Noticias

22 de marzo de 2023

A 47 años del 24 de marzo de 1976 (nota 2 de 2)

La lucha antigolpista y contra la dictadura

Reproducimos extractos de la exposición de nuestro querido primer secretario general, Otto Vargas, fallecido el 14 de febrero de 2019, en un acto realizado el 16 de marzo de 2006, a 30 años del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

¿Quiénes empujaron el golpe?

Al mismo tiempo estaba la disputa interimperialista entre yanquis y rusos. Los prosoviéticos trabajaron para el golpe institucional; lo hicieron porque tenían mucha fuerza en el movimiento popular, producto de un trabajo de muchos años; mientras que los yanquis eran muy débiles en el movimiento popular.

Trabajaron para el golpe institucional, pero los yanquis los fueron apretando. Es cuando Capellini da el golpe en diciembre de 1975. Los soviéticos tuvieron que aceptar también que no tenían otro camino que el del golpe militar abierto, para dirimir la disputa con los yanquis. Y por esa razón se fue al golpe.

Desde ya que hubo un pacto de mafiosos. Eso es algo que muchos no pueden entender: ¿cómo es que la dictadura militar prosoviética, prácticamente aniquiló a gran parte de los mejores cuadros, amigos de Cuba, en el movimiento popular, Montoneros, ERP, etc.? Ahí hubo un acuerdo “sagrado”: “si tu hijo, general Julio Alsogaray, está en la guerrilla y lo agarramos, lo fusilamos”. Y lo fusilaron. “Si tu sobrina, Lanusse, saca los pies del plato, la matamos”; y la mataron a Elena Holmberg, y también al jefe de prensa de Lanusse, Edgardo Sajón. En ese terreno se dirimió la disputa entre yanquis y rusos.

Cuando murió Perón, sonó la hora del golpe. Nosotros ya advertimos, en la Declaración que sacamos con motivo de la elección de Perón, en septiembre del ’73, que a partir de ese momento comenzaba la cuenta regresiva hacia el golpe de Estado.

La situación era la siguiente. Isabel era presidente… Era un gobierno heterogéneo, donde había sectores fascistas como el de López Rega, Ivanissevich y Ottalagano, y donde había un sector prosoviético, con Gelbard y compañía. Era como todos los gobiernos de burguesía nacional…

Entonces ¿cuál era el enemigo? ¿Era el gobierno peronista, Isabel Perón, o eran los golpistas? Nosotros en ningún momento dejamos de luchar: Armando Ricciotti, el primer nombre de los asesinados que acá se leyeron, cayó en una manifestación por la reapertura de la Universidad que había cerrado Ottalagano. Pero al mismo tiempo, en noviembre de 1974, nosotros hicimos pública nuestra posición antigolpista que decía: No a otro ’55; junto al pueblo peronista, contra el golpe prorruso o proyanqui, para avanzar en el camino de la liberación.

 

El PCR se quedó para luchar contra la dictadura

Nosotros tuvimos una posición clara. Nos reunimos apenas triunfó el golpe: ya la noche antes se habían desplegado las tropas; ya venían haciendo rastrillajes después de lo de Monte Chingolo, entrando a las villas, revolviendo los roperos de los trabajadores. Nosotros sacamos una posición contra el golpe.

Hay que decir que el Partido Comunista tuvo una posición terrible, de apoyo al golpe, que explica esto que estamos diciendo del carácter prosoviético del sector que lo hegemonizó….

Nosotros nos quedamos aquí: decidimos hacerlo. Esa fue otra discusión. Nuestros compañeros presos no ejercieron el derecho de opción a salir del país. A Horacio Ciafardini, para que ejerciera el derecho de opción, le ofrecieron trabajo en algunas de las más renombradas universidades de Europa; y él no aceptó, y se quedó preso hasta el final de la dictadura, en condiciones que después iban a provocarle la muerte. Nosotros nos quedamos y luchamos junto a nuestro pueblo.

Porque acá hubo muchas luchas. Lucharon los ferroviarios, los de Ford, los del Smata. Hubo la gran lucha de Luz y Fuerza, una lucha heroica donde secuestraron al dirigente Oscar Smith. Luchas como las de los obreros de Peugeot, durante 23 días; donde fue el ejército, y 4.000 obreros se sentaron en la fábrica; el ejército disparó al aire, los obreros no se movieron, y les tuvieron que aflojar. Y estuvo la huelga larga de la carne en el frigorífico de Berisso, en 1979, que duró 32 días, donde participaron activamente compañeros de nuestro Partido. Y pocos días antes del desembarco en Malvinas, el 30 de abril, hubo esa marcha donde mataron al obrero Flores.

Acá se luchó, y en primer lugar las Madres de Plaza de Mayo. Y con ellas, desde el primer día estuvieron las compañeras de nuestro Partido, en todas las rondas de las Madres, en Buenos Aires y en todo el país. También hubo luchas agrarias importantes.

