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29 de octubre de 2014

La guerra contra el Paraguay

El 14 de noviembre se recuerda un nuevo aniversario

 En el genocidio del pueblo paraguayo participaron los gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay, coordinados e instigados por el capital financiero inglés. Esta guerra, llamada “de la triple alianza”, marcó un hito en la historia paraguaya, dado que puso fin a un período de independencia absoluta que había inaugurado el Dr. Francia, en l811, período político y económico que en lo fundamental, fue continuado por los gobiernos de Carlos Antonio López y Francisco Solano López.
Durante estos gobiernos se promovió una incipiente industrialización, con fundiciones, astilleros, telégrafo, ferrocarriles, capacitación de cuadros técnicos en el extranjero y la defensa de la soberanía nacional. Existían las “estancias de la patria” y el comercio exterior era monopolizado por el Estado. El campesinado y los pueblos originarios tenían facilidad de acceso con formas diversas a la tierra necesaria para el funcionamiento de las chacras. A este panorama puso fin la guerra.
La guerra también marcó un hito dentro de la Argentina, dado que las clases dominantes la usaron para asegurar su hegemonía interna, aplastando las rebeliones de los pueblos cuyanos y, además, dieron un golpe de estado en el Uruguay, para derrocar al presidente Berro e imponer al coronel Venancio Flores, que prontamente se sumó a la guerra.
Con la excusa de la guerra, se implantó el estado de sitio para perseguir opositores y se comenzó a organizar la guerra interna contra las tres confederaciones de originarios que se mantenían fuera del territorio, aunque con buenas relaciones, comercio, etc. Recordemos que la sal estaba en manos de los originarios y existía un constante comercio de este elemento vital, que usaban en Brasil para alimentar a los esclavos.
El pueblo y el gobierno paraguayo ofrecieron una resistencia heroica, combatiendo durante años, y si bien el Paraguay no era un paraíso económico y político, construía su camino al capitalismo con un modelo de Estado autónomo, distinto al de nuestras clases dominantes que, con frases liberales, facilitaban la opresión interna y externa de nuestra nación. Luego de la guerra, en Paraguay se impuso un modelo similar.