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03 de octubre de 2010

El 7 de noviembre de 1917 (25 de octubre, según el viejo calendario) se produjo el levantamiento armado de los obreros y campesinos de Rusia, dirigido por el Partido Comunista (bolchevique) que encabezaba Vladimir Ilich Lenin.

La insurrección

A noventa años de la Revolución Socialista de Octubre.

En la nota anterior (hoy Nº 1174) veíamos en qué condiciones, con qué línea y con cuáles medidas organizativas los bolcheviques emprendieron como tarea inmediata la insurrección.
El voto en contra de dos dirigentes partidarios, Kámenev y Zinóviev, reflejaba las posiciones conciliadoras, las cuales contaban, entre otros, con portavoces prestigiosos como el escritor Máximo Gorki, amigo de Lenin. Argumentaban que “no había que pasarse” porque ello provocaría una korniloviada que barrería a las fuerzas revolucionarias. (Kornílov, comandante en jefe, golpista, cuya intentona en el mes de julio, como vimos en la nota del hoy Nº 1172, fue aplastada por las Guardias Rojas y las unidades militares revolucionarias). Ellos planteaban que se esperara a la Constituyente.
Esta posición derechista no advertía los cambios producidos en la situación luego de la derrota del golpe de Kornilov. Los bolcheviques conquistaron la mayoría en los sóviets, crecían aceleradamente las organizaciones del Partido mientras perdían mucha fuerza los partidos reformistas. Se ahondaban al máximo las vacilaciones del enemigo y sus aliados. Las condiciones internacionales eran muy favorables porque las potencias imperialistas estaban divididas en dos bandos enfrentados en el campo de batalla y se estaba gestando un auge revolucionario de masas en los países en guerra.
El 18 de octubre, Kámenev y Zinóviev publicaron en el periódico menchevique que los bolcheviques preparaban la insurrección y que ellos estaban en desacuerdo por tratarse de una aventura. Lenin planteó que se los expulsara del Partido por traición. El CC se reunió el 20 de octubre, pero Lenin no pudo asistir. Resolvió excluir a Kámenev del CC y prohibirles a ambos intervenir en público contra el Partido.
El gobierno provisional, advertido por dichas revelaciones, trajo apresuradamente el 19 de octubre tropas del frente a Petrogrado. Asimismo quiso sacar de la ciudad a los efectivos militares revolucionarios. Pero el Comité Militar Revolucionario del Soviet rechazó esa orden. El 21 de octubre fueron enviados comisarios bolcheviques a todas las unidades militares revolucionarias.

El levantamiento armado
Kerenski lanzó operaciones represivas. El 24 de octubre ordenó la clausura de los dos periódicos bolcheviques y envió carros de asalto a los locales. Fueron rechazados por la Guardia Roja y por soldados revolucionarios.
El CC lanzó la insurrección. Ese día, a las 11 hs., salió el periódico Rabochi Put (El camino obrero) con el llamado del CC bolchevique: ¡derribar al gobierno provisional! Lenin escribió una carta al CC el 24 de octubre a la tarde en la que decía: la situación es crítica, no se puede dejar en ningún caso el poder a Kerenski hasta el 25 de octubre; esta noche hay que tomar el poder.
De acuerdo al plan insurreccional trazado, el Estado Mayor del levantamiento armado distribuyó las fuerzas enviando los mejores destacamentos a los lugares más difíciles. La noche del 24 de octubre aseguró con la Guardia Roja la toma de los puentes (junto a unidades revolucionarias ocuparon todos los accesos a Petrogrado), dos estaciones de ferrocarril, el Correo Central, el Banco del Estado, los teléfonos. Sobre esta base se conectaron las fábricas, los regimientos y la Flota con el Estado Mayor insurreccional. De la Flota del Báltico llegaron a la capital: 5.000 marineros y seis naves.
A las 10 hs. del 25 estaban tomados casi todos los puntos principales de la capital. En esa mañana apareció el llamamiento ¡A los ciudadanos de Rusia! escrito por Lenin. En él se declaraba la caída del gobierno provisional, el establecimiento de un nuevo poder, cuál era su programa y las fuerzas en que se apoyaba.
El gobierno provisional estaba en el Palacio de Invierno, único edificio oficial que quedaba en su poder. Era defendido por un batallón femenino y por los cadetes de la Escuela Militar. En la noche del 25 al 26 de octubre cayó el Palacio de Invierno. Esta acción fue iniciada luego de un cañonazo disparado por el crucero Aurora. Los ministros del gobierno provisional. Fueron detenidos. Kerenski huyó en un coche de la embajada norteamericana.

Se proclama el nuevo poder
El 25 de octubre a la tarde se inició en el Smolny el II Congreso de los Sóviets, en el que estaban representados más de 400 sóviets de toda Rusia. Los bolcheviques eran mayoría. De 649 diputados, 390 eran bolcheviques y aliados. Los eseristas de derecha y los mencheviques eran 80. Se retiraron del Congreso. Este los repudió y saludó su retirada.
El Congreso aprobó el llamamiento de Lenin ¡A los obreros, a los soldados, a los campesinos! En el que se proclamaba el paso de todo el poder a los sóviets.
Al día siguiente se aprobaron los dos históricos decretos elaborados por Lenin: sobre la paz y sobre la tierra. El primero resolvía establecer inmediatamente un armisticio de tres meses con el fin de entablar negociaciones de paz. El decreto se dirigía no sólo a los gobiernos sino a los pueblos.
Sobre la tierra, la base del decreto era el mandato general de los diputados campesinos. La propiedad terrateniente fue abolida inmediatamente sin ningún pago. Se abolió la propiedad privada sobre la tierra. Esta pasó a ser propiedad de todo el pueblo, estatal. Y se entregaba en usufructo gratuito para siempre a los campesinos. De este modo, el campesinado recibió 150 millones de hectáreas de nuevas tierras. Y se liberaron de pagos de arriendo y rescate por 700 millones de rublos anuales. También se liberaron de las deudas, las que trepaban a 1.500 millones de rublos sólo con el Banco del Estado. La cantidad de tierra que recibió cada campesino era proporcional al número de miembros de su familia.
El 28, el Congreso designó al Consejo de Comisarios del Pueblo presidido por Lenin. Los eseristas se dividieron. Los de izquierda se unieron a los bolcheviques.
Como escribió John Reed, esos días de octubre de 1917 conmovieron al mundo.



La violencia y las masas
“Los bolcheviques conquistaron el poder no a través de compromisos con las clases dominantes o con otros líderes políticos ni resignándose con el viejo mecanismo de gobierno. Pero tampoco mediante la violencia organizada por una pequeña camarilla.
“Si las vastas masas de la población rusa no hubieran estado listas para la insurrección, ésta habría fracasado. La única razón del inmenso éxito de los bolcheviques reside en que cumplieron los profundos y simples deseos de las más vastas capas de la población, llamándolas al trabajo para destruir y barrer lo viejo para erigir luego con ellas, sobre el polvo de las ruinas demolidas, el armazón del mundo nuevo”.
(John Reed: Diez días que conmovieron al mundo)