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20 de mayo de 2015

La historia es un campo de batalla

Presentación de “El Rosariazo” de Adolfo Rosas

 La historia es un campo de la lucha de clases, donde los reaccionarios tratan primero de borrar y en segundo término tergiversar los sufrimientos, las luchas y los triunfos de la clase obrera y el pueblo. No lo hacen por jactancia intelectual, sino para utilizar “su historia” para cambiar el presente.

 La historia es un campo de la lucha de clases, donde los reaccionarios tratan primero de borrar y en segundo término tergiversar los sufrimientos, las luchas y los triunfos de la clase obrera y el pueblo. No lo hacen por jactancia intelectual, sino para utilizar “su historia” para cambiar el presente.
Si esto es así en general, con más razón cuando se trata de heridas tan profundas en el dominio y el consenso de las clases dominantes como fueron los dos “Rosariazos” de 1969. Momentos en que irrumpió el odio a la explotación imperialista, a la dictadura militar de entonces, se mostró la fuerza de la clase obrera unida a los estudiantes y el conjunto del pueblo y se bocetó un camino para cambiar de raíz la sociedad.
De allí la importancia que compañeros como el “Ronco”, se hagan un lugar en la militancia diaria para investigar y difundir, con pasión y con rigor científico esa gesta.
Para rescatarla del olvido y sobre todo para enfrentar la cantidad de “historiadores” que se han dedicado a tergiversar su contenido, desde la supuesta contradicción entre los dos Rosariazos (uno “estudiantil” y otro “obrero”), la relación entre lo espontáneo y lo consciente en esos días, y sus actores políticos y sindicales.
La presentación del libro El Rosariazo visto desde la zona sur, de Adolfo Rosas, en el salón Héctor Quagliaro de ATE Rosario, tuvo además el sabor especial del testimonio directo y emotivo de protagonistas importantes de los hechos analizados y fue parte de una serie de presentaciones que comenzaron en Venado Tuerto y Villa Gobernador Gálvez.