Noticias

20 de diciembre de 2017

La “Liga Patriótica” (2)

Crónicas Proletarias - 296

 En sus inicios en 1919, conformaron la dirección de la Liga Patriótica Argentina -esa organización paramilitar al servicio de la oligarquía- además de su presidente Manuel Carlés, muchos personajes de apellidos notorios. Entre ellos podemos mencionar a Joaquín Anchorena, Saturnino Unzué, Celedonio Pereda, Miguel Martínez de Hoz, Pastor Obligado, Ezequiel Paz, Federico Leloir, Jorge Mitre, Manuel de Iriondo, Estanislao Zevallos, Dardo Rocha, Julio Roca (h). No faltaron los radicales como Leopoldo Melo, Ezequiel Gallo, el general Luis Dellepiane, y el propio Carlés. Hubo también altos dignatarios de la Iglesia Católica como monseñor Miguel de Andrea. 
Carlés se ufanaba sobre la Liga Patriótica, en un discurso de “homenaje al Ejército y Armada” por su rol en los fusilamientos de obreros de la Patagonia: “El pueblo y el gobierno de la Argentina Norte no quieren contemplar los problemas que los fastidia. No importa. Aquí estamos nosotros, la Liga Patriótica Argentina, para ocuparnos de las cuestiones morales y sociales que comprometen la dignidad de la Nación y los intereses colectivos”.
En función de sus declarados objetivos de combatir a “la tiranía del obrero”, en particular de socialistas, anarquistas y comunistas, la Liga no sólo armó grupos parapoliciales en todo el país, llamados brigadas, sino que intentó un trabajo de “reeducación social” de esos inmigrantes que venían a socavar. 
Con la hipocresía característica de nuestra oligarquía invertebrada y arrastrada ante los poderosos de las potencias imperialistas, la Liga proclamaba “la civilización nacional engendró la Liga Patriótica Argentina, que nació para reunir a todos los hombres sanos y enérgicos con el fin de colaborar con la autoridad para mantener el orden y vigorizar los sentimientos esenciales del alma nacional, que por lo eterno funda la patria”.
Pero esa “guerra santa” contra chilenos, “rusos” y “gallegos” que osaban organizarse para defender sus derechos, no le impedía a Carlés ser agasajado en Santa Cruz, en 1922, por lo más granado de los representantes de los grandes terratenientes patagónicos, a juzgar por sus apellidos ninguno de ellos muy criollos. Estaban en ese homenaje, entre otros: Franz Klappenbach, Ernesto Von Heinz, Pablo Lenzner, Augusto Kark, Eduardo Rudd, Alejandro Jamieson, José Slipicic, John Hamilton, Leslie Cameron y Santiago Halliday. Otro famoso exponente del pensamiento de la Liga, Leopoldo Lugones en 1923 dice: “Italia acaba de enseñarnos bajo la heroica reacción fascista encabezada por el admirable Mussolini, cuál debe ser el camino a seguir”.