Debemos seguir luchando por una organización formada en torno a un periódico destinado a todo el país. Sólo así tendrá la capacidad de adaptarse inmediatamente a las más variadas y rápidamente cambiantes condiciones de lucha. La propia revolución no se debe imaginar como un acto único. Debemos desarrollar nuestra actividad en cualquier situación, una labor de agitación política unificada en todo el país que ayude a difundir nuestras propuestas, a dar la lucha en los tres planos –económico, político e ideológico- y que se dirija a las grandes masas.
Y esa labor es inconcebible sin un periódico como el nuestro.