La Revolución de Mayo debe ser estudiada en sus múltiples aspectos, incluyendo las contradicciones internas de los primeros meses, es decir del período junio-diciembre de 1810. Para tener una fuente directa de ese período resulta muy útil recurrir a La Gaceta de Buenos Aires, que refleja el pensamiento de los morenistas. Su colección se conserva en hemerotecas públicas, y está digitalizada en la Biblioteca del Congreso.
La Revolución de Mayo debe ser estudiada en sus múltiples aspectos, incluyendo las contradicciones internas de los primeros meses, es decir del período junio-diciembre de 1810. Para tener una fuente directa de ese período resulta muy útil recurrir a La Gaceta de Buenos Aires, que refleja el pensamiento de los morenistas. Su colección se conserva en hemerotecas públicas, y está digitalizada en la Biblioteca del Congreso.
La Gaceta contenía textos y comentarios -de suma utilidad para los historiadores actuales- y al mismo tiempo oficiaba como Boletín Oficial, dando a conocer las actas y resoluciones de la Primera Junta, sus decretos, etc. Contenía asimismo artículos políticos, con aportes teóricos que reflejan un nuevo momento de la sociedad, inaugurado con la Revolución y su correlativo desprendimiento de la censura colonial.
“El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes”, decía el decreto de la Primera Junta del 2 de junio de 1810, que fundaba el diario. Recordemos que durante el Virreinato, esa comunicación se hacía mediante bandos que se vociferaban en las calles, o se pegaban en lugares públicos, como iglesias y bares.
El primer director de La Gaceta de Buenos Aires fue Mariano Moreno, que en su primer número decía: “¿Por qué se han de ocultar a las provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?… Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de La Gaceta de Buenos Aires”, 7 de junio de 1810.
El sacerdote Manuel Alberti era otra de las plumas frecuentes del semanario. Este cura patriota venía de la corriente carlotista, y es uno de los cuadros que trae a Mariano Moreno al escenario político de los días de mayo; sus aportes son muy valiosos, y fuera de los ejemplares de La Gaceta, es difícil encontrar artículos suyos. Alberti murió de un infarto mientras discutía con Deán Funes, en los acontecimientos posteriores a la derrota de Moreno en la Primera Junta.
Durante los días festivos y después de oficiada la misa, su lectura fue declarada obligatoria para los curas hacia sus feligreses. Después de la muerte de Mariano Moreno, desde el 25 marzo hasta el 5 de octubre de 1812, el redactor responsable es Bernardo de Monteagudo, con el nombre de La Gaceta de los viernes. Desapareció el 12 de septiembre de 1821, cuando Rivadavia decidió sustituirla por el Registro Oficial.
Dicen que San Martín, estando ya en Mendoza, pidió la colección completa del periódico, mientras preparaba el ejército de Los Andes. A los argentinos nos hace bien leer el lenguaje revolucionario contenido en los ejemplares semanales de La Gaceta.