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02 de octubre de 2010

La disputa yanqui-rusa

Hoy 1230

Los yanquis avanzan en su decisión de instalar un sistema misilístico y de radares en Polonia y la República Checa, y ya navega la 4° Flota que amenaza al Caribe y América del Sur. Más allá de la voluntad de los pueblos de Abjasia y Osetia, la decisión rusa de disputar con los yanquis lo que consideran su "patio trasero", iría unida, a jugar activamente dentro del "patio trasero" yanqui, América Latina (ver nota en pág. 16).
Así, los usureros yanquis de Wall Street le han bajado el pulgar al gobierno argentino: "Dada la intransigencia de los Kirchner, solo es una cuestión de tiempo para que sean echados. (…) Desafortunadamente, los cambios abruptos de poder en la Argentina tienden a ser caóticos. Esa es la razón por la cual los mercados anticipan un default", dijo Walter Molano, jefe de investigaciones de BCP Securities, uno de los habituales voceros de los usureros yanquis de Wall Street (La Nación, 14/8).
A su vez, el gobierno ruso anunció su decisión de utilizar los aeropuertos de Cuba para sus bombarderos estratégicos, lo que fue rechazado por el gobierno de Raúl Castro. Ahora enviará una flota al Caribe, que fue invitada a Venezuela por Chávez. La agencia oficial rusa anunció la negociación con Venezuela de una base naval, luego desmentida.
Esta agudización de la confrontación yanqui-rusa puede ser aprovechada por los pueblos sobre la base de no confiar en ninguna de esas dos potencias imperialistas. Los yanquis, después de empujar al reaccionario presidente Georgiano Shakhashvili, lo dejaron en banda. El pueblo cubano cantó: "Nikita mariquita, lo que se da no se quita", cuando el jerarca ruso Nikita Jruschev canjeó con los yanquis el retiro de los misiles rusos en Cuba por el de los misiles yanquis en Turquía. Como se ve, los dispositivos estratégicos de los imperialistas siempre son para beneficio de su expansión, y en contra de los pueblos y naciones que oprimen. Algunos nacionalista que se alegran por la renovada agresividad rusa, convendría que no olvidaran estas lecciones de la historia.
La agudización de contradicciones entre yanquis y rusos, ya trae realineamientos de grupos económicos y política.