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29 de febrero de 2012

La recesión golpea a todos los países de la Zona Euro. Los gurúes del imperialismo y del “libre mercado” ahora predican intervención. Crece la desocupación y apareció la miseria en Francia y en toda Europa.

La debacle de la zona del Euro

Hoy 1408 / Crisis, negocios de las clases dominantes, y tentativas de reacomodar su “teoría”

Para el FMI, Grecia va a la quiebra debido a la imposibilidad de pagar su deuda. Claro que hasta ahora y desde hace dos años no decían lo mismo, y repetían el versito de que con nuevos sacrificios –del pueblo– se podría “estabilizar” la economía del país.

Para el FMI, Grecia va a la quiebra debido a la imposibilidad de pagar su deuda. Claro que hasta ahora y desde hace dos años no decían lo mismo, y repetían el versito de que con nuevos sacrificios –del pueblo– se podría “estabilizar” la economía del país.
Ahora proponen, y sin esperanza de solución, que se aumenten los recortes públicos (es decir más ajustes), mayor quita aceptada por los acreedores (es decir, aumentar el default), y que los estados de la Zona Euro aumenten su contribución (es decir mayores ajustes en dichos estados); al tiempo que ciertos diputados y funcionarios alemanes ya aconsejan al gobierno griego retirarse del euro.
Para estos economistas, Grecia debería al mismo tiempo crecer anualmente un 10% para que su deuda bajara consiguientemente del actual 160% al 120% del PBI de aquí a 2020. Actualmente tiene un “crecimiento negativo” de -6,8%, y es el quinto año consecutivo de recesión; por lo tanto pedirle a Grecia un crecimiento significativo es pedirle peras al olmo. Es más, todos los países de la UE están más o menos en recesión, o con crecimientos entre 0,5% y 3%, así que hablar de 10%…
Pero una quiebra del estado griego –es decir el default total–, vendría acompañada de una devaluación de tres dígitos, y haría que muchos bancos de la UE quedaran al borde de la quiebra; otros estados en situación dramática (España, Portugal, Italia, Irlanda, y hasta la misma Francia) podrían sumarse en un efecto dominó, que alcanzaría a casi todos los países de Europa del Este. Esto es lo que quieren evitar los estados imperialistas, que si bien son acreedores, están ellos mismos en situación de casi recesión.

 

Del libre mercado al intervencionismo, sin estaciones
Un gurú económico y vocero de un estado imperialista como el profesor de economía de la Universidad de París Michel Aglietta, nos cuenta en su última publicación (Zona Euro, de editorial Michalon) que “la crisis es ante todo una crisis de balance de pagos, exacerbada por las aberraciones de finanzas privadas fuera de todo control”.
Pero la balanza de pagos es sólo un documento contable que refleja el flujo de bienes, servicios, transferencia de capitales, flujos financieros que los países (su población) tienen con el resto del mundo. Y si este flujo es negativo en un país, es debido a que el intercambio, en este mercado mundial unificado, está dominado por los que detentan el poder en dicho mercado.
Otro gurú –esta vez del otro lado del Canal de la Mancha–, Ha-Joon Chang (profesor en Cambridge, inglés de origen coreano) publica 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo (Editorial Debate); allí nos dice que “el mercado libre no existe”, o al menos que de libre no tiene nada.
En suma, todos los adláteres de la libre empresa comienzan a publicitar la idea que el mercado llamado “libre” debe ser intervenido (a favor de las clases dominantes y buscando que los pueblos paguen los platos rotos, cosa que ya vienen haciendo desde el comienzo de esta última crisis). Pero ahora hay que sincerarse desde el punto de vista de la teoría económica, y entonces adiós Adam Smith, adiós David Ricardo: ahora “humanizamos el capitalismo”, es decir intervenimos desde el estado en el antes “libre” mercado, que ahora no es tan libre y que quizás pasarán en un tiempo a llamar “mercado regulado”. Viejas teorías que en Francia están publicitando los autodenominados socialistas, que ya no son siquiera socialdemócratas, pues ahora son social-liberales).

 

Más sin trabajo, sin comida y sin casa
Así las cosas, las clases dominantes remodelan su teoría económica, y estos capitalistas, financistas, democratistas, libreempresistas, publicitarios de la prensa libre, en suma: imperialistas, tendrán sus teorías económicas para seguir engrillando a los desocupados, desposeídos de ayudas del estado, a los “sin domicilio fijo” –como se llama en Francia a los que viven en las calles, y que en realidad no tienen domicilio fijo ni móvil–, a los trabajadores precarios, a los pobres que viven en villas miserias, a los trabajadores en negro y sus familias, que abundan como jamás en toda Europa.
Estas capas de trabajadores suman, sólo en Francia, casi un tercio de la población, pese a que las engañosas cifras oficiales hablan sólo de los desocupados y nos publicitan que son “solamente” un 8,5%. Y a todo ello hay que sumar los trabajadores en actividad, con salarios congelados por años al igual que los jubilados; y los “Restaurants du Cœur”, asociación creada por Coluche en 1985 para dar comidas gratuitas a personas necesitadas, que hoy no dan abasto, y hasta trabajadores en actividad con sus familias deben acudir a esos centros para poder comer.
Y así en Francia, en plena campaña electoral, los del partido “socialista” se esfuerzan para convencer a los electores de sus próximos acuerdos con los sindicatos (aquí en Francia, todos sindicatos traidores a la clase obrera y financiados en un 90% por los monopolios y las organizaciones patronales), de sus planes sociales de repartir algunas migajas a los trabajadores, y de su política de “humanizar” el capitalismo, que anteponen al financiero como si fueran modos de producción distintos y contrarios. Se presentan como a la izquierda del sarkozismo, mientras éste no hace más que reproducir las mismas iniquidades de sus compadres “socialistas”.
Pero Europa arde desde abajo: todos los días hay levantamientos populares en los diferentes países, huelgas generales, paros de tal o cual rama de actividad, como las manifestaciones de estudiantes y enfrentamientos con la policía en Valencia, acciones de agricultores en Bruselas y Berlín, huelgas y luchas en toda Grecia, etc.
Aún con sus modelos reacomodados, los imperialismos y sus burguesías no podrán dominar a los pueblos, y esta crisis será profunda y prolongada. Difícilmente las clases dominantes puedan seguir gobernando como hasta ahora.