Ardura comienza planteando que “El tema de la inseguridad es un hecho integral, el problema de fondo es que en la Argentina hace mucho que la seguridad se privatizó, entonces, sobre la base de generar un gran negocio privado con las empresas de seguridad, con la industria de la seguridad privada (fabricación de cámaras, puertas blindadas, luces, etc.).
“Con la seguridad pública pasa lo mismo que con la salud pública frente a la salud privada o la educación pública frente a la educación privada. Los mismos que dirigen las empresas de seguridad son los comisarios que están en las policías estatales, por lo tanto hay que hacer mala seguridad pública para que crezca el negocio de la seguridad privada. En medio de ese juego, que es netamente capitalista como pasa en la Argentina con las privatizaciones de las empresas públicas, pasa con la seguridad.
“En medio de eso está la droga en todas sus variantes, droga que en un momento fue de paso en la Argentina, y lo sigue siendo pero en un nivel mayor a través de la mal llamada “Hidrovía” del Paraná con exportación de miles de kilos y toneladas de cocaína y marihuana, pero hoy se cocina acá. No solo cocaína, sino que se avanza raudamente con anfetaminas y otras pastillas. Al cocinarse, se dejan los excipientes, los sobrantes, que básicamente es el paco. Esto es para los pobres, las pastillas para los boliches bailables y las llamadas “previas” de los jóvenes, combinado con un gran crecimiento del alcoholismo. Y de estar en las grandes ciudades, pasó a estar en todo el país, en todos los pueblos, en todos los barrios. La droga es un gran negocio que paga la víctima; el que consume es el que llena los bolsillos de los grandes narcotraficantes; entonces se combina el negocio de la droga con el negocio del delito, donde están metidos buena parte de los comisarios, de la justicia y de los políticos.
“Esa combinación de la droga con el delito en todas sus variantes ha reforzado la seguridad privada. El control sobre esa seguridad lleva a esta situación insoportable para el pueblo y muchas veces hay mucha impotencia. Porque un tema en que se paga cuatro veces: Primero pagás los impuestos para sostener a la seguridad pública, Segundo, pagás el sobrecosto de las mercaderías y los servicios, que cobran las empresas de seguridad privada a las empresas privadas. E inclusive a sectores del Estado que los contratan. Tres, tenés un gran costo que es la seguridad privada individual; la gente tiene que poner rejas, mejores puertas, luces especiales en sus patios, etc., para auto asegurarse porque el Estado no asegura la seguridad pública. Y hay un cuarto pago que es la platita que hay que tener tanto para la coima al delincuente en el barrio o para la policía en los controles, y la exigencia de protección ciertamente mafiosa.
Chiquito se refiere a otro aspecto, que las políticas de los gobiernos, en los que tanto el kirchnerismo en sus gobiernos, con una línea denominada “garantista”, como el macrismo con la “mano dura” y el gatillo fácil, “en realidad hacen propuestas cosméticas que no resuelven el tema de la inseguridad. Esa propuesta de “mano dura”, que planteó Blumberg en su momento y que repite Patricia Bullrich en camino hacia el 2023. Ahora hay una disputa de bandas del delito y de distintos carteles de droga por territorios en nuestro país. Hay varios carteles en este negocio que es muy redituable, de enormes ganancias, que lo único que hace es dejar víctimas, tanto del delito, como de la droga se golpea a las víctimas y a los de abajo y se protege a los de arriba de esta estructura maldita.. Se han agudizado los robos con lesiones graves o con homicidios, es lo que la gente ve a diario en la televisión, y lo vive en los barrios Y esto está pasando no sólo en las grandes ciudades, en los barrios humildes, sino también en los barrios de sectores medios y en los pueblos. Rosario y el Gran Buenos Aires llevan la delantera.
“Esto preocupa mucho a la gente, sobre todo a las madres, que dicen “vivimos con el corazón en la boca” porque los chicos y los jóvenes quieren salir, porque no sabés que va a pasar, si le metieron droga en el boliche, si lo agredieron a la salida, si lo robaron, o si pasa una cosa más grave como es una violación o un femicidio. O los padres de los que entran en la adicción y desde ahí participan en delitos mayores o pequeños, padres a los que el Estado no ayuda para recuperar a sus familiares, lo mismo hace ese estado con los presos, no recupera a nadie, ayuda a que reincidan”.
