La actual disputa verbal entre las autoridades del gobierno nacional y las del Fondo Monetario Internacional alrededor de la calidad de las estadísticas argentinas puede hacer olvidar lo que sucedió hace casi dos años. En ese entonces, después del fracaso de la auditoria de las Universidades Nacionales, que no se avinieron a encubrir el desastroso estado del sistema estadístico, el entonces ministro de Economía Amado Boudou, flanqueado por los interventores en el Indec Ana Edwin y Norberto Itzcovich, brindó una conferencia de prensa anunciando un nuevo operativo “cosmético”. Se trataba, esa vez, del desembarco de una comisión del FMI para asesorar en la confección de un Índice de Precios al Consumidor (IPC) a nivel nacional.
Dijimos entonces: “Los responsables de la destrucción del Sistema Estadístico Nacional, en asociación con quienes han pretendido siempre cobrar lo que la Argentina ya ha pagado cien veces, no pueden garantizar calidad alguna en la estadística pública.
Nos oponemos al monitoreo del FMI. Queremos un Indec creíble de cara al pueblo y los trabajadores, sin mentiras, sin intervención y sin patota”.
Hoy, la discusión entre las autoridades nacionales y el FMI deja de lado todo intento verdadero por reconstruir la información estadística brindada al conjunto de la población. El Fondo sabe perfectamente que su plazo de noventa días para presentar información confiable no puede cumplirse. Las autoridades nacionales saben de sobra que las estadísticas (el conjunto de la información relevante y no sólo el IPC) están manipuladas. La “discusión” entre ambos está muy lejos de aportar una solución, como tampoco lo aportó su “acercamiento” hace casi dos años. Las disputas verbales como la que presenciamos en estos días ocultan el problema, dejándolo listo para el uso político de los grandes titulares.
Reafirmamos que el pueblo tiene derecho a recibir la información por la que paga, que el Estado es responsable de cumplir esa tarea, que ningún agente privado puede reemplazarlo, y que la crítica interesada del Fondo Monetario está muy lejos de posibilitar la reconstrucción del sistema estadístico.
Los trabajadores del Indec nucleados en ATE, que pagaron y pagan su defensa del derecho del pueblo a recibir información de calidad con despidos, desplazamientos, sanciones injustificadas y un trato hostil y desleal permanente por parte de las autoridades del organismo, insistimos en la necesidad de terminar con la intervención del Indec, con la patota y con los aprietes como condición básica para iniciar un proceso de recuperación de las estadísticas para todos.
- Fuera la intervención y la patota
- Fuera el FMI