Estuvo la lucha para impedir la guerra del Beagle, donde nosotros jugamos un papel muy activo, aliados –digamos así- con el Vaticano, cuando vino el cardenal Samoré (atrás estarían los yanquis, me imagino), cuando la dictadura llevaba a la Argentina a una guerra fratricida contra Chile.

Después vino la lucha de Malvinas. La heroica guerra de Malvinas. Es difícil entender lo que pasó en Malvinas y lo que pasó después sin entender lo que estuvimos viendo. La dictadura decía ser “occidental y cristiana”, pero en los foros internacionales la defendían la Unión Soviética y Cuba, y la atacaban los yanquis. La dictadura nos ilegalizó a nosotros y a otras organizaciones revolucionarias, pero le dejó funcionar los locales al Partido Comunista. Eso no quiere decir que no cayeron muchos militantes comunistas; porque esta era una dictadura “overa”: si estabas en Córdoba, gobernaba el general Menéndez, y él ponía en el blanco a quienes quería poner. Y entonces, muchos militantes comunistas cayeron, y son mártires también de la lucha antidictatorial; como los chicos de la “noche de los lápices”, etc.

Nosotros, compañeros, creo que no nos equivocamos cuando apoyamos la guerra de Malvinas. Porque nosotros nos basamos en la experiencia nacional, en los patriotas de Mayo. Ellos ya estaban conspirando contra los españoles cuando los ingleses invadieron; pero ellos no se confundieron de enemigo. Fue cuando Belgrano dijo su famosa frase, de que no iban a cambiar de amo. Y movilizaron al pueblo contra el invasor inglés, y esa movilización –que fue la garantía para expulsar a los piratas ingleses- fue posteriormente la base para el triunfo de la Revolución de Mayo.

 

El ejemplo de nuestros mártires

La dictadura quedó herida de muerte después de Malvinas. Nosotros planteamos que no debía quedar piedra sobre piedra de esa dictadura, pero los acontecimientos siguieron otro rumbo: el peronismo y el radicalismo acordaron con la dictadura y se fue a la salida constitucional.

Nosotros tuvimos muchos mártires cuyo ejemplo no debemos olvidar nunca, compañeros. Porque sabemos muy bien cómo se comportaron. Ahora que sabemos la forma en que lo mataron a Gody Álvarez… Yo cuento por ahí que, estando con Gody en una delegación, asomados a un balcón, me decía: “Nosotros no tenemos un Partido preparado para enfrentar la muerte. Que te agarren por ejemplo así, en este balcón, y te digan ‘te tiramos’, y vos te dejás tirar”. Y él demostró que eso no eran palabras.

O compañeras como María Eugenia Irazusta, a la que mataron sin sacarle una sola palabra, porque ella sabía dónde estaba el mimeógrafo donde hasta hace muy poco han impreso sus volantes los compañeros de Córdoba. Y murió heroicamente en la tortura.

Y también los compañeros humildes, compañeros, no sólo los héroes. Porque el Nueva Hora salió regularmente cada 15 días, y cada 15 días se distribuía en todo el país. Hubo compañeros que cayeron en coma en la tortura porque les preguntaban cuál era el contacto que tenían en Buenos Aires, porque nosotros hasta cobrábamos el periódico, compañeros, y tenían que mandar un giro para pagarlo, porque nosotros no teníamos quien nos sostuviera. Y ese periódico había que imprimirlo; después, en esa Argentina, con las razzias en la calle, había que trasladarlo, hacer los paquetes, distribuirlo. Y no sólo esos compañeros clandestinos: los que estaban en el trabajo legal. Había que organizar, como organizaron las compañeras, la conferencia de prensa en el ’78 durante el Mundial de Fútbol, para las Madres de Plaza de Mayo y para los presos de la dictadura. Tenemos compañeras, que uno las ve y dice: “una ama de casa”, que cada 15 días iban a ver a un dirigente peronista, que tenía un policía en la puerta porque estaba con libertad vigilada, y le llevaban el Nueva Hora en su ropa, y nunca le faltó el Nueva Hora a la dirección del partido peronista.

No solamente los mártires, sino los miles de militantes, esos compañeros por ejemplo que fueron radicados por nuestro Partido en pueblitos… Yo hablaba hace un tiempo con uno y le pregunté: ¿cómo era eso? Y dice: “Bueno, cuando a las 3 de la mañana paraba un coche cerca, te imaginás; todas las noches esperábamos que nos vinieran a levantar”. Fueron muchos los compañeros que resistieron.

Por eso digo: acá se resistió, acá se luchó, se enfrentó a la dictadura. Y por eso se derrotó a la dictadura, compañeros.

 

Pintada en Misiones contra el golpe de Estado. 1975

 

Tapa de Nueva Hora 26/11/1974

 

 Tapa de Nueva Hora 30/03/1976

 

Hoy N° 1955 22/03/2023