Luego Amancay afirma que hay un entramado “en el que está metida la política hasta el tuétano, no quiero decir todos los políticos, los policías ni todos los jueces, pero hay un porcentaje importante. Inclusive, una parte de estas organizaciones de la droga y el delito aportan a las campañas políticas, intervienen en las internas de los partidos, participan de las barras del fútbol, desde ya sin decirlo abiertamente.
“En las encuestas y en los reclamos de la gente, el tema de la inseguridad, si no está primero, porque pesa más la inflación, está segundo. Incluso en las encuestas que hacen las propias encuestadoras del sistema. Por eso aparece en las campañas, como lo tomó la propia Cristina Fernández en su último discurso, porque el tema los desborda y no se pueden desentender. Y porque enfrente vuelve una campaña intensa por la “mano dura”, que siempre fracasó porque la gente no agarra viaje con la mano dura. Patricia Bullrich propone mano dura contra el delito, como contra los mapuches, pero con respecto al delito, a la hora de la verdad cuando fueron gobierno, no cambió de fondo nada”. Se apoyaron en unas bandas para golpear a otras.
Una respuesta popular
Sobre cómo abordar el problema de la inseguridad, Chiquito dice que “Yo creo que nosotros no vamos a inventar nada. Es muy importante lo que venimos haciendo con el movimiento Ni un Pibe Menos por la Droga, es una organización de masas que va avanzando en todo el país, pero eso es una parte del problema. La gente se organiza en todos los barrios del país. Creo que tenemos que meternos ahí más a fondo, partiendo de lo que la gente ha hecho. Yo propongo la autodefensa integral de los ciudadanos, que es algo que en los barrios funciona porque se llama a la policía y no vienen, vas a denunciar a las fiscalías y no pasa nada, entonces lo que hace es tomar las cosas en sus manos eso es toda una realidad. No hablo de enfrentar a los carteles en forma individual o entre pocos, sino de profundizar lo que se conoce en los barrios, que se organizan y compran cámaras, ponen sirenas, sistemas de comunicación entre los vecinos. Porque vieron que con enrejar la casa no alcanza, sino que había que organizar el barrio. Y es lo que el pueblo está haciendo. Ahora esto, se tiene que profundizar y avanzar.
“No partimos del laboratorio, de nuestras ideas, partimos de una realidad, y la realidad es que el pueblo se organiza, abajo, y toma en sus manos el tema de la inseguridad. Y tiene razón en tomarlo, porque si está a la espera de quien le propone la mano dura, a la hora de la verdad no resuelve el problema. Hace mucho tiempo nos marcaron las madres en Ciudad Oculta de CABA, cuando se organizaron contra los narcos y ganaban manzana por manzana. Pero el problema está en este Estado podrido que tiene a los políticos, a la justicia y una buena parte de las policías.
“Entonces el pueblo está obligado a tomar en sus manos. Lo mismo hace para la defensa de las víctimas; la gente sale a la calle todos los días por muertes, por agresiones. A veces no le damos toda la atención suficiente, aunque hemos estado en varios lugares como en Matanza y otros, en grandes movilizaciones de las víctimas. Debemos prestarle mucha atención a esto, lo que yo llamo las autodefensas, debemos generalizarlas, extenderlas, ayudar a organizar, desde el punto de vista táctico, para forzar para producir cambios y a defender esos cambios en las políticas de seguridad.
“Y lo entendemos como un proceso de acumulación, porque tenemos como horizonte que no se puede resolver este problema tan grave, tan crónico y tan profundo sin un cambio fundamental del Estado, si no se refunda en sus raíces el Estado, y se instala otro tipo de seguridad, otro tipo de justicia, otro tipo de organización del pueblo, eliminando la dependencia y el latifundio. Sin eliminar esto, que es fruto del sistema capitalista imperialista, entiendo que es imposible de resolver. Por eso entendemos que hay que ir proponiendo al pueblo este camino de refundar desde las raíces ese Estado para salir de esta situación.
“Creo que es muy importante y muy útil que nosotros avancemos en ayudar, profundizar y organizar estos sistemas de autodefensa integrales del pueblo, de la clase obrera, en las fábricas, los barrios, en todos lados, inclusive en los sectores medios como camino de tomar en nuestras manos este gran problema, que es un problema integral. Porque así como los jóvenes que usan como soldaditos para la distribución de la droga son hijos del pueblo, que tenemos que pelear por sacarlos de eso como se hace desde el movimiento Ni un Pibe Menos por la Droga reclamando políticas de Estado para las adicciones, tenemos que meternos a fondo en este tema de la inseguridad, porque en ese camino vamos a poder avanzar”, finaliza Ardura.
Hoy N° 1941 30/11/2022