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04 de mayo de 2016

La disputa en YPF

Las operadoras petroleras imperialistas también quieren sacar partido

 

 
La semana pasada terminó de concretarse la salida de Miguel Galuccio –el ex ejecutivo de Schlumberger en Inglaterra– que desde 2012, cuando el Estado expropió el 51% de las acciones, comandó YPF SA, la principal compañía argentina. Mientras se dirime la disputa por quien ocupará ese sillón de manera permanente, lo reemplazará interinamente Daniel González, quien fuera hasta ahora el gerente financiero, relacionado al actual vicejefe de Gabinete Mario Quintana, ex CEO del fondo Pegasus (conocido por Farmacity). También fue aprobada la designación de Miguel Angel Gutiérrez, ex JP Morgan y Telefónica, como presidente, un cargo que hasta ahora no existía. A éste se lo vincula a Gustavo Lopetegui, uno de los secretarios clave de la Jefatura de Gabinete, ex CEO de LAN Argentina (ver “Galuccio eyectado de YPF”, hoy, n° 1609, 16/3/16).
No fue una despedida tranquila la de Galuccio pues, según consignó la prensa, hubo accionistas privados como Ricardo Paz Herrera, que lo cuestionaron a viva voz, una y otra vez, tanto por su elevado sueldo, de US$5,5 millones, como por no haber investigado si la gestión anterior (Repsol y grupo Petersen) había generado perjuicios durante su manejo de la compañía (Clarín, 30/4/16). Tras ese cuestionamiento estaría también el propio ministro de Energía, el ex CEO de Shell en Argentina Juan José Aranguren, que ya había cuestionado anteriormente a Galuccio, forzando su renuncia, por el excesivo endeudamiento de YPF, cuyo plan fuera armado precisamente por el ahora nombrado su sucesor interino Daniel González.
Por lo visto, hasta ahora sigue reteniendo el comando de YPF el sector más vinculado al capital financiero en el gobierno macrista. Frente a la caída en el precio del petróleo y la decisión de bajar el nivel de actividad, ese sector sostiene que necesita más fondos para poder seguir funcionando. Por eso, se votó una ampliación de la capacidad para tomar deuda, que pasará de US$8.000 millones a US$10.000 millones, a las tasas usurarias con que se coloca la deuda argentina. En tanto prosigue el ajuste en la empresa, que prevé reducir 25% sus inversiones, a US$4.500 millones, y el recorte de 2.000 empleados. Así, se espera una gestión más centrada en la eficiencia que en la política, con una apuesta al gas en detrimento del petróleo. Entre los nuevos ejecutivos nombrados por el oficialismo actual están Octavio Frigerio (ingeniero agrónomo, padre del ministro), Inés Leopoldo, Daniel Kokogian (ex director de Compañía General de Combustibles) y Luis Domenech (ex Metrogas).
Pero la disputa sigue abierta por el control de YPF, de parte de las operadoras petroleras imperialistas, que cuentan con el respaldo del ministro ex Shell, Juan José Aranguren. En ese sector trabajan por un CEO definitivo para YPF que sea de su riñón. Como sería el caso de Javier Riello, un funcionario de la petrolera francesa Total (hasta hace dos años CEO de Total Austral), que en la década de 1990 trabajó para Carlos Bulgheroni, dueño de Bridas, quien lo situó entre sus preferidos.