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02 de octubre de 2010

Nuestro corresponsal recoge opiniones y experiencias de la prolongada lucha agraria en esta provincia del centro de nuestro país.

La lucha agraria en Córdoba

Hoy 1224 / Resuenan los ecos del Argentinazo

Cuando se levantó el paro, al cumplirse 101 días de la lucha de los productores agropecuarios, el piquete de Sinsacate discutió en una asamblea de 250 productores en Jesús María varias horas y acordó “levantar el corte pero que la carpa quede”; fue la decisión más debatida donde intervinieron mayor cantidad de productores. En San Francisco los autoconvocados decidieron que “el campamento quede montado en el cruce de las rutas 19 y 158 y se mantengan guardias mínimas”, mientras sostengan reuniones con diputados y senadores. En Berrotarán, la decisión fue la misma. Y en el corte de Justiniano Posse, el de Bell Ville, el de Altos Fierro y el de Río Primero, estuvo el mismo ánimo.
Durante todo este tiempo los obreros rurales del Mercado de Abasto de Villa María junto a la CCC fueron parte de los piquetes de Villa María, Bell Ville, Arroyo Cabral, debatieron con los productores sobre sus propias reivindicaciones como obreros rurales. A su vez, la CEPA y el MUS acompañaron a los estudiantes, hijos de productores del interior de la provincia, desde los primeros cacerolazos, y la CCC y el PCR se movilizaron en el tractorazo que inundó Córdoba el día que Schiaretti recibió a los productores en la Casa de Gobierno de la provincia. Y junto a la Federación Agraria, Filial Córdoba participamos del acto del 25 de Mayo en Rosario.

Los K favorecen a los pools de siembra
Córdoba es la principal provincia productora de soja del país y es también la principal exportadora de esta producción. El 27,43% de la superficie agropecuaria de la provincia en el 2006 estaba implantada con soja. La principal exportación fue la soja, el 13%, de la provincia durante el 2007. Se cosecharon 6.963.779 de toneladas. Una provincia que tenía una gran diversificación de su producción agropecuaria hasta hace 10 años atrás. Desde la papa en Traslasierra, el olivo y la vid en la zona de Cruz del Eje, las dos grandes cuencas lecheras de San Francisco y Villa María, la ganadería en Río Cuarto y Jesús María, el maní y el girasol en Río Tercero, Hernando, Berrotarán, ha ido corriendo las fronteras sojeras hacia el norte, y miles de hectáreas son deforestadas para la siembra de soja. La principal causa del desalojo de enorme cantidad de campesinos pobres y semiproletarios del norte de la provincia como Doña Ramona Bustamante, ha sido la fiebre de la soja.
“Lo que pasa es que acá, el que no siembra soja, muere. Porque ninguna otra producción te da como para quedarte en el campo” comentan los productores. “Yo arriendo. Pago 13 quintales, pero Urquía ofreció este año 17 quintales la ha. Yo no puedo competir. En esta zona el promedio de un buen año son 25 quintales y tenés 8 quintales de costo, más el 44 % de retenciones…chau!, yo desaparezco” nos contaba un productor de Río Segundo mientras corría el mate en el piquete de Pilar.
El principal responsable de esta situación ha sido la política de los K de hacer caja en beneficio de sus amigos petroleros, pooles de siembra y terratenientes como Urquía, el senador preferido de Cristina, que ya no puede entrar a General Deheza sin ver carteles que los escrachan por toda la ruta y en la entrada.

Unidad y solidaridad
Que el Argentinazo palpita en los piquetes agrarios quedó demostrado en toda la provincia desde el 11 de marzo hasta ahora. Nos decía una productora de Jesús María: “Vos ves este corte, pero aquí te metés un poco adentro, en toda la red de caminos rurales y hay cortes, en el Camino Real por ejemplo, (se refiere al antiguo camino real de la época de la colonia, que unía Córdoba con Tucumán y llevaba terminaba en Potosí), ahí hay contratistas, que no están trabajando, es gente que está con la casilla, con su familia y han puesto la casilla en el camino, porque siempre hay algún pícaro que quiere vender y cargar”.
En Villa María, el productor tambero José Gigli, que posee una pequeña fábrica de quesos en la localidad de Silvio Pellico decidió junto a sus hermanos y su padre regalar la leche antes de tirarla y en la plaza de la ciudad instaló un camión cisterna en el que traía 7.500 litros de leche.
La unidad de los sectores medios de las ciudades del interior con los productores del campo se hizo sentir en todo momento. Los comerciantes cerraron las puertas en solidaridad, hasta hubo docentes de escuelas rurales junto a sus alumnos, algunos hijos de los productores que estaban en el piquete.
Pero además los obreros industriales también se solidarizaron en diferentes oportunidades con los chacareros. Los obreros de Arcor y de chocolates de colonia Caroya cuando se lanzó el plan de lucha de la alimentación, el 19 de mayo, hicieron llegar su solidaridad al corte de Sinsacate y los productores a su vez les dijeron que “podían contar con ellos”. En ese marco, las discusiones en el Cuerpo de Delegados de STIA, por ejemplo, subieron de tono cuando el secretario general del gremio quiso defender a la presidenta y su política y varios delegados de plantas ubicadas en el interior de la provincia le dijeron: “si vos querés defender a la Cristina, no hables en nombre del gremio, hablá en nombre tuyo, no en el de todos”. En el caso de los trabajadores de la industria metalúrgica, Alladio, de las localidades de Luque y Río Segundo fueron de los primeros que sufrieron las suspensiones, sin embargo se los escuchó responsabilizar “al gobierno que parece que son sordos y mudos”. Y un obrero suspendido dijo: “Yo estoy de acuerdo con los chacareros. Mirá si yo gano $ 1.000 me sacan $ 440. Está loca, ésta!”
Queda claro que no puede quedar en manos del Congreso el resultado de las puebladas. Que al resultado lo garantizan los chacareros y el pueblo movilizado porque otra vez se vio en las calles y en las rutas la unidad de los piquetes y las cacerolas con la simpatía de una parte importante del proletariado industrial.