Noticias

13 de julio de 2022

A 86 años del comienzo de la sublevación franquista

La guerra civil española

El 18 de julio de 1936 comenzaba el levantamiento de las fuerzas franquistas (con el apoyo abierto de los gobiernos imperialistas fascistas de Alemania e Italia), contra la República española, dando comienzo a tres largos años de guerra civil.

El 16 de febrero de 1936 el Bloque Popular había ganado las elecciones en España. Este Bloque Popular –que pasó a la historia como Frente Popular- aglutinó en una coalición electoral a las organizaciones políticas como Izquierda Republicana, Unión Republicana, la Unión General de Trabajadores, el Partido Obrero de Unificación Marxista, el Partido Socialista y el Partido Comunista.

Culminaba así un proceso de varios años de unidad y lucha entre estas organizaciones, con un programa que, si bien tuvo limitaciones, particularmente en la cuestión agraria, significó un inmenso avance de las organizaciones populares y el pueblo español, frente a la conspiración fascista que crecía día a día. De la coalición electoral sólo se negó a participar la Confederación Nacional del Trabajo, dirigida por los anarquistas.

El Partido Comunista, cuya fuerza creció de 30 mil a 102 mil militantes entre febrero y julio de 1936, impulsó la creación en toda España de Comités del Frente Popular, entendidos como “una organización antifascista de masas para la lucha parlamentaria y extraparlamentaria de la democracia contra el fascismo”.

 

Prepararse, prepararse, prepararse

Paralelamente, el PCE acrecentó el trabajo en los cuarteles y la preparación militar frente a la ofensiva fascista, que se iba a concretar con la sublevación del 19 de julio de 1936, que desencadenó la guerra civil. Cuenta Enrique Líster, jefe del trabajo militar del PC y creador del famoso Quinto Regimiento durante la guerra civil, el intenso trabajo realizado, tanto entre las fuerzas armadas, como en los sectores populares. Líster, crítico de algunas de las posturas de la dirección del PC en esos días, escribió años después, sobre las vacilaciones del gobierno republicano: “¡Cuánta sangre y cuántos sufrimientos se le hubiesen ahorrado al pueblo español si, cuando el complot estaba claro, hubiesen sido destituidos unos centenares de jefes militares y se hubiese detenido a los que fuese necesario”.

El PC impulsó, entre las organizaciones populares, las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas), integradas casi en su totalidad por jóvenes, que se integraron en abril de 1936 con las milicias organizadas por la Juventud Socialista. Líster detalla, en “Nuestra guerra: memorias de un luchador”, el trabajo dentro de las fuerzas armadas, llamado en esos años “trabajo antimilitarista”, que venía profundizándose desde 1932, cuando se había producido una sublevación militar. Se formó la UMA (Unión Militar Antifascista), y se intensificó la propaganda partidaria dentro de los cuarteles. Las milicias obtuvieron existencia legal a partir del triunfo del Frente Popular.

Con la excusa del asesinato a uno de los principales dirigentes de la derecha, Calvo Sotelo, los falangistas desataron la sublevación en los principales cuarteles, y movilizaron a las fuerzas civiles de que disponían. Allí empieza otro heroico y complejo capítulo de la lucha de la clase obrera y el pueblo español, que duraría hasta 1939, con la derrota de la República.

El propio Lister escribió: Es claro que en el campo republicano hay responsables de que la guerra entre españoles haya estallado. Son los jefes y responsables de partidos, así como gobernantes, que no han cumplido con su deber, que no han tomado las medidas que correspondían frente a los que preparaban la sublevación. Y claro que en el campo republicano hubo delincuentes. ¿Pero qué tenemos que ver con eso los que luchábamos en los frentes de batalla o los que trabajaban honestamente en ambas retaguardias?…

“La lucha por nuestro lado fue una lucha justa, una guerra nacional revolucionaria. Una guerra progresista y de liberación que, a pesar de la derrota, quedará como una página gloriosa de las luchas heroicas del pueblo español. Como la más grande epopeya de la historia moderna española”.

Una historia que enseña ejemplos imborrables de valentía, dignidad y solidaridad internacional, que enseñó el pueblo español. Ése al que le cantó Miguel Hernández, el gran poeta asesinado en la guerra civil, diciendo: “No soy de un pueblo de bueyes,/ que soy de un pueblo que embargan / yacimientos de leones, / desfiladeros de águilas / y cordilleras de toros / con el orgullo en el asta. / Nunca medraron los bueyes / en los páramos de España”. Poema que termina “Si me muero, que me muera / con la cabeza muy alta. / Muerto y veinte veces muerto, / la boca contra la grama, / tendré apretados los dientes / y decidida la barba. /Cantando espero a la muerte, / que hay ruiseñores que cantan / encima de los fusiles / y en medio de las batallas.”.

 

Hoy N° 1921 13/07/2022