El 18 y 19 de noviembre tuvo lugar la reunión del G20 en Río de Janeiro, Brasil. Fue la decimonovena reunión de jefes de Estado de las principales potencias económicas del mundo. En esta cumbre hubo un gran ausente: Rusia. La Corte Penal Internacional podría detener a Putin si se traslada a territorios en América, Europa u Oceanía.
Inclusión social, lucha contra el hambre y la pobreza; apoyo al gravamen a los multimillonarios; medidas para la transición energética; rapidez en la acción contra el cambio climático, estos fueron los principales compromisos asumidos por los jefes de Estado reunidos en el G20.
Brasil presentó el lanzamiento de una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, con la adhesión de 82 países, incluida la Argentina. En la actualidad, el 1,5% de la población adulta del planeta se apropia del 47,5% del total de las riquezas del mundo, mientras que, en la base de la pirámide, el 39,5% sólo posee el 0,5% de la riqueza. Más aún, sólo 26 fortunas individuales juntaron el 20,7% de la riqueza total en 2022.
En cuanto al cambio climático Lula propuso adelantar las metas de neutralidad climática de 2050 para 2040. Y en un mensaje directo al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que no hay “espacio para el negacionismo y la desinformación climática».
No podía faltar la posición en contra de las guerras en el mundo. Se le dio un peso mayor al “conflicto en Medio Oriente”, sin mencionar al gobierno asesino de Netanyahu. Los distintos intereses en juego hicieron que no hubiera una condena explícita a Rusia, pero sí, de forma genérica, a la amenaza en el uso de armas nucleares.
A pesar de las aparentes buenas intenciones de la declaración, está en la naturaleza del sistema capitalista imperialista expoliar a los países oprimidos, y esa es la base de la desigualdad social, de la catástrofe climática global y crecimiento de los factores de guerra.
El papelón de Milei
Argentina, aunque no es una potencia económica, es parte del G20, porque es un país con una ubicación estratégica por el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, con grandes reservas naturales de minerales (entre ellos el litio y gas y petróleo), acuíferas, y tierras fértiles, lo que la transforma en un país en constante disputa por parte de las potencias imperialistas.
Milei, a pesar de sus conocidas posturas reaccionarias y fascistas firmó la declaración final, mostrando su genuflexión y arrastre frente a las grandes potencias. En un comunicado de la cancillería argentina (que no es una comunicación de la cumbre) expresó que “La Argentina está en desacuerdo con las expresiones ‘desinformación, información falsa, discursos de odio y otros daños en línea’, porque -a los ojos del gobierno argentino- pueden afectar la libertad de expresión en redes sociales”. Es una declaración coherente con su accionar, ya que este gobierno basa su propaganda política en la desinformación y en los discursos de odio en las redes sociales. También se opuso a la palabra “género”. Y volvió a alinear a Argentina con el gobierno fascista y asesino de Netanyahu en Israel.
En cuanto a la creación de un impuesto a los “súper ricos del mundo”, Milei se opuso por suponer “un trato desigual ante la ley”. También estuvo en desacuerdo con el calentamiento global ya que considera que se trata de una imposición para limitar las libertades del mercado.
Milei aprovechó la cumbre para reunirse con Kristalina Georgieva, directora general del FMI, con el primer ministro de India y con Xi Jinping, presidente de China. Argentina negocia la extensión de los créditos swap que le dio China, pero no aclara las concesiones que le pide China a cambio. Milei pasó de decir que para él era imposible negociar con un país “comunista”, a considerar que los chinos son excelentes negociadores porque “solo piden que no los molesten”. No queda claro en qué cosas los chinos quieren que “no los molesten”: en la extracción de litio, en su base militar en Neuquén, en las construcciones de las represas, en la pesca ilegal en el Atlántico, en la negociación de la hidrovía del Paraná…. entre tantos ejemplos que podemos plantear.
Como nota de color, se vio en todos los medios el afectuoso saludo de Lula a todos los presidentes que recibió, mientras que a Milei y a su hermana le dio un frío saludo a la distancia, sin siquiera sonreír en la foto. Milei fue el único ausente de la foto oficial del evento con todos los presidentes. Sumado a esto, Milei tampoco estuvo para la fotografía histórica de los representantes de Latinoamérica: Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia), Gabriel Boric (Chile), y Claudia Sheinbaum Pardo (México).
Cuando le tocó hablar a Boric en la cumbre, expresó el rechazo a los dichos de Milei en contra de la intervención del Estado para frenar la pobreza.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, realizó una propuesta para destinar el 1% del gasto militar para poner en marcha el programa de reforestación “más grande de la historia”. Y se explayó: “Se trata de destinar el 1% a seis millones de campesinos y campesinas que van a permitir sembrar lo que representa de tres a cuatro veces la superficie de Dinamarca”. Es una interesante propuesta de redistribución de la riqueza, que debería ser renovable cada año y no por única vez.
Como broche final, el presidente de Colombia Petro afirmó que tuvo una fuerte discusión con Milei, y que la discusión no fue difundida porque la delegación argentina decidió ocultar los videos del incidente. El tema central de la discusión fue la importancia del trabajo conjunto para el progreso de las naciones. y le dijo a Milei que representa un “nuevo fascismo”, diferenciándolo de los fascismos históricos por su enfoque en el libre mercado.
Escriben Elena H. Ríos y Rodrigo Cruz
hoy N° 2037 27/11/2024