tanto, cambió. La Reforma hizo que miles de jóvenes, y hoy centenares de miles, entraran a la universidad, y hoy es una de las pocas universidades del mundo que es gratuita, con ingreso irrestricto, y con 1.600.000 jóvenes estudiando. Gran parte de los docentes está luchando porque en un proceso largo y complejo ha asumido que somos parte del conjunto de los trabajadores en tanto asalariados y que por lo tanto debemos luchar por nuestros derechos. Y así nos acercamos a los sectores populares y a los estudiantes: ayer estuvimos en un acto ante el Min. de Educación reclamando juntos estudiantes y docentes. Y vamos a hacer juntos a mediados de mayo una nueva marcha federal por nuestro salario y en defensa de la universidad pública. Hace tres semanas el gobierno anunció un recorte de 3000 millones de pesos. Estamos ante una política de ajuste fenomenal sobre la universidad y el sistema científico tecnológico. No es un detalle el recorte de becas en el Conicet, donde castiga a las ciencias sociales en particular, los despidos del Inti, del Inta, Senasa. Nos hace recordar las épocas de Menem y de la Dictadura militar”. Al final de su intervención expresó: “El gran tema a cien años de la Reforma es si en la universidad, que involucra a las ciencias, la cultura y las artes, somos capaces de unirnos, movilizarnos y juntos luchar por nuestros derechos en defensa de la educación, la cultura y la ciencia populares”.

 

Cora Gamarnik, por su parte, señaló que “debemos pensar cómo el macrismo está intentando cambiar la subjetividad cultural; éste no habla de política cultural sino de gerencia y de marketing. Hay un cambio discursivo. Como investigadores tenemos el deber de entender cuáles son los procesos culturales y de cambios subjetivos que están ocurriendo para que estos discursos tengan una aceptación. Macri mismo es un concepto cultural hoy, un concepto que incluye tratar de convencer socialmente que el Estado no sirve y que tiene que ser la mínima expresión. El discurso fuerte es la meritocracia y el emprendedurismo. También se suma volver al uso represivo de la policía y la gendarmería. Esto acompañado de políticas de imagen muy estudiadas, del padre de familia, de la barra de amigos, de la realización individual; todos vectores que confluyen a una idea de política cultural. Vienen a arrasar con la idea de cultura para el pueblo que estaba en el espíritu del Ballet que comentaban las chicas, o de lo que comentaba Hugo. Mientras antes, aún mal, con déficits y problemas, había un financiamiento, ahora se cambia a la Ley de Mecenazgo, que significa correr el lugar estatal y que sean las empresas las que financian a los actores culturales, que las empresas desgraven impuestos pagándoles a los artistas”.

Luego sostuvo que los investigadores sociales deben pensar en qué razones históricas ligadas con políticas liberales antipopulares y con miedos instalados socialmente permitieron que este gobierno ganara no solo con votos de las clases altas sino de todos los sectores. También, “estudiar cómo conformaron un partido de cuadros orientado a la toma del poder y lo lograron. Cuadros que vienen de la elite empresarial, de multinacionales, muy conectados con trabajos de las ONG”. Analizó cómo los medios dominantes tergiversan el sentido de la protesta social y ésta no llega a la población en los términos en que es planeada. En contraposición a esto reivindicó el papel solidario de las redes sociales con esas luchas, que revela la existencia subterránea de redes irrompibles: “Cómo hacemos para que esas redes irrompibles se conviertan en una acción política que pueda transformarse también en resultados electorales”, se preguntó. “Creo que una parte de la respuesta es cómo nosotros pasamos de nuestras acciones en los lugares de trabajo en universidades, gremios, actividades artísticas, a otras responsabilidades políticas. Si no nos involucramos, creo que tenemos lamentablemente macrismo para rato”, concluyó.

 

Posteriormente se abrió un animado intercambio de opiniones entre el panel y el público, en el cual los asistentes relataron también experiencias de despidos y recorte presupuestario en otras áreas científicas y culturales.