El libro La insurrección armada de octubre en Petrogrado (Ed. en Lenguas Extranjeras, Moscú 1957, págs. 111 a 114) reproducimos extractos de los recuerdos escritos por N. Podvoiski, uno de los integrantes del Comité Militar Revolucionario dependiente del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado:
El papel de la Guardia Roja en la insurrección y 1a preparación de ésta fue extraordinariamente grande. Hemos indicado ya que la organización militar basó siempre su actividad en el supuesto de que las unidades de la Guardia Roja habrían de ser el núcleo alrededor de la cual se agruparían todas las masas armadas del proletariado y las de soldados fieles a la revolución. Este punto de vista se vio confirmado por completo. La Guardia Roja era al principio poco numerosa y estaba mal armada, pero en el momento de la insurrección se transformó en una organización de lucha, en una potencia combativa emplazada en primera línea del frente insurreccional, constituyendo en todos los puntos esenciales la vanguardia de las fuerzas armadas de la revolución.
En los acontecimientos de julio, el número de los guardias rojos armados en Petrogrado llegaba casi a diez mil. Después de julio comenzó la liquidación de la Guardia Roja. Empezó el desarme de los obreros y en las fábricas y empresas se hacían registros para descubrir los depósitos de armas. Pero en los barrios obreros acabó pronto el confusionismo y resurgió de nuevo la Guardia Roja. Al pasar a la clandestinidad, los Estados Mayores de los distritos continuaron trabajando. La sublevación de Kornilov1 contribuyó enormemente al armamento de los obreros. Inmediatamente después de la “korniloviada” empezó la formación en masa de batallones de obreros, y los sectores fabriles de Petrogrado se cubrieron de una red de fuerzas armadas rojas.
Armar a los obreros
En septiembre comenzaron ya los ejercicios militares organizados en 79 fábricas y empresas. Empezaron a formarse unidades de guardias rojos. El número de los incluidos en el primer turno de formación o instrucción dependía de la importancia de la fábrica o empresa y oscilaba entre los 25 y el 100 por ciento de sus obreros.
En toda una serie de empresas de la barriada de Víborg, como la Novi Parviainen, Baranovski, Novi Lessner, Duflon, Aivaz y otras, se inscribieron casi todos los obreros en la Guardia Roja. La organización militar apenas podía atender la demanda de instructores que solicitaban de todas partes.
A finales de septiembre, en las barriadas de Víborg, de la isla Vasílievski y de Narva había muchos destacamentos de la Guardia Roja en período de instrucción. En el proletariado surgió la sana idea de armar a todos los obreros. En aquellos tiempos se sumó a la organización de la Guardia Roja la gran empresa Putílov, que contaba con 36.000 obreros.
Los destacamentos de la Guardia Roja se dividían entonces en batallones compuestos por cuatrocientos hombres (360 bayonetas); en su composición entraban generalmente tres compañías o druzhinas, una sección de ametralladoras, una de enlace, un destacamento de sanidad, y cuando el batallón disponía de autos blindados, contaba también con una sección de éstos. Los jefes de los batallones y compañías eran suboficiales de los propios obreros y, con menos frecuencia, alféreces; unas secciones estaban mandadas por soldados y otras por obreros. Los obreros acudían a la instrucción por turnos: una tercera parte de ellos se dedicaban a la instrucción militar, recibiendo salario igual al de los camaradas que quedaban en el taller, y las otras dos terceras partes trabajaban en la empresa.
En octubre
Tal era la organización de la Guardia Roja a principios de octubre.
Hacia el 20 de octubre, las fuerzas obreras armadas rebosaban de entusiasmo y fe en su justa causa, y aunque no eran un ejército regular, constituían, por lo menos, una Guardia Roja instruida militarmente y armada con 12 o 14 mil bayonetas, ametralladoras y autos blindados. Estas fuerzas se encontraban en plena disposición de combate y dispuestas a emprender la lucha al primer llamamiento; pero el momento no había llegado, se vivía una impaciente espera de los acontecimientos que se avecinaban.
Como se ha señalado, en los primeros encuentros de la tarde del 25 de octubre tomaron parte las unidades de la Guardia Roja que ocupaban la calle Morskaya. El Gobierno provisional llamó por teléfono a la artillería ordenándola acudir al Palacio de Invierno para hacer fuego sobre las tropas sublevadas que lo cercaban. Valiéndose de una emboscada, la Guardia Roja de la calle Morskaya atacó la batería, se apoderó de dos cañones y los emplazó contra el Palacio de Invierno. Este hecho tuvo gran importancia para la marcha ulterior de los acontecimientos. Los guardias rojos daban muestras de extraordinaria seriedad y atención en relación con los acontecimientos que se desarrollaban: ayudaban a las masas del proletariado sublevado de la capital Roja a marchar por el buen camino hacia la consecución del objetivo fijado y suavizaban las voces inevitables en la insurrección popular. Influenciaban con firmeza y tesón sobre los soldados, manteniéndoles con sus razonamientos en sus puestos de combate y alentándoles con ejemplos de heroísmo en las acciones decisivas.
Cuando cayó el Palacio de Invierno y el Gobierno provisional salió custodiado a la plaza, los soldados se proponían hacer con ellos un escarmiento. En aquel momento fueron contenidos por guardias rojos.
En diciembre, la Guardia Roja de Petrogrado contaba ya con 60.000 combatientes. Parte de ellos se habían fogueado en los combates con los cosacos de Krasnov.
Después de terminar la lucha contra las fuerzas de Krasnov, a la Guardia le fue encomendado el servicio de guarnición en la capital. Los guardias rojos custodiaban todos los puntos más importantes de la ciudad y hacían guardia en los Soviets; en el Smolny se encargaban de la protección de los miembros del Consejo de Comisarios del Pueblo; en los parques de artillería prestaban servicio exclusivamente guardias rojos, ya que los puestos de soldados no eran de absoluta confianza y se habían dado casos de hurto de ametralladoras para enviarlas a Finlandia. La Guardia Roja tuvo que acabar con los asaltos a las bodegas y practicar registros, arrestos, etc. Al mismo tiempo, la Guardia Roja mandaba refuerzos a los frentes Occidental, Meridional y a Finlandia.
1/ Se alude al complot contrarrevolucionario organizado en agosto de 1917 por el general zarista Kornílov. Tenía por objeto aplastar la revolución, destrozar el Partido bolchevique y los Soviets y establecer una dictadura militar. Para efectuar el golpe de Estado, Kornílov acercó a Petrogrado el cuerpo de caballería mandado por el general Krímov. Los bolcheviques, apoyándose en los Soviets, organizaron a los obreros y a los soldados para la lucha armada y frustraron la intentona de Kornílov. > volver