El martes 13, en su presentación ante el Congreso, el jefe de Gabinete Marcos Peña dijo en el inicio de su informe: “La inflación seguirá bajando”.
Pero al día siguiente se supo la verdad que se viene sintiendo en la calle, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundió que la tasa de inflación de febrero fue 2,4%. En enero había dado 1,8% y así acumula en los primeros dos meses del año un aumento de 4,2%. Si bien esto puede explicarse por los aumentos en las tarifas y combustibles regulados, lo más preocupante son los aumentos en alimentos y servicios de comunicaciones altamente monopolizados que integran el llamado componente núcleo.
Así se pudo comprobar que no hay signos de que la inflación esté bajando. La inflación interanual a doce meses, esto es, la del índice de precios de un mes respecto de igual mes del año anterior, viene con tendencia creciente desde julio del año pasado. En ese mes la inflación interanual tocó el mínimo de 2017: 21,5%. Desde entonces la inflación interanual mostró una tendencia creciente, aunque con menor aceleración a partir de diciembre pasado.
Pero por más que los funcionarios del gobierno macrista hayan puesto en escena una comedia de mutuos reproches con sus pares monopolistas, en particular de la Unión Industrial Argentina, UIA, lo cierto es que este espasmódico avance de la inflación es un resultado de la política de alocado endeudamiento del gobierno macrista, que lleva a las elevadas tasas de interés del Banco Central tras la que se ocultan las causas de fondo de la inflación: el latifundio y la dependencia. Los precios de los productos agrarios se encarecen con la renta de los latifundistas y las superganancias de un pequeño número de monopolios, en su mayoría extranjeros, que son los que deciden los precios en el mercado interno, sea por el manejo de la demanda o de la oferta de los productos y servicios que controlan. En lo que cuentan con la complicidad del gobierno macrista, que tiene como secretario de Comercio a Miguel Braun, primo de Marcos Peña y uno de los dueños de media Patagonia y de la cadena de supermercados La Anónima: otro zorro controlando el gallinero. Demás está decir que de él también depende la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor.
Tras anunciar que el IPC Nacional de febrero escaló al 2,4%, el Indec publicó el jueves los datos que mostraron una suba aún mayor en el Indice de Precios Internos al por Mayor (IPIM): ¡un alza de 4,8%! Así, acumula una suba de 9,6% en los dos primeros meses del año, siendo mayor la suba en los productos nacionales que en los importados. En los productos nacionales, la mayor suba se observa en los productos primarios por la incidencia del latifundio y el capital imperialista en la formación de sus precios, sin las restricciones que impone la política importadora (desindustrializadora) del gobierno macrista a los productos manufacturados.
Semanario Hoy N° 1710 21/03/2018