“División en la CCC”, tituló el diario kirchnerista Página 12, una nota en su edición digital del 11 de enero. El diario oficialista utiliza, para su ataque a la CCC y al PCR, declaraciones del coordinador del CRCR, Gustavo Funes, para reivindicar la “circular 125”, ensuciar la rebelión agraria, y calumniar con infamias a la CCC y el PCR de haber participado en esa lucha por recibir “financiamiento del Banco Santander y el pool de siembra El Tejar”.
“División en la CCC”, tituló el diario kirchnerista Página 12, una nota en su edición digital del 11 de enero. El diario oficialista utiliza, para su ataque a la CCC y al PCR, declaraciones del coordinador del CRCR, Gustavo Funes, para reivindicar la “circular 125”, ensuciar la rebelión agraria, y calumniar con infamias a la CCC y el PCR de haber participado en esa lucha por recibir “financiamiento del Banco Santander y el pool de siembra El Tejar”.
No nos extraña esa maniobra de la dirección de Página 12. Tampoco es de extrañar que se apresure a difundir las posiciones del CRCR. La escisión de este pequeño grupo tiene que ver, en esencia, con el rechazo a la línea del PCR de tener como blanco a todo el bloque dominante dirigiendo el golpe principal de la lucha de las masas hacia la política K de descargar el ajuste, la inflación y la crisis sobre la clase obrera y el pueblo.
No tenemos la metodología de este grupo, que califica al PCR por el carácter de clase de algún diario en que el que apareció alguna nota de alguno de sus miembros. Señalamos, sí, el uso que hace de sus posiciones la prensa K, para atacar a la lucha agraria y al PCR.
También, como maoístas, reconocemos autocríticamente haber tenido algunos errores en esa gigantesca rebelión agraria y federal. Pero es una hipocresía, de parte del que lo haga, usar esos errores para tratar de impugnar el gran acierto haber sido protagonistas en la lucha de masas del campo más grande de la historia argentina, creando condiciones para que obreros rurales, campesinos pobres y medios, y originarios, y chacareros, disputaran la dirección de esa lucha a terratenientes y pooles.
Doble hipocresía la del kirchnerismo al mencionar a El Tejar, un pool que gracias a la política K de concentración de la tierra y sojización, pasó de 45.000 a 930.000 hectáreas, y terminó en manos de un fondo de inversión yanqui.